Los nuevos comendadores
Alejandro
Encinas Rodríguez
El
Universal
3
de junio de 2014
El
gobernador de Michoacán Fausto Vallejo ha anunciado que nuevamente se ausentará
de su encargo derivado de su lamentable estado de salud. No se notará su
ausencia, ya que a partir del nombramiento de Alfredo Castillo quien fue
designado, a la vieja usanza del comendador virreinal, como Comisionado
Especial del Gobierno federal para atender el virtual levantamiento armado de
la población civil, ante la inseguridad y la ausencia de autoridad. El gobierno
local, en todos sus órdenes, prácticamente ha desaparecido.
En un
contexto distinto, Tamaulipas enfrenta una situación similar. La intervención
federal a través de la Secretaría de Gobernación, irá gradualmente desplazando
a un gobierno que de origen ha sido incapaz de contener la corrupción y la
penetración en las diferentes esferas gubernamentales de uno de los grupos más
violentos de la delincuencia organizada que, de facto, domina el territorio
tamaulipeco.
En el Estado
de México, la situación no dista mucho del afán centralista. Tras largos meses
de fuego amigo y especulación, alentada por sus propios correligionarios,
respecto a la salida del gobernador Eruviel Ávila, que sería convocado a ocupar
alguna posición dentro del gobierno federal y así recuperar los rancios fueros
de la clase política del Valle de Toluca, todo parece indicar que el exalcalde
de Ecatepec, primer gobernante originario de la zona metropolitana no emanado
de la casta divina del priismo mexiquense, se mantendrá en la gubernatura.
Desde el
inicio de su gestión, el gobierno de Eruviel Ávila se ha caracterizado por una
dinámica de cambios recurrentes en su equipo de gobierno, los cuales se
explicaban bajo el argumento de la identidad mexiquense de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, los cambios recientes dan cuenta de al menos dos decisiones
adoptadas desde la Presidencia de la República: Eruviel Ávila se queda, mas las
decisiones, de cara al proceso electoral de 2015, se adoptarán en Los Pinos y
sus alrededores.
De ahí los
movimientos en la Secretaría General de Gobierno, en la Procuraduría de
Justicia, en la Secretaría de Desarrollo Social, en la Secretaría Técnica del
Gabinete, en la Presidencia del DIF y anteriormente en la Secretaría de Seguridad
Ciudadana, así como en el Consejo Estatal de Infraestructura y Desarrollo
Social, encabezado por un viejo lobo de mar, Heberto Barrera Velázquez, quien
será el encargado de acompañar los millonarios negocios de infraestructura como
el tren México-Toluca; la construcción de las autopistas Toluca–Naucalpan y
Lerma–Tres Marías; el Circuito Sur y la fase III del Viaducto Bicentenario, así
como la controvertida construcción del nuevo Aeropuerto en Texcoco.
Lo mismo
sucede con el retorno de personajes polémicos, como Isidro Pastor, creador de
la “Fuerza Mexiquense”, un ejército electoral profesional que ha operado en
elecciones anteriores con los más cuestionables métodos de manipulación y
compra del voto y que dio lugar a la llamada “Marea Roja”, que ha hecho de la
manipulación de los programas de la Secretaría de Desarrollo Social, que cuenta
hoy con el mayor presupuesto de su historia, una pieza clave en la compra del
voto a cambio de los beneficios de los programas sociales en los sectores más
pobres de la entidad.
Se insiste
en que no hay ruptura dentro del grupo político gobernante, que se trata solo
de la redistribución de funciones que permitirán mantener un equilibrio de las
fuerzas internas. Eruviel Ávila no dejará la gubernatura, sin embargo se someterá
a prueba su capacidad para controlar realmente las áreas estratégicas que le
permitirían ejercer un gobierno propio o dejarlo en manos de nuevos
comendadores.
Senador de
la República
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