Adolfo Sánchez Rebolledo, una de las personalidades más respetadas dentro de la izquierda mexicana: Alejandro Encinas
28 de agosto 2014
El Senador Alejandro Encinas acudió a la presentación del libro “La izquierda que viví” de Adolfo Sánchez Rebolledo. Estuvo acompañado de académicos como Roberto Escudero, Rolando Cordera, José Woldenberg y Ricardo Becerra.
Encinas Rodríguez reconoció a Sánchez Rebolledo como una de las personalidades más respetadas dentro de la izquierda mexicana. El Senador reflexionó, a partir del libro de Sánchez Rebolledo, sobre la transformación del país y la unidad de las izquierdas.
Expuso las temáticas principales del libro de Fito, haciendo énfasis, de acuerdo al libro de Sánchez Rebolledo, en los principales eventos que forjaron a la izquierda mexicana: la Revolución Cubana, los movimientos por los derechos civiles en los Estados Unidos, la lucha contra la Guerra en Vietnam, los movimientos feministas y contraculturales de los sesenta, las luchas sindicales de ferrocarrileros, maestros y electricistas, el asesinato de Rubén Jaramillo durante el gobierno de López Mateos, el asalto al cuartel de Madera en 1965, la Revolución de mayo y el movimiento estudiantil de 1968, la guerra sucia de los años setenta, el golpe de Estado contra Salvador Allende y la unidad popular en Chile y los primeros pasos de la transición democrática en México, con el reconocimiento legal de la izquierda.
“Evoca la rebeldía de Pepe Revueltas, de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas; de Fidel Castro y el grupo de idealistas que lograron el triunfo de una revolución que estableció el primer gobierno socialista en el continente, así como el derrotero que condujo al fracaso del Che Guevara en Bolivia. Y también nos presenta, a la que asumo, la generación que abrió las puertas a la democracia en nuestro país”, externó el Senador.
El legislador expuso que son tantos los procesos y acontecimientos políticos y sociales que suceden a lo largo de los últimos cincuenta años, que resulta difícil abordar cada uno de estos. No obstante, recalcó 3 temas que a lo largo del último medio siglo, la izquierda no ha logrado dirimir.
Encinas Rodríguez refirió como primer aspecto la identidad de la izquierda. El debate de reformismo o democracia condujo a un sector de la izquierda a una encrucijada que no puede superar. “Las competencias electorales exitosas de la izquierda pusieron en evidencia la necesidad de dar un viraje hacia la democratización política y a la construcción de una alternativa social arraigada en la ciudadanía y los movimientos populares”, manifestó.
El segundo tema que abordó el Senador, es el truncado proceso de unidad de las izquierdas, cuyos inicios se remontan a la reforma política de los años setenta y la coalición de izquierda; la disolución del Partido Comunista Mexicano en 81, el surgimiento del PSUM, del PMS, de la corriente democrática del PRI, cuya ruptura condujo a la formación del Frente Democrático Nacional y posteriormente al Partido de la Revolución Democrática. Hoy se presenta una izquierda fragmentada y que pone demasiado énfasis para competir y diferenciarse entre sí.
En tercer lugar, el Senador por el Estado de México habló de las relaciones de la izquierda con el poder, “una relación por lo general insana que oscila entre el desconocimiento y la ruptura total ante la ilegitimidad de una autoridad emanada, de la compra de votos y el fraude electoral. Y el sucumbir al encanto seductor del poder sin asumir que el asunto no es con quien negocias, sino la legitimidad de cómo y que negocias sin abdicar autonomía e independencia política”, externó.
“El libro describe con toda claridad a Adolfo Sánchez Rebolledo: un hombre de izquierda, convencido, firme, apasionado y congruente con sus ideas y con las mejores causas sociales. Un hombre crítico formado en la mejor tradición de la izquierda, siempre alentando al debate informado, con rigor en el método y los argumentos, para no perder el rumbo sin autoflagelarse ni para destruir, sino para construir otro futuro para el país fundado en una izquierda estricta a valores éticos y a la solidaridad, donde los actos y su desempeño público le deben dar legitimidad”, concluyó.
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