Riqueza inmoral
Alejandro encinas Rodríguez
El Universal
Martes, 26
Enero 2016
A poco más
de tres décadas de instaurada la dictadura neoliberal, los resultados saltan a
la vista.
De acuerdo
con un reporte de Oxfam, una confederación de organismos no
gubernamentales, se estima que el uno por ciento de las personas más
ricas del mundo, posee tanta riqueza como el resto de los habitantes del
planeta. Así, las 62 personas más ricas del mundo acumulan tanta
riqueza como la mitad de la población más pobre del planeta.
Entre estas
personas, que conforman un poderoso e influyente grupo de presión a nivel
global, destacan: Bill Gates (Microsoft), 79 mil 200 millones de
dólares; Carlos Slim (telecomunicaciones), 77 mil 100 millones de
dólares; Warren Buffett (Berkshire Hathaway), 72 mil 700 millones de
dólares; Amancio Ortega (Zara) 64 mil 500 millones de dólares,
y Larry Ellison (Oracle) 54 mil 300 millones de dólares.
La
concentración de la riqueza avanza de manera galopante. Por ejemplo, en
2010, 388 personas concentraban una riqueza equivalente a los
ingresos del 50% de la población más pobre. Hoy esa riqueza está en manos de 62
personas. Como afirma Oxfam: "En lugar de tener una economía que
trabaja para la prosperidad de todos, para las generaciones futuras y para el
planeta, hemos creado una economía para el 1%".
Esta inmoral
concentración de riqueza a nivel mundial se profundiza en nuestro país. En
México cuatro empresarios concentran una fortuna equivalente al nueve por
ciento del PIB, riqueza que, a diferencia de otros magnates a nivel global, no
proviene del ingenio, la creatividad o de su iniciativa empresarial, sino del
tráfico de influencias y la apropiación de bienes públicos y recursos
naturales. A saber:
Carlos Slim
(77 mil 100 millones de dólares) construyó su riqueza a partir de la
privatización del monopolio estatal de la telefonía (Telmex), la cual obtuvo a
un precio por debajo de su valor, en condiciones que le permitieron gozar
durante años del privilegio monopólico y diversificarse hacia la telefonía
móvil en México y otros países, imponiendo tarifas superiores a las que cobra
en el extranjero con América Móvil. Además, cuenta con concesiones en la banca
privatizada, casas de bolsa, concesiones mineras, inmobiliarias y, el Grupo
Carso, que obtiene grandes contratos para el desarrollo de infraestructura.
Germán
Larrea (13 mil 900 millones de dólares), propietario de Grupo México, si bien
heredó una fortuna de su familia, ha sido beneficiario de concesiones mineras,
de la privatización de Ferrocarriles Nacionales y otras empresas. Célebre por
su ambición e indiferencia ante la pérdida de la vida de 65 mineros en Pasta de
Conchos.
Alberto
Bailleres (10 mil 400 millones de dólares), propietario de Palacio de Hierro,
aseguradoras GNP y Profuturo, así como de Grupo Peñoles, empresa beneficiaria
de concesiones mineras, las cuales, al igual que los empresarios mencionados
arriba, gozaron de privilegios fiscales al pagar hasta 2013, derechos por
la onerosa cifra de cinco pesos anuales por hectárea concesionada.
Ricardo
Salinas Pliego (8 mil millones de dólares), propietario de Grupo Electra, Banco
Azteca, Televisión Azteca y Canal 40. Beneficiario de la privatización de la
televisión pública, Imevisión, y de los canales 7 y 13 de televisión.
Mientras
tanto, de acuerdo con el Coneval, en 2014 la pobreza sumó a sus filas dos
millones más de personas, lo que significa que 55 millones 300 mil mexicanos
(46.2%) carecen de ingresos suficientes para subsistir. Para muestra unos
botones: En Chiapas el 76.2% de la población vive en pobreza; el mayor número
de personas en pobreza, se encuentra en el Estado de México (9.46
millones). Por su parte, Morelos es la entidad dónde creció más el número de
personas pobres (17.8%), y en Chihuahua dónde creció más el número de
personas en pobreza extrema (47%).
En esta
indignante inequidad reside la causa y el origen de los problemas que enfrenta
el país. Si se quiere superar la violencia y la desesperanza que padecemos, más
que alentar medidas punitivas, se requiere revertir la espiral de desigualdad y
concentración del ingreso, generar empleo y otorgar remuneraciones dignas a los
trabajadores a fin de cerrar la profunda brecha social que
subsiste. (Senador de la República)
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