La
autonomía esperada
Por: *Alejandro Encinas Rodríguez
Reforma
(06-Sep-2013)
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal ha presentado su propuesta de
reforma política. Se trata de una propuesta de relevancia que plasma una
demanda histórica para que a los capitalinos se les reconozcan derechos
políticos plenos.
El
documento toma como base el consenso alcanzado en la Asamblea Legislativa en
2010, y que fue presentado al Senado de la República en septiembre de ese año y
que el PRI se negó a dictaminar, y que ahora necesita nuevamente de voluntad
política para prosperar.
Se trata
de una propuesta equilibrada, sensata, que busca encontrar puntos de acuerdo.
Establece con precisión la obligación de coordinación de autoridades locales y
federales, la aceptación expresa de la posibilidad de intervención de Ejecutivo
Federal y del Congreso de la Unión en aspectos específicos como la coordinación
metropolitana, la deuda pública, y la emisión de disposiciones respecto al
adecuado funcionamiento de los poderes federales.
La
iniciativa busca saldar la deuda del Constituyente Permanente con los habitantes
de la capital y cerrar un largo ciclo de desencuentros iniciados en 1824 y que
tras la rebelión solidaria de los capitalinos durante los sismos de 1985 que
desmoronó el inoperante y corrupto esquema adoptado en 1928 donde a la entidad
se la consideraba la "Ciudad del Presidente", abrió paso a su
democratización.
La
creación de la Asamblea de Representantes, fue el primer tímido intento de
paliar lo absurdo que significaba que la ciudad más importante del país no
tenía el derecho a elegir a sus autoridades ni enfrentar por sí misma los
complejos retos para conducir esta megalópolis.
Los
cambios constitucionales realizados en 1993 y 1996, permitieron la elección del
Jefe de Gobierno y los Jefes Delegacionales y contar con un órgano legislativo
y un Poder Judicial, lo que permitió el arribo de gobiernos electos
democráticamente, encabezados desde hace 16 años por la izquierda, la que ha
edificado un entramado normativo e institucional, democrático y plural de
avanzada, que ha ampliado el régimen de libertades de los capitalinos.
Quizá por
eso mismo, no se ha querido dar el paso definitivo para remover los obstáculos
que impiden el reconocimiento pleno a la autonomía de la ciudad y eliminar los
candados que propician la intervención de los poderes federales.
La
propuesta busca establecer en la Constitución que la Ciudad de México gozará de
autonomía en lo concerniente a su régimen interior y a su organización política
y administrativa. Contaría con una Constitución propia y con un Estatuto de
Capitalidad, al ser sede de los poderes federales. Las demarcaciones
territoriales se integraran por un Titular y por un Órgano Colegiado, electos
bajo los principios de mayoría relativa y representación proporcional, y se
crearía un Consejo de Desarrollo Metropolitano de la Zona Centro para la
planeación del desarrollo y ejecución de acciones regionales para la prestación
de servicios en siete estados del país.
Se busca
garantizar el adecuado funcionamiento de la Ciudad, con pleno respeto a la
presencia de los poderes federales, pero al mismo tiempo garantizando la
autonomía política para que la ciudad pueda cumplir de manera eficaz el papel
que corresponde a la digna y orgullosa capital de la República.
* El autor
fue Jefe de Gobierno del 2 agosto del 2005 al 4 de diciembre del 2006
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