Necesario cambiar la política de drogas para fortalecer el entramado institucional y el tejido social: Encinas Rodríguez
Sábado, 19
Septiembre 2015
·
El control que tienen los
grupos delictivos en vastas regiones del país está por encima de la autoridad
legítimamente constituida
En el primer trimestre de 2015 la
Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CES), del Estado de México, informó
que cinco células de carteles del narcotráfico se disputan el Estado de
México: La Familia Michoacana, la cual tiene un mayor control del Territorio
con 74 por ciento, principalmente en el municipio de Tejupilcol; el
Cártel del Estado tiene presencia en un 9 por ciento; La Empresa tiene
presencia en un 7 por ciento; Guerreros Unidos tiene presencia en un 6 por
ciento; y Nueva Empresa tiene presencia en un 4 por ciento.
El senador Alejandro Encinas Rodríguez
declaró, frente a estos datos gubernamentales, que es urgente que se implemente
un cambio rotundo en la política de drogas del Estado, ya que, afirmó, la
política prohibicionista ha fracasado. Expresó que en los últimos 50 años
el empoderamiento de los grupos delictivos vinculados al tráfico de drogas se
ha agudizado junto con el incremento de la violencia, la degradación de
las instituciones políticas y la violación a los derechos humanos.
Externó que lo que va de estos tres
años de la administración del gobierno de Eruviel Ávila Villegas cuatro
Cárteles se disputan el Valle de México, el Valle de Toluca y el sur del
Estado.
Manifestó que los Cárteles extorsionan,
asesinan, roban, cobran impuestos y tienen sometida a la autoridad, desde alcaldes
hasta los policías municipales. El Estado de México es la entidad más poblada
del país, con más de 15 millones de habitantes, de los cuales el 70 por ciento
se concentra en la Zona Metropolitana del Valle de México. Expuso que la
entidad mexiquense es sólo un reflejo de lo que sucede a escala nacional, donde
la corrupción y la debilidad de las instituciones permiten la reproducción y
fortalecimiento de los grupos delincuenciales que encuentran en el contrabando
de estupefacientes su principal fuente de ingresos.
El legislador detalló que dentro de
esta política prohibicionista y la guerra contra la delincuencia
organizada lejos de contener al crimen organizado lo ha beneficiado y
consolidado. Argumentó que el control que tienen los grupos delictivos en
vastas regiones del país está por encima de la autoridad legítimamente
constituida, así como de la capacidad económica, financiera, logística y de
armamento del gobierno. Además, destacó que gracias al prohibicionismo la
droga adquiere un gran valor en el mercado negro, por lo que le otorga a los
traficantes cuantiosas ganancias que les dan una capacidad corruptora
para penetrar en todos los órdenes de gobierno, poderes de la Unión e incluso a
los partidos políticos. Abundó que hay que investigar a diversos sectores de la
sociedad, entre ellos a muchas empresas que hoy están dentro de la economía
formal y operan financieramente para el crimen organizado.
Finalmente, el senador por el Estado de
México argumentó que es un tema en donde es urgente avanzar hacia nuevos
enfoques como lo están planteando diversos actores a nivel mundial. "Hay
que pasar de una visión de seguridad pública a una visión de salud pública para
avanzar en la posibilidad de establecer una nueva política de drogas, que no
solamente reclasifique las drogas sino que también permita diversos usos
de ciertas sustancias para fines diversos. Un primer paso puede ser el
uso médico y de investigación científica de algunas drogas, pero tiene que
venir acompañado de un fortalecimiento institucional, una amplia visión
cultural y todo un planteamiento de regulación estatal", concluyó.
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