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"Estamos en una crisis humanitaria que deriva de la ausencia del Estado":

Alejandro Encinas Rodríguez

Venimos de lejos

Dtto 30

Constituyente

Senador


Transcripción del discurso ofrecido por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, lìder moral del Partido de la Revolución Democrática, durante la inauguración del XIV Congreso Nacional del PRD

Viernes, 22 Noviembre 2013
Compañeras, compañeros delegados a este décimo cuarto Congreso Nacional de nuestro partido, el Partido de la Revolución Democrática, muy queridos y estimados amigos todos.
Pensaba hacer referencia a la lucha que estamos librando en defensa de nuestro petróleo nacionalizado, pero consideré que era preferible hacer algunas consideraciones ante este congreso en relación a la organización del partido, en la perspectiva de corto y medianos plazos.
 Primero y lo tenemos muy a la vista una elección confrontada, un manejo equivocado del proceso electoral, puede llevar a una fractura grave de nuestra organización y a un retraso con consecuencias históricas de nuestro proyecto de construcción de una nación soberana, democrática, igualitaria y justa, generosa para con sus hijos.
Si nos dividimos, podríamos contribuir además del debilitamiento obvio del propio partido y de las fuerzas progresistas y democráticas en lo general a que la representación de la izquierda mexicana, la representación que la gente reconoce como la izquierda en el sentir y el habla comunes, quede en fuerzas que han venido trabajando por la división, sin definición ideológica, sin verdadero proyecto nacional, consciente o inconscientemente apoyando al entreguismo y a la reacción. 
El partido, en este Congreso, debe plantearse cambios radicales en sus formas y prioridades de trabajo, para ser congruente con su compromiso originario, con el pueblo y la nación mexicanos. Debemos reconocer que estamos en falta y que en mayor o menor grado, es responsabilidad de todos nosotros, los integrantes del partido, y principalmente, de quienes hemos tenido y tienen responsabilidades de dirección.
Sé que aquí, en estos días, se va a revisar la línea política, las políticas de alianzas, los objetivos prioritarios de nuestras luchas inmediatas. El partido de la Revolución Democrática debe ser claro y firme en sus posiciones, distinguirse de las demás fuerzas políticas del país por verdaderamente buscar interpretar los sentires populares, nunca atropellar sus propios principios, no entrar en contradicciones en acuerdos locales cuando en las grandes líneas políticas nacionales esas contradicciones no las entiende la gente, no las entendemos y no las compartimos muchos de los que estamos encuadrados en el PRD, nos desacreditan, nos debilitan , nos desdibujan. Ninguna ventaja partidaria real hemos obtenido de ellas salvo alguna posición burocrática que no política y por cierto menor.
No debieran tener que lucrar nunca más.
Para la dirección del partido, independientemente de la cuál sea el procedimiento para elegir a la que debe substituir a la actual, considero necesario.
En lo interno:
Primero terminar con el régimen de repartición de cuotas para la designación de los integrantes de los comités ejecutivos nacionales, estatales y municipales.
Las cabezas de estos organismos, fundamentales en la conducción del partido, deben tener libertad para integrar los equipos de dirección, con aprobación de los consejos correspondientes. De otro modo lo hemos visto, se libran combates internos, se pierden de vista las razones de ser del PRD y se dejan de cumplir sus compromisos de lucha. La gente, la base más valiosa del partido, la que da la confianza a las dirigencias merece respeto y responsabilidad partidaria y ciudadana.
Las cuotas, las cuotas están matando al PRD, tomemos conciencia de ello, que las corrientes, las elegantemente llamadas expresiones defiendan visiones políticas, posicionamientos ideológicos, no preventas para dirigentes o migajas para las burocracias.
Pongamos todos, la vista hacia afuera, salgamos a unir fuerzas con la militancia, al encuentro de los problemas y a trabajar juntos por las soluciones progresistas y democráticas.
En los estados, que son fácilmente las dos terceras partes de las entidades federadas del país, en los que en las elecciones de julio pasado o en las intermedias federales de 2009, que en este caso son más representativas que las del 2012, las votaciones fueron bajas para el PRD (10%, 7%, 5% este Congreso debiera decidirlo), debieran ir a un proceso prioritario de afiliación y organización, y no debieran elegir direcciones definitivas hasta contar con comités integrados con por lo menos 50 o 100 militantes (otra decisión de este Congreso), en por lo menos el 50 o 75% de los municipios.
Mientras tanto, en esas entidades, la dirección del partido debiera quedar a cargo de la dirección nacional y ejercerse a través de delegados, con la encomienda específica de trabajar en la organización y fortalecimiento de las bases territoriales del partido, hasta alcanzar las metas propuestas antes de convocar a elegir a nuevas direcciones. De otro modo, en esos estados o en los distintos y municipios correspondientes, no habrá partido para nadie ni en el 2015 ni el 2018.
Un elemento fundamental para una buena conducción del partido, es la coordinación de la dirección nacional con las presentaciones legislativas. Hasta ahora, en lo general no se han presentado problemas mayores. En la actualidad las cosas van bien. Pero sería conveniente pensar seriamente en garantizar una coordinación eficiente, otorgando al presidente del partido para la elección federal intermedia, o al candidato presidencial del partido, en el caso de elecciones presidenciales federales, la facultad de designar, en cada circunscripción para elegir diputados de representación proporcional, a dos candidatos, en lugares de la lista viables de ser elegidos, por ejemplo el 3 y el 6 o el 2 y el 5, algo similar debiera considerarse en las elecciones estatales respecto a las legislaturas locales.
Entre las prioridades de la actividad partidaria, hoy, a lo primero que debemos abocarnos, es a la defensa del petróleo nacionalizado. Por otro lado, el PRD no puede dejar de ser ajeno a todo aquello que representa luchar por el rescate pleno ejercicio de la soberanía nacional, por una política de creación de empleo formal y crecimiento económico sostenido en el largo plazo, por la recuperación productiva del campo, la democracia sindical, por revertir las reformas laborales y la supuesta reforma educativa que recientemente se aprobó, por una educación de calidad, por la integración latinoamericana, el fortalecimiento de la paz, la no intervención y el respeto a la autodeterminación.
Pero vuelvo, en lo inmediato la lucha está en el no permitir que pase o que se impongan los daños que pueden ocasionar las reformas al 27 y 28 constitucionales.
Les pido nos ayuden a recolectar firmas para exigir se convoque a una consulta que, en caso dado, pueda revocar estas reformas.
Faltan pocas firmas para cumplir con el requerimiento constitucional. Les pido a todos que aceleremos el paso, en una prioridad de y para los mexicanos, está el futuro de México.
Antes de concluir está intervención, quisiera decirles que compañeros con diferentes afinidades internas me han planteado la posibilidad de presentar mi candidatura a la presidencia del partido, en caso de darse, en caso de darse una reforma estatutaria que lo permita.
Quiero, ante todo, agradecerles que hayan pensado, según me lo han expresado, que pueda yo así a contribuir a evitar rupturas, a fortalecer la unidad del partido y a impulsarlo a un futuro inmediato de buenos resultados partidarios.
Debo decirles, que ante las experiencias vividas, considero conveniente la reforma estatutaria que permita a quienes ya tuvimos la responsabilidad de condicir al Partido de la Revolución Democrática, de volver a hacerlo, así como que se levante la prohibición, así como que se levante la prohibición para que los legisladores del partido puedan ser integrantes de sus cuerpos ejecutivos de dirección, sin abandonar sus responsabilidades legislativas.
Tenemos, así lo han manifestado ya tres compañeros que han hecho público su interés por dirigir al PRD. Los tres, por cierto, además de compañeros del PRD, son buenos amigos míos, los aprecio y creo ser correspondido.
La reforma estatutaria de la que se ha venido hablando, que como digo, la considero conveniente, necesaria para no seguir perdiendo la colaboración de cuadros formados nacionales, estatales y municipales, en esta ocasión, véasele como se le quiera ver, tiene dedicatoria. Así se ve de fuera y de adentro. Así la vemos todos. Aún así, la reforma debe realizarse. Conviene al PRD. Y ese es mi punto de vista.
Tenemos, decía hace un momento, a tres compañeros de hecho ya en campaña. Faltan las formalidades: la convocatoria, los registros, dar difusión a sus propuestas, al partido y a la nación. Vemos ya a compañeros que se están alineando con ellos. Son tres buenos candidatos.
No creo en las reformas legales con dedicatoria. Pero independientemente de eso, he analizado con mucha atención y quiero pensar que con responsabilidad para con el partido, para con mis compañeros de muchas batallas, con los que hemos de seguir pues a nuestro proyecto de nación le falta mucho para que se alcancen sus objetivos fundamentales, quiero decirles que lo he pensado muy seriamente, y estimo que esta debe ser una oportunidad para otros.
Yo agradezco la confianza de mis compañeros, yo agradezco mucho la confianza de mis compañeros de quienes han pensado que yo pueda volver a la presidencia del partido, pero debemos ir por la renovación, con compromisos claros y firmes con el país y con el partido.
De este Congreso debe surgir un compromiso de todos, de delegados, dirigentes y candidatos, de unidad interna, de conductas responsables y sobre todo quiere así decírselo a los aspirantes a encabezar nuestra organización y a sus partidarios más cercanos y de mayor confianza, para llegar más fuertes al final de esta ya cercana jornada de renovación. Hoy, podemos enorgullecernos de tener ya tres buenos candidatos. Los conocemos. Y sabemos que quieren trabajar.
Hagamos de la próxima una elección ejemplar, que de ella resulte un partido más fuerte, con mayores perspectivas y alcances. Un partido que sea el núcleo de la nueva mayoría política de la nación.
Tenemos todos responsabilidad para con el proyecto de soberanía y democracia del Partido de la Revolución Democrática, todos tenemos compromiso con una verdadera izquierda plural, tolerante y progresista, nacionalista e internacionalista. No tenemos derecho a fallar.
¡Democracia ya! ¡Patria para todos!


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