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"Estamos en una crisis humanitaria que deriva de la ausencia del Estado":

Alejandro Encinas Rodríguez

Venimos de lejos

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Ahora sí enfrentamos un verdadero gobierno de coalición que pretende hacer de la política energética un gran negocio

INTERVENCION EN COMISION
Alejandro Encinas Rodríguez
08 de diciembre de 2013


Intervención del Senador Alejandro Encinas Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar en contra del dictamen de reforma energética.

Alejandro Encinas Rodríguez (AER). Gracias, senador Presidente.

En primer lugar quiero señalar que los trabajos del Congreso no deben regirse por el sentido común, aunque por lo general se rigen por el sin sentido. Deben de regirse expresamente por las normas y las reglas que nos hemos dado y deben cumplirse puntualmente.

Creo que debemos de evitar la elusión del debate en torno a detenernos en los asuntos del procedimientos; cuando lo que nos interesa a todas y a todos es hacer un debate de cara a la sociedad mexicana, donde se queden plenamente identificadas las posiciones de cada uno de los grupos.

Yo por eso hoy no quiero dirigirme a este Pleno de las Comisiones Unidas, yo quiero dirigirme a las mexicanas y a los mexicanos, que afortunadamente nos ven a través de la señal del Canal del Congreso.

Porque este es un debate histórico para el país, es un momento de definiciones fundamentales en donde, como lo hemos visto, sale a relucir lo mejor y lo peor de los individuos, sale a reducir desde el argumento fácil, hasta la demagogia y la mentira.

Y yo creo que justamente si queremos un debate en serio, debemos de ubicar el verdadero alcance de esta reforma, que hacer ver a la iniciativa de Peña Nieto como una iniciativa de avanzada; porque hoy prácticamente se somete a remate, no solamente el petróleo, sino también el resto de los hidrocarburos y la industria eléctrica, vulnerando profundamente al Estado mexicano que sigue debilitándose.

Si teníamos un Estado fallido ante la delincuencia, hoy tenemos un Estado fallido ante los poderes económicos fácticos del país y del extranjero.

Y se pone indudablemente en riesgo la soberanía de nuestro país no solamente en cuanto al manejo libre, autónomo de sus recursos naturales, sino de la soberanía sobre nuestra política energética y sobre las decisiones soberanas que hoy serán sometidas a los tribunales internacionales siendo ajenas a la legislación mexicana.

Lo que está de fondo también es una redefinición de la propiedad, porque no solamente se está poniendo la modificación del Artículo 27 Constitucional el término del dominio de la nación sobre los hidrocarburos y los recursos del subsuelo al transferir mediante una figura absurda que ahora denominan “licencias” la propiedad de los bienes del subsuelo y emplazan al aniquilamiento de la propiedad social, particularmente de los ejidos y comunidades, donde ya no va a ser necesaria la acreditación del requisito de interés público para poder expropiar en favor de intereses privados.

Esto es un debate histórico, que indudablemente plantea dos visiones profundamente distintas del país y que va a abrir viejas heridas entre nosotros.

Se trata de una contrarreforma que rompe con una base fundamental del pacto social establecido en la Constitución de 1917. Es una contrarreforma que impone la visión de una parte de la sociedad, la del dinero, la del privilegio, la que detenta el poder público y el poder económico en estos momentos en el país.

Por eso yo creo que tenemos que ubicar en su justa dimensión este debate. Se trata, como decía, de una reforma que nos a confrontar y a dividir a los mexicanos y por eso hemos insistido en que estas decisiones debe de someterse a una consulta popular que involucre a todos los ciudadanos del país.

No es como dice el senador Orihuela, que queremos ganar en una consulta lo que no ganamos en las urnas.

Por supuesto, en las urnas ustedes tampoco ganaron la propuesta de privatizar el petróleo, porque no solamente no estaba en su plataforma electoral, sino que se vieron obligados a modificar su programa y sus Estatutos.

Se engañó a la población durante la campaña.

El PAN sí lo traía indudablemente, porque en esta contrarreforma es innegable, un triunfo ideológico del PAN sobre el nacionalismo revolucionario del PRI que se sometió a los intereses del poder económico.

Hay que recordar que el Partido Acción Nacional surgió en contra de la Reforma Agraria, la Educación Socialista y la explotación petrolera del General Lázaro Cárdenas del Río; pero también es muy claro hoy que el sometimiento del PRI, no solamente ha renunciado a su visión nacionalista, sino que hoy empeña y da la espalda a sus principios, a sus ideales originarios para entregar la mayor riqueza de nuestro país.

Este documento, este Dictamen, proyecto de Dictamen que estamos discutiendo, va a pasar a la historia, al igual que sucedió con los tratados de Guadalupe Hidalgo, con los que Santana entregó la mitad del territorio nacional.

Al igual que los tratados y convenios que firmó la aristocracia mexicana, para imponer a un Emperador extranjero en el Gobierno, como sucedió también con los tratados de Bucareli, que indudablemente empeñaban lo que hoy ponen a remate en el país, y formarán parte de este Dictamen, como una de las peores etapas de la mayor ignominia en nuestra historia.

Ahora sí enfrentamos un verdadero Gobierno de coalición, que pretende hacer de la política energética un gran negocio. No se trata de un mayoriteo mecánico para imponernos una Reforma Constitucional, se trata innegablemente de una reconfiguración del Poder Público y del Poder Económico en donde cada quien ocupará el lugar que les corresponde en la historia.

Es inaceptable cómo en el Artículo 25 Constitucional, mantienen el carácter inalienable, imprescriptible que se otorga al petróleo y a los hidrocarburos.

Cuando se establece que el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible, se refiere a que no están sujetos a la acción reivindicatoria de posición definitiva o provisional de un recurso.

Esto quiere decir que los particulares no pueden adquirir derechos reales sobre los recursos.

En la segunda parte, una figura de licencia, de licencia es un sinónimo de concesión, como lo descaro es de desvergüenza, porque en el mismo transitorio 4º señala nuevas modalidades de contratación, que podrán ser contratos de servicios, de utilidad o producción compartida, o de licencia para llevar a cabo, “por cuenta de la nación” --dicen--, las actividades de exploración y extracción del petróleo que se mantienen supuestamente en función del 25 y el 28 como áreas estratégicas reservadas exclusivamente para el Estado.

Y llegan al extremo de establecer las formas de pago, donde no solamente se pagará en efectivo los contratos de servicios sino también con porcentajes de utilidad en los contratos de utilidad compartida, pero también con un porcentaje de la producción obtenida de los contratos de producción compartida.

Esto significa que va a haber una transmisión onerosa de los hidrocarburos, una vez que hayan sido extraídos del subsuelo en favor de particulares, llegándose al extremo en el pago por producción a que los particulares van a extraer, van a exportar el crudo mexicano que era una actividad reservada exclusivamente a la nación.

Y se incorporan figuras francamente vulnerables de nuestra soberanía como es incorporar la disputa de controversias legales a las disposiciones internacionales ya que el Artículo 7º Transitorio abre el tema de los Tratados Internacionales de Acuerdos Comerciales que deroga la cláusula petrolera establecida en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que mantenía la jurisdicción plena de los asuntos y conflictos relacionados con Pemex y CFE en los Tribunales y Legislaciones nacionales.

Al derogar esta cláusula petrolera se abre indudablemente los litigios a los Tribunales internacionales, vulnerando la soberanía plena de nuestras Leyes y nuestra Constitución.

Y claro, todo termina en un negocio. Hay un segundo Transitorio donde se van a mantener los derechos de los trabajadores petroleros. Seguramente será el derecho a la liquidación porque en lo establecido en el 25 Constitucional y en el 28, va a permitir no solamente la venta de los activos sino se llega al extremo de permitir que las empresas contratistas establezcan en sus sistemas contables como activos propios las reservas prospectivas del petróleo a futuro y dicen que no se entrega la propiedad del petróleo.

Va a pasar a formar parte de los activos contables de las empresas que gradualmente irán desmantelando a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad.

Es grande el negocio, muy grande, y van darle un instrumento para ejercer este fideicomiso, Fondo Mexicano del Petróleo que lo administrará el Banco de México, será un fondo público en donde la Secretaría de Hacienda realizará las acciones directamente para la constitución y funcionamiento de un fideicomiso que no estará sujeto a las reglas de control fiscal y presupuestal con un manejo plenamente discrecional, en donde tres funcionarios del Gobierno en turno y de los dos particulares, seguramente del Gobierno, van administrar esos recursos para hacer un modelo bipartidista utilizando los recursos que hoy son de la nación para preservarse en el poder.

Yo no entiendo tantas intervenciones, la del senador Casillas, que ya se nos fue, que dice, en un desprecio total por los mexicanos, que no saben qué significa el petróleo para los mexicanos, porque sólo lo que ven es el incremento en el precio de la gasolina.

Quiero señalar que el 82 por ciento de los mexicanos no tienen vehículo y no compran gasolina, pagan el transporte público que se encarece. Esos recursos que presenta la educación pública, la salud pública, la infraestructura en agua, en transporte, en drenaje que es lo que se va a perder hoy; y esos cuatro de cada 10 pesos que aporta Pemex al erario público, que hoy se transferirán a particulares lo van a pagar los mexicanos con los nuevos impuestos que se imponen.

O lo que dice el senador Pablo Escudero en este recuento de agravios y desastres de Pemex. Si no es más que el recuento de sus propias incapacidades, si hoy no hay refinerías es porque Pemex decidió deliberadamente no construir nuevas, en los gobiernos del PAN no pudieron acabar ni siquiera una barda en el municipio de Tula.

No es porque no haya tecnología y recursos para aprovechar el gas natural, porque fueron más jugosos los negocios en los gobiernos del PAN trayendo gas natural desde Perú en buques-tanque, en lugar de construir un oleoducto de 100 kilómetros a los Estados Unidos que hubiera abaratado los costos del gas natural por lo menos en un 80 por ciento.

Y no nos vengan hoy a decir que quienes corrompieron a Pemex, que han sido los gobiernos del PRI y del PAN, que esta privatización es para acabar con la corrupción, cuando los corruptos han sido ustedes mismos, porque el Presidente del Comité de Administración de Pemex siempre ha sido el Presidente de la República.

Eso yo creo que hay que decirle a las mexicanas y a los mexicanos.

Grupo Parlamentario del PRD
Senado de la República, 2013




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