Sector eléctrico es un tema fundamental de
la soberanía y de la seguridad nacional:
Alejandro Encinas Rodríguez
INTERVENCIÓN EN COMISIÓN
09 de diciembre de 2013
Intervención del Senador
Alejandro Encinas Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar su
reserva al artículo 25 del proyecto de dictamen que reforma y adiciona diversos
artículos constitucionales, en materia energética.
Alejandro Encinas Rodríguez (AER).
Muchas gracias, Senador Presidente.
Compañeras y compañeros Legisladores.
El día de ayer centramos la discusión en torno al petróleo y los demás
hidrocarburos, y si bien hubo referencias a las implicaciones de estas
Reformas, en materia de la privatización, en las fuentes de generación de
energía eléctrica y la virtual liquidación de la Comisión Federal de
Electricidad, no abordamos con detenimiento el significado de la medida absurda
que el Dictamen presenta en torno al sistema y al sector eléctrico del país.
En la exposición de motivos, por
ejemplo, en la página número 71, se señala que en la participación del sector
privado nacional y extranjero, en la generación eléctrica, ese resultado de las
reformas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, que se hicieron en
diciembre del año de 1992, allá en el Gobierno de Ernesto Zedillo, las cuales
--dice-- permitieron la participación de terceros en aquellas actividades que
eran consideradas de carácter público y de manera particular la exposición, y
aquí empezamos con las contradicciones y lo absurdo de los argumentos que se
plantean, es que dice que la apertura limitada a la participación privada, ha
permitido a los actores privados contribuir a brindar seguridad energética del
país, así como para ofrecer mejores tarifas a sus clientes, lo cual es
evidentemente falso.
Ya que analizamos con detenimiento la
auditoría que realizó la Cámara de Diputados, a través del Centro de Estudios
Sociales y de Opinión Pública, vamos a encontrar -y por lo menos, deberíamos de
tener la atención de considerar lo que los órganos de investigación y análisis
de este Congreso generan- cómo en la medida en que ha participado el sector
privado en la actividad de generación de energía eléctrica, se han venido
incrementando sustancialmente las tarifas.
Por ejemplo, en la última auditoría el
costo unitario de las Centrales de la Comisión Federal de Electricidad fue
inferior en un 40 por ciento de la que generan los productores privados
llamados independientes.
La verdad es que lo que se ha venido
sucediendo es comprometer no solamente la consolidación del Sistema Eléctrico
Nacional sino limitar el desarrollo deliberado de la Comisión Federal de
Electricidad porque habiendo capacidad instalada, por lo menos el 42 por ciento
de la capacidad instalada para generar energía eléctrica en el país se
encuentra ociosa porque se ha preferido brindar contratos al sector privado,
que vienen aportando el 45 por ciento de la generación con una capacidad ociosa
del 42 por ciento de la infraestructura del sector público.
Por supuesto son muchas las empresas
extranjeras que se benefician de esta situación, particularmente Iberdrola, de
España; Mitsubishi, de Japón y Alstom, de Francia, que son las que concentran
la mayor cantidad de contratos para la generación de energía eléctrica.
Y ahora resulta que no solamente se les
va a otorgar libertad plena para la generación, sino que se quiere convertir a
la Comisión Federal de Electricidad -como establece el Artículo 25
Constitucional- en un sistema que se reduce a la planeación y el control del
Sistema Eléctrico nacional así como la transmisión y distribución de energía.
¿Qué significa esto?
Con las reformas al Artículo 28
Constitucional, que simple y sencillamente Comisión Federal de Electricidad
reducirá su actividad a la distribución de energía comprando a particulares la
energía que se genere, a pesar de que sea a costos superiores.
Y al eliminarse la exclusividad de la
nación y el carácter estratégico de la industria eléctrica, lo que van a
permitir es la venta de los activos de la Comisión Federal de Electricidad y
puede llegarse al extremo no solamente de la privatización -por ejemplo- de la
Termoeléctrica del Valle de México, sino incluso de las presas hidroeléctricas
del Sistema de Angostura Chicoasén.
Son insaciables. Solamente el año
pasado la Comisión Federal de Electricidad pagó 74 mil millones de pesos a la
iniciativa privada por generación de luz, lo que equivale al 30 por ciento del
presupuesto total de esta empresa, lo que ahora van a transmitir totalmente,
incluso los activos, a estas empresas privadas, fundamentalmente extranjeras,
haciendo depender al sector eléctrico de la inversión privada y poniendo en
riesgo la seguridad energética de nuestro país, que en cualquier país que
considere sensato su nivel de desarrollo, entiende que el sector eléctrico no
sólo es un asunto que garantiza la soberanía energética, sino que es un tema
fundamental de la soberanía y de la seguridad nacional.
De esa magnitud son las reformas y la
entrega que se hace al capital extranjero de áreas estratégicas de nuestro
país. Qué vergüenza.
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