Por México Hoy
Alejandro Encinas
Rodríguez
El Universal
Martes, 06 Octubre 2015
México enfrenta la peor crisis
humanitaria y de violación de los derechos humanos de su historia. El actual
sistema político se ha agotado. Los intereses mundanos y el pragmatismo
han contribuido al divorcio de la política de las causas populares.
México se encuentra dividido. Existe un
país, el de ellos, el del uno por ciento, que concentra la riqueza nacional.
Existe otro país, el de nosotros, quienes la creamos. El de ellos, la
burocracia y la partidocracia de privilegios; el de nosotros, el de la
igualdad, las libertades y los derechos. El país de ellos, para quienes el
cambio generacional significa la construcción de una nueva oligarquía criolla;
y el país de nosotros, el indígena y mestizo, el que se reconoce en nuestras
culturas y tradiciones.
Nuestro país se ha convertido en un
inmenso archipiélago de indignación. Frente a la actual
dispersión de fuerzas, Por México Hoy busca conformar un frente político y
social que contribuya a articular la diversidad de ideales y aspiraciones de
nuestra sociedad. Queremos impulsar el diálogo y la confluencia de plataformas
sociales que reivindiquen la política como una virtud y no como símbolo de la
degradación e ineptitud en que hoy la han convertido quienes ejercen el poder.
Tenemos que escuchar a la gente y dejar
de hablarnos a nosotros mismos. Hay millones de mexicanas y mexicanos
indignados que quieren salir de su aislamiento y están dispuestos a organizarse
para rescatar a nuestro país. Quienes queremos la dignificación nacional somos
mayoría, pero debemos comenzar a organizarnos desde ahora en barrios, colonias,
ejidos, escuelas, universidades y centros de trabajo, para que esta mayoría
social se traduzca en una nueva mayoría política.
Así como la política no es patrimonio
de los poderosos, la democracia no es posible sin la participación del pueblo.
Es hora de volver a imaginarnos nuestro ser colectivo y reconstruir un proyecto
alternativo al de la élite en el poder.Para lograrlo, debemos encauzar esta
energía social en causas transformadoras y vertebrar la indignación cívica en
organización.
No se trata
de hegemonizar iniciativa alguna ni de fusionar los diversos
movimientos sociales, sino de sincronizar sus luchas y acompañarlas para
que cada demanda tenga mayor resonancia. Nadie debe venir a imponer ni a decir
lo que se tiene que hacer. Se trata de sumar esfuerzos respetando las
definiciones y estrategias de cada individuo y organización.
No pretendemos construir un nuevo
partido político, pero vamos a hacer política a través de un frente político y
social, comprendiendo que ésta no es una época de cambios, sino un cambio de
época.La vieja política tiene que dar paso a la interpelación de todos los
sectores sociales, alentar la iniciativa personal o colectiva, y reconocer al
mismo tiempo, nuestras diferencias en la pluralidad. Con flexibilidad
organizativa es posible conjugar espacios de participación de
organizaciones e individuos, en función de intereses, capacidades y
posibilidades, para coordinar acciones diversas, dejando atrás las prácticas
clientelares, la corrupción y el burocratismo.
La deliberación de propuestas por sí
sola no basta: debe ir acompañada por una movilización social que acumule
fuerzas. Así como fuerza sin ideas carece de sentido, ideas sin una fuerza
social que las impulse resultan estériles. La toma de consciencia y el
empoderamiento popular son procesos que van de la mano.
Tres valores deben articular nuestra
acción: ética, justicia y solidaridad con las causas sociales. No hay un solo
camino ni una sola verdad. En la conjugación de estrategias y la inclusión de
la diversidad reside la fortaleza de una política alterna.
Reinventar la política es disputar el
sentido común. Los poderosos han logrado que su ideología sea asimilada como
algo normal para los sometidos. La vida cotidiana se basa en la competencia y
el consumismo, en la lógica del mercado donde sólo sobreviven los más aptos. En
el surgimiento de una nueva época es posible vislumbrar una sociedad basada en
la reciprocidad en la cual todos debemos hacernos cargo de que nadie quede
rezagado.
ConPor México Hoyestamos
apostando por algo nuevo. Que la sociedad se apropie de esta iniciativa de
participación política. Vamos a democratizar la democracia y a transitar del
país que somos al que podemos ser: un México sin exclusiones, en el que todas y
todos tenemos un lugar.
Senador de la República
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