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"Estamos en una crisis humanitaria que deriva de la ausencia del Estado":

Alejandro Encinas Rodríguez

Venimos de lejos

Dtto 30

Constituyente

Senador

Hoy estamos dando un paso para que la libertad y la autonomía de la Ciudad de México sea ejercida plenamente por sus ciudadanos: Alejandro Encinas


 Encinas

Intervención en tribuna del senador Alejandro Encinas Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar a nombre de las comisiones dictaminadoras el proyecto de decreto por el que se reforman y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de reforma política de la Ciudad de México.
Alejandro Encinas Rodríguez, (AER): Muchísimas gracias, senador presidente.

Compañeras y compañeros senadores.

Sin lugar a dudas hoy estamos ante un momento de definición muy importante,  solamente para la vida de los capitalinos, sino para el federalismo y el desarrollo de la vida municipal en nuestro país.

La Cámara de Diputados para armonizar lo que fue la Reforma Política para el Distrito Federal, la misma Reforma Constitucional en materia de desindexación del salario mínimo, para incorporar la definición de unidad de medida, y al mismo tiempo actualizar los tiempos que habían vencido, para que el Instituto Nacional Electoral emitiera la convocatoria para la conformación de una Asamblea Constituyente Fundacional para la Ciudad de México y para el registro de candidatos independientes.

Creo que se ha cumplido puntualmente, como lo ha expresado aquí con toda claridad el senador Enrique Burgos.

Sin embargo, si quiero destacar que si bien son reformas de forma o menores, son de gran importancia. ¿Por qué?, porque mina el dique de contención que a lo largo de casi 2 siglos ha impedido a los habitantes del Distrito Federal gozar de derechos políticos plenos y al mismo tiempo dotar de autonomía política y de una Constitución Propia a la Ciudad de México.

Hoy damos un paso decisivo para cerrar un largo proceso de discusión, de casi 2 siglos, que inició en 1824 cuando se estableció la figura de Distrito Federal a partir de crear un perímetro de dos leguas a la redonda de lo que es la Plaza de la Constitución, (inaudible) en tanto sede de los Poderes Federales gozar de autonomía política y del mismo régimen de derechos y obligaciones que los demás estados y los demás ciudadanos den el país.

Es una discusión que se dio también en 1857 cuando se planteó por primera vez la posibilidad de que el Distrito federal gozara de una Constitución propia, la cual se negó en su momento.

Hoy estamos dando un paso sustantivo, porque después de los tres años de discusión de esta Legislatura, se modifica la naturaleza jurídica y constitucional del Distrito Federal, para crear una nueva entidad federativa que se denominará Ciudad de México.

La cual contará con una Constitución propia que le permitirá consolidar el régimen de derechos y garantías civiles alcanzados en la Ciudad de México, ampliar esos derechos manteniendo la existencia y coexistencia con el orden federal y local en el mismo territorio.

Este será un instrumento para consolidar paradójicamente los derechos alcanzados, en una entidad en el que pese a las restricciones legales que hasta la fecha existen, es la entidad con más derechos civiles en nuestro país.

No me voy a detener en las demás implicaciones de la reforma, sino que quiero señalar que esta reforma representa el establecimiento de poderes bajo el mismo régimen de responsabilidades que rigen a los demás estados de la Unión, convirtiendo a la ciudad en una entidad federativa y que tendrá competencia para resolver lo concerniente a su gobierno interior y a su organización política y administrativa, bajo la forma de gobierno republicano, representativo, democrático y laico.

Lo que representa por fin el reconocimiento a la soberanía popular para los habitantes del Distrito Federal.

Aquí el tema central son los ciudadanos que tendrán que ampliar sus derechos para ejercer con toda libertad la democracia representativa y la democracia directa para que el plebiscito, el referendo, la iniciativa popular, la revocación de mandato y las candidaturas independientes formen parte de su cuerpo fundacional en una Constitución.

Por eso más allá de que el Jefe de Gobierno gozara de facultades plenas, que se democratice la Asamblea Legislativa y sus órganos de gobierno, para que desaparezca esa figura de Comisión de Gobierno y haya una Junta de Coordinación Política integrada por representación proporcional; que se establezca un Poder Judicial con plenas atribuciones en la Ciudad de México y que se establezcan alcaldías integradas por un alcalde, y entre 10 y 15 concejales que terminen por fin con el cacicazgo, las jefaturas delegacionales,  al tener contra pesos integrados por el principio de mayoría relativa y representación proporcional y con facultades para fiscalizar los recursos en el ejercicio de las alcaldías, es un cambio sustantivo que abrirá la puerta –además- a la participación de los ciudadanos.

Y no es menor, aquí difiero profundamente por lo señalado por mi compañero y amigo Mario Delgado, la creación del Consejo de Desarrollo Metropolitano, que indudablemente será el el puerto de inicio de una reforma más a fondo en materia no solamente de planeación del desarrollo urbano, de planeación de las ciudades, sino particularmente el establecimiento de nuevas modalidades de gestión de gobierno en las zonas metropolitanas del país donde se concentra la inmensa mayoría de los mexicanos.

Hoy con esta reforma y con este concepto de desarrollo metropolitano, la experiencia que hemos construido entre el gobierno del Estado de México y el gobierno del Distrito Federal con la Comisión Ejecutiva de Coordinación Metropolitana, la Comisión Ambiental Metropolitana, todas las demás comisiones de esta naturaleza que han incluso derivado en programas, acciones y legislaciones comunes, podrán dar cauce a la conformación de de nuevas gestiones de gobierno en donde no solamente más allá de los límites jurisdiccionales de estados, municipios o alcaldías, hoy podamos asumir que la gestión de temas ambientales, de seguridad pública, de movilidad urbana, de transporte público, etc., acciones de carácter común.

Pero ahora hay que ver hacia adelante, efectivamente ahí coincido con el senador Mario Delgado, la integración de la Asamblea Constituyente ha dejado un gran desazón, porque como efectivamente y como lo propusimos en las negociaciones, los 100 integrantes de la Asamblea Constituyentes deberían haberse electo por el voto universal, libre, directo y secreto de los ciudadanos y hoy se designarán 40 de estos integrantes a través del Ejecutivo Federal y del Ejecutivo Local.

Por eso hoy, yo quisiera plantear algunas medidas para mitigar esta restricción democrática que se estableció con la conformación de un constituyente de esta naturaleza.

La primera, yo quiero invitar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, a quien se le dota de la facultad para presentar la iniciativa de constitución Política de la Ciudad de México, a que el proceso de elaboración de esta iniciativa sea un proceso abierto, plural, incluyente y que permita la mayor participación de los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil.

El punto de partida es fundamental para darle legitimidad al Constituyente y  a la Constitución que de este emerja.

En segundo lugar, yo quiero enlazar al presidente de la República y al Jefe de Gobierno hasta hoy del Distrito Federal, a que los seis constituyentes que corresponden de designar a ambos Poderes, incorporen en primer término el principio de igualdad de género y de paridad en la conformación de su representación y que asuma que no es una representación del presidente de la República, ni del Jefe de Gobierno.

No es la representación de los partidos políticos a los que pertenezcan, es una representación que debe ser plural, que represente a los mejores hombres, las mejores mujeres de la Ciudad de México, para que esta representación en lugar de conformar una mayoría artificial o pretenda crear un bloque que se contraponga a las medidas o transformaciones de fondo, ayuden mejor a consolidar los derechos de los habitantes de la ciudad.

Convocar, en tercer lugar, al Instituto Nacional Electoral que al momento de emitir la convocatoria en la Asamblea Constituyente, de la misma manera como lo establecimos en la reforma constitucional y en la reforma que dio origen a la nueva Ley General de Instituciones Políticas y Procesos Electorales, garantice la paridad de género, todo principio de igualdad de género.

Y que no imponga trabas burocráticas o jurídicas al registro de candidaturas independientes. El INE debe garantizar con plena solvencia y apegado a derecho lo que es, sin lugar a dudas, el derecho de los ciudadanos a participar al margen de los partidos.

Y también, quiero replantear que el Congreso Constituyente de la Ciudad de México pueda resolver uno de los vacíos que nos quedaron pendientes en la reforma, y es el hecho de que una vez que el Congreso resuelva sobre la Constitución Política de la Ciudad de México, convoque por primera vez a un referéndum, que sea la ciudadanía quien refrende la existencia de la primera Constitución Política en la Ciudad de México.

Falta, sin embargo, y hay siempre el escepticismo, que es la aprobación que tienen que dar los Congresos locales, por lo menos la mitad más uno de ellos para que entre en vigor la reforma constitucional y esta posteriormente se promulgue.

Yo espero que el presidente de la República le de la misma celeridad a la aprobación de esta reforma a los Congresos locales que se le dio a la reforma energética y no sea ahí el lugar donde de nueva cuenta choque o se tope la reforma política para destituir a los capitalinos de derechos plenos.

Yo simple y sencillamente concluyo diciendo, se trata esta reforma de una verdadera y profunda reforma del Estado, que como toda reforma es imperfecta pero que implicará la revisión de nueva cuenta de nuestro federalismo y del agotado régimen municipal que abrirá nuevas modalidades al Gobierno en el ámbito metropolitano.

Qué bueno que hoy después de tantos años, de tantas causas, se recojan los principios de Fray Servando Teresa de Mier, de Francisco Zarco, del propio Vicente Lombardo Toledano, Arnoldo Martínez, Heberto Castillo; de dotar de autonomía plena a la Ciudad de México.

Y cito una frase de Francisco Zarco en el Constituyente de 1857, se ha dicho, cito textual, que es imposible que existan en un mismo punto el Gobierno General y el de un estado, y así se propaga una idea falsa de federación, pinta al Gobierno de la Unión como una planta maldita que seca y esteriliza cuanto esté a su alrededor, por qué el Gobierno que sólo debe ocuparse del interés federal ha de ser un obstáculo a la libertad local.

Hoy estamos dando ese paso para que la libertad y la autonomía local en la Ciudad de México sea ejercida plenamente por sus ciudadanos.

Muchísimas gracias.


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