A dos pasos, después de dos siglos
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
Martes, 15
Diciembre 2015
De honrarse
la palabra empeñada, horas después de que este artículo sea publicado, el
Senado de la República habrá aprobado la reforma política que dota de autonomía
política a la Ciudad de México.
Con ello se
cierra un intenso proceso que a lo largo de dos siglos -desde los debates que
en 1824 dieron lugar a la primera Constitución política del México
independiente, que creó al Distrito Federal a partir de un perímetro de dos
leguas a la redonda del zócalo capitalino-, negó a los habitantes y autoridades
de la capital de la República, sede de los poderes federales, gozar de
autonomía política y del mismo régimen de derechos y obligaciones que rige a
los estados de la federación.
Después de
tres años de discusión, la reforma transforma la naturaleza jurídica del
Distrito Federal para crear una nueva entidad federativa que se denominará
Ciudad de México, la cual podrá establecer su propia Constitución, lo que
permitirá consolidar el régimen de derechos y garantías civiles alcanzados en
la Ciudad, manteniendo la coexistencia de los órdenes federal y local en un
mismo territorio.
La reforma
representa el establecimiento de poderes bajo el mismo régimen de
responsabilidades que rige a los estados de la Unión, convirtiendo a la Ciudad
de México en una entidad federativa con facultades para resolver lo
concerniente a su gobierno interior y a su organización política y administrativa,
bajo la forma de gobierno republicano, representativo, democrático y laico.
El Poder
Ejecutivo local se depositará en el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México,
quien tendrá a su cargo el mando de las instituciones de seguridad y
procuración de justicia y contará con la facultad para nombrar y remover
libremente a sus titulares.
La
administración pública de la entidad mantendrá su carácter unitario en la
hacienda y en su régimen patrimonial, a la que se sumará un fondo de
capitalidad para apoyar a la Ciudad en su calidad de sede de los poderes
federales.
El Poder
Legislativo residirá en un órgano colegiado integrado bajo los principios de
mayoría relativa y representación proporcional, y se democratizarán
sus órganos de gobierno, dotándolo de nuevas atribuciones, como la revisión de
la cuenta pública a través de una entidad con autonomía técnica y de gestión.
El Poder
Judicial lo integrará el Tribunal Superior de Justicia; el Consejo de la
Judicatura y los juzgados y tribunales que establezcan la Constitución
local, garantizando la independencia de magistrados y jueces, así
como la carrera judicial.
La Ciudad se
integrará por Alcaldías, cuyo número, delimitación territorial y denominación,
serán establecidos en la Constitución capitalina, y se conformarán por un
Alcalde y entre 10 y 15 concejales electos por el principio de mayoría relativa
y representación proporcional. El Alcalde asumirá la administración pública de
la demarcación y los Concejos aprobarán el prepuesto de egresos, supervisarán y
evaluarán las acciones de gobierno y controlarán el ejercicio del gasto
público, el que se integrará por las participaciones federales, el presupuesto
aprobado por la Asamblea Legislativa y los ingresos derivados de los servicios
que preste la Alcaldía.
Se crea el
Consejo de Desarrollo Metropolitano, el que tendrá atribuciones en materia de
asentamientos humanos; protección al ambiente; transporte; tránsito; agua
potable y drenaje; gestión de residuos sólidos, y seguridad pública, y
establecerá las acciones de coordinación para la operación y funcionamiento de
obras y servicios metropolitanos.
Si bien el
tema que sigue causando desazón pública es la integración de la Asamblea
Constituyente por la designación de 40 de sus 100 integrantes por el Congreso
de la Unión y los Ejecutivos federal y local, cuando todos los constituyentes
deberían ser electos por los ciudadanos; el alcance de esta reforma supera las
iniciativas presentadas durante los últimos quince años.
Se trata de
una reforma al Estado, que implicará la revisión de nuestro federalismo y del
agotado régimen municipal, que abrirá cauce a nuevas modalidades de gobierno en
el ámbito metropolitano. Esperemos que esta reforma no descarrile cuando
discurra por los congresos locales.
(Senador de
la República)
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