Revertirla reforma energética
Alejandro
Encinas
El
Universal
20 de marzo de 2018
Miente el presidente Enrique Peña Nieto al
armar que: "La reforma energética introdujo cambios estructurales que
impulsan a la industria petrolera en su conjunto y promueven la productividad y
la competitividad de Pemex”.
introdujo cambios estructurales que
impulsan a la industria petrolera en su conjunto y promueven la productividad y
la competitividad de Pemex”.
Los trabajos de exploración y desarrollo se
han desplomado, la tasa de utilización de la capacidad de refinación se ha
reducido a menos del 50 por ciento, la producción de petrolíferos se ha
derrumbado y las importaciones han crecido desmesuradamente.
La balanza petrolera es deficitaria desde
2015. En 2017 las exportaciones de petróleo crudo sumaron 23 mil 600 millones
de dólares, mientras las importaciones sumaron 42 mil millones de dólares, 18
mil 400 millones de pesos más. Esto significa que se importa más del 70 por
ciento de los combustibles que se consumen en el país, con su consecuente
incremento en los precios.
Peña Nieto miente al armar que el sector
energético está atrayendo más inversiones que nunca: "Al concluir este
sexenio se habrán formalizado compromisos de inversión por 200 mil millones de
dólares, que serán la base para el crecimiento de este sector a lo largo de los
próximos años”.
Falso. En los poco más de cuatro años transcurridos
de la contrarreforma constitucional, se han invertido solo poco más de 3 mil
millones; esto es, el 1.5 por ciento de lo ofrecido, mientras que antes de la
reforma Pemex invertía de tres a cinco veces más cada año que el total de lo
invertido tras la reforma.
Miente al armar que Pemex no era rentable,
que era imperativo crear un nuevo régimen legal que le permitiera a la empresa
fortalecer sus operaciones: “La reforma energética introdujo cambios
estructurales que impulsan a la industria petrolera en su conjunto, al tiempo
que promueven la productividad y la competitividad de Pemex”.
Falso. Se ha profundizado el
desmantelamiento de Pemex. Más allá de la corrupción que representan las
operaciones ilícitas de Odebrecht o el robo de hidrocarburos, el Gobierno
federal está obstinado en entregar a manos privadas, al que fuera el monopolio
estatal, por ejemplo: La Comisión Reguladora de Energía obligó a Pemex a ceder
al sector privado el 70 por ciento de sus contratos de venta de gas. Además,
con la construcción del mercado de gas natural, Pemex fue despojado de la red
troncal de gasoductos, sin que se le pagara una correcta indemnización, al
tiempo que la paraestatal ya no comercializa los hidrocarburos de la nación, ya
que el gobierno contrató a la empresa trasnacional Tragura, la que le cobra 18
centavos de dólar por barril comercializado.
Pese a las evidencias del fracaso de la
reforma energética, el Gobierno continúa depredando la riqueza nacional y
empeñando el futuro y la seguridad energética del país. Durante la Ronda Uno,
se concesionaron 20 mil 424 km2 del territorio nacional, en plazos que van de
35 a 50 años en tierra, aguas someras y aguas profundas. Durante la Ronda Dos,
se entregaron en el Golfo de México 42 bloques con un área de 69 mil 696 km2, y
se prevé la entrega de 231 bloques más que sumarán 165 mil 218 km2. Es decir,
en solo cinco años, se habrán concesionado a particulares cerca de 255,338 mil
km2, que representan la quinta parte del Golfo de México que equivalen al 10
por ciento del territorio nacional, que sumadas a las concesiones mineras que
comprenden más de 600 mil km2, cerca de la mitad del territorio nacional estará
bajo el dominio de empresas privadas, en su mayoría extranjeras.
La reforma energética fracasó y es
necesario revertirla, las pruebas son contundentes; sin embargo, el gobierno y
los intereses a los que sirve, quieren hacernos creer que la reforma energética
es irreversible, que se han suscrito contratos e instrumentos legales que
impiden cualquier cambio a la situación impuesta.
Falso. La reversión de la reforma
energética es viable. Es posible que los hidrocarburos y el servicio público de
electricidad vuelvan a considerarse estratégicos y de gestión exclusiva del
Estado. Que habrá litigios con las empresas concesionarias, los habrá, pero
México debe hacer valer sus instrumentos constitucionales para garantizar el desarrollo
del país, su seguridad energética y con ello, su seguridad nacional.
Este es el país al que aspiramos muchos
mexicanos, el país que se debatirá en las urnas el próximo 2 de julio. Un país
que es posible alcanzar.
Senador
de la República
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