A
LA MILITANCIA PERREDISTA
Alejandro
Encinas Rodríguez
El Universal
26 de agosto
de 2014
El próximo domingo 7 de septiembre el
PRD realizará la elección de sus consejeros nacionales, quienes, una vez
integrado el Consejo Nacional, elegirán al Presidente y al Secretario General
del partido. Este proceso es organizado, por primera vez, por el Instituto
Nacional Electoral, ya que el PRD solicitó a la autoridad electoral la
organización de sus comicios internos.
Estos comicios se enmarcan en uno de
los momentos más difíciles que enfrenta el PRD en su cohesión y de la izquierda
en su conjunto, la que arribará fragmentada al proceso electoral de 2015 y
después de la derrota que han representado las reformas legales que cierran el
ciclo de las políticas neoliberales que entregan al capital privado los
recursos energéticos del país.
Esta elección representa una
oportunidad para rectificar el rumbo, avanzar hacia la renovación ética de
nuestro partido, la reconstrucción de su identidad política y recuperar el
proyecto que le dio origen. Ha llegado la hora de impulsar un cambio profundo
que remonte su actual descrédito y desdibujamiento ideológico, para dar paso a
la conformación de una nueva mayoría, que permita el arribo de un liderazgo que
de cohesión al PRD y retome la unificación de las izquierdas.
Junto con otros muchos compañeros, he
tomado la determinación de contender en este proceso con la Coalición de
Izquierdas, frente plural, amplio e incluyente que enarbola el siguiente
decálogo:
Recuperar los principios que nos dieron
origen para frenar la espiral de extravío ideológico.
Reconstruir la identidad partidaria y
reivindicar el perfil de izquierda democrática y libertaria que aspira a crear
una sociedad equitativa y justa.
Democracia interna. Nadie puede
desconocer la contribución del PRD al cambio político en México.
Paradójicamente alberga prácticas antidemocráticas en su vida interna.
Democratizar su vida interna es una condición para democratizar al país.
Pluralidad. Las actitudes sectarias,
las prácticas clientelares y el burocratismo han desgastado la convivencia
interna y el modelo organizativo. El PRD debe ser un partido de puertas
abiertas que refleje la pluralidad que conforma el bloque progresista.
Legalidad interna. La violación de los
estatutos se ha vuelto práctica habitual. Los infractores cuentan con la
certeza de que no serán sancionados.Es indispensable erradicar la red de
complicidades y complacencias ante las violaciones estatutarias.
Organización y formación política. La
implantación territorial del PRD es precaria, informal y deficiente. El partido
se ha alejado de la sociedad y de su militancia. Es necesario reconstruir las
relaciones con los distintos sectores de la sociedad y sus organizaciones.
Ética. Si algo ha minado la confianza
en el PRD es la evidencia de actos de corrupción que deben erradicarse
anteponiendo la ética en su quehacer político.
Unidad. Los avances que la izquierda ha
conquistado han derivado de su unidad. Sólo así es posible hacer frente a los
problemas nacionales y disputar la mayoría política.
Autonomía. El PRD debe replantear su
relación con el gobierno y los grupos de poder. El partido se ha alejado de la
sociedad en la medida en que se ha acercado al régimen.Acordar no supone
claudicar a los principios ni comprometer autonomía política. Todo acuerdo debe
estar sustentado en nuestros principios y línea política.
Solidaridad. El partido no puede
limitarse a las elecciones. México requiere de una organización que sea
expresión de los anhelos de todas las conciencias que comienzan a despertar en
plena noche autoritaria.
Sostenemos que el compañero Cuauhtémoc
Cárdenas es el dirigente indicado para presidir al PRD, quien garantiza la
unidad y el compromiso con una agenda de justicia social para retomar el papel
que la sociedad le exige.
Senador de la República
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