Con esta Reforma Energética se afecta
gravemente la soberanía de la nación
INTERVENCION EN COMISION
Alejandro Encinas Rodríguez
10
de diciembre de 2013
Intervención
del Senador Alejandro Encinas Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRD, para
presentar su reserva al artículo 27 del proyecto de dictamen que reforma y
adiciona diversos artículos constitucionales, en materia energética.
Alejandro Encinas Rodríguez (AER). Muchas gracias, Presidente de la Comisión de Energía; compañeras y compañeros.
Quizá para muchos de ustedes estemos en un ejercicio inútil en donde estamos aquí haciendo un planteamiento sucesivo de ideas, críticas por supuesto, de análisis objetivos de nuestra valoración respecto a esta contrarreforma que va a llevar a nuestro país no solamente a empeñar su futuro, sino a colonizar de nueva cuenta nuestra sociedad.
Sin embargo y qué bueno que tenemos al Canal del Congreso, estamos muy interesados en el sentido de que a pesar de su indiferencia e incluso de su desprecio al debate y a las ideas, muchas ciudadanas y ciudadanos están conociendo de este debate que sin lugar a dudas va a ir marcando el devenir histórico de nuestro país en el muy corto plazo, y estamos discutiendo el artículo nodal de esta Reforma.
Más allá de las discusiones que se han dado sobre el Artículo 25, el Artículo 28, esta gran cantidad de artículos transitorios que no es sino la síntesis de acuerdos políticos que quieren cristalizarse posteriormente en leyes reglamentarias el asunto nodal de la reforma está justamente en el Artículo 27 Constitucional, que es sin lugar a dudas el artículo más importante de nuestra Constitución y que a pesar de la regresión que sufrió en 1992, cuando se pretendió privatizar el ejido y la comunidad, hoy sigue siendo el soporte del pacto fundacional del que emergió la Constitución Política de 1917.
Lo definió muy bien Andrés Molina Enríquez, quien fue quien redactó justamente el artículo 27 constitucional, cuando destacaba la importancia de este artículo como la parte fundamental del pacto social y donde se definía la propiedad originaria de la Nación no solamente sobre los bienes del subsuelo, sino donde se establecen las facultades del Estado para definir las modalidades a las que debe sujetarse la propiedad en el país, la propiedad pública, la propiedad privada y la propiedad social.
Y es claro que fue el artículo 27 constitucional, el que permitió pacificar al país. Éste, junto con el artículo 123 que fue la avanzada a nivel internacional, donde se reconocían, no solamente garantías de carácter social al ejido, a la comunidad o a los trabajadores, sino la responsabilidad social del Estado, y sus responsabilidad en la rectoría económica, es la que hoy se quiere vulnerar.
Y debemos asumir que el Pacto Social o Contrato Social pues es el acuerdo entre los hombres por el cual se resuelven para el bien común las formas de convivencia de una sociedad, en la que un sector de la sociedad renuncia a una parte de su libertad para conformar al Estado.
Desde el Siglo XVII, el Pacto Social se asumió como un acuerdo entre gobernantes y gobernados, donde los gobernantes deben respetar los derechos de las personas y a la vez garantizar y velar por la vida, la libertad, la propiedad de los gobernados, siempre en una responsabilidad del Estado primigenia para darle viabilidad a un proyecto de Nación.
Ya Jacobo Rosseau señalaba que el Pacto Social en un estado democrático, donde los gobernantes son elegidos por la mayoría del pueblo, los gobernantes lo son por un tiempo, manteniendo siempre la soberanía de las decisiones, en el pueblo; y cuando un gobierno no cumple con su responsabilidad y le da espalda al pueblo, es el pueblo mismo, a partir de la soberanía popular, que puede declararse en rebeldía, en desobediencia y puede cambiar a su gobierno.
Y a ello nos está conduciendo esta reforma constitucional, esta contrarreforma rompe con el Pacto Social que emerge de un movimiento revolucionario, que dio pauta al Estado mexicano moderno, donde se rompe con esta contrarreforma, la rectoría del Estado mexicano y se rompe con la salvaguarda que debe de garantizar la propiedad de la Nación sobre sus bienes y sobre el patrimonio del país.
Ya que la propiedad del petróleo es un tema fundamentalmente ligado a la independencia económica y a la soberanía de la Nación, y hoy no solamente se renuncia a la rectoría del Estado en economía, sino se abdica frente a la rectoría del mercado sobre la economía.
Y esto rompe la parte sustancial, una de las partes sustanciales de nuestro Pacto Social de nuestro pacto fundacional.
Con esa contrarreforma, se abandona la política que otorga al Estado mexicano, la responsabilidad de impulsar el desarrollo, facultad que hoy se deja en particulares que van a asumir lo que antes era una conducción del Estado en su propio beneficio, entregando los recursos y los bienes de todos los mexicanos a particulares y particularmente a las empresas transnacionales.
Por eso nosotros hemos insistido: El sector energético no puede estar sujeto al mercado, el sector energético debe manejarse con una visión integral de largo plazo, asumiendo que el petróleo y demás hidrocarburos son propiedad de la nación, que son bienes inalienables e imprescriptibles y que si bien el artículo 27 establece las modalidades que hay que extender la propiedad privada, establece también la propiedad de la nación sobre sus recursos naturales y el dominio directo sobre los recursos del subsuelo como son los hidrocarburos.
Lo que se está proponiendo hoy es modificar, de manera radical y en sentido contrario a su desarrollo histórico, la orientación del Estado mexicano contemporáneo.
Se modifica la propiedad y el dominio directo de la nación sobre sus propios recursos en la medida en que se altera significativamente la propiedad y el dominio directo de la nación sobre los mismos.
Esta medida no solamente debilita al Estado, debilita también la capacidad del Estado para regir e impulsar el desarrollo y la verdad es que resulta absurdo que con esta contrarreforma se cede el dominio que hoy detenta la nación sobre el petróleo y sus recursos naturales a particulares.
En alguna ocasión un ex gobernador del Estado de México, que ahora es Presidente de la República, me decía que el arte de la política es saber conservar el poder y lo ha demostrado en los últimos días, pero no creo que sea congruente con esto porque hay que asumir que el petróleo, el dominio sobre el petróleo es poder; poder económico y poder político y ceder y abdicar del dominio del petróleo es abdicar también del poder del Estado.
Y vaya que resulta estúpido renunciar a lo que hoy no solamente es una parte fundamental de los ingresos del país sino es una parte fundamental para garantizar un mínimo de soberanía que hoy se entrega como parte de la cesión del poder político del Estado mexicano al capital extranjero.
Hoy, con esta Reforma Energética, se afecta gravemente la soberanía de la nación -lo dije el día de ayer- al dejar entrar a la inversión extranjera automáticamente bajo la derogación de la cláusula petrolera del Tratado de Libre Comercio, donde hoy la actividad del petróleo y la energía en general no estará sujeta a las normas, a las leyes del país que nos subordinaba a los tribunales internacionales como al Centro Internacional de Riesgos de Diferencias ya establecido el marco mundial.
Hoy, cediendo a las presiones del Banco Mundial se somete la soberanía del país a los juzgados internacionales.
Senador David Penchyna Grub: Estamos sobre el tiempo, Senador.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: ...el tiempo, 22 grados, medianamente nublado, por si tiene alguna duda sobre el tiempo, y seguirá bajando la temperatura.
Senador David Penchyna Grub: No, el tiempo de la Tribuna, Senador.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Por eso no coincido con lo que señaló el Senador Aispuro, que lamentablemente dio una modificación a la exposición de motivos y quisieron aceptar.
Cuando él señalaba que quitar la exclusividad del Estado sobre la actividad de los energéticos no implicaba privatizar Pemex ni la Comisión Federal de Electricidad, lo cual no es cierto, porque al eliminar el carácter estratégico de distintas áreas del Sector Energético y dejando exclusivamente como áreas estratégicas la exploración y la explotación, los activos de Pemex y de CFE pueden ser vendidos en términos de lo establecido en el Artículo 25 constitucional porque se elimina la obligación del Gobierno Federal mantener la propiedad de los organismos públicos que prestan los servicios en las áreas estratégicas.
Y efectivamente, con esta Reforma, lo dije ya también anteriormente, lo mismo podrán vender una termoeléctrica, una hidroeléctrica, una geotérmica, que también muchas de las plantas petroquímicas que hoy son propiedad de la Nación.
Pero el problema de fondo no son los fierros de Pemex y de CFE, que van a dejar envejecer y oxidarse, el problema otro con el tiempo, traen muchas prisas y si quieren que terminemos por lo menos pasado mañana, déjennos terminar de discutir.
Hay que respetarnos a nosotros mismos y no burlarse del país que están ustedes saqueando y vendiendo en estos momentos.
Senador David Penchyna Grub: No se permiten los diálogos.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Lo vamos a defender.
Esa no es visión, vengan a exponerla, no eluda el debate, están nada más rechazando (...)
Senador David Penchyna Grub: Senador Encinas, no hay diálogos.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Es falta de valor y de ética.
Senador David Penchyna Grub: Senador Encinas, no hay diálogos.
Senador: (Inaudible)
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Como usted guste lo valoramos, en el foro que usted lo guste.
Súbase a debatir. Aquí traemos ideas.
Senador David Penchyna Grub: Ruego orden en la Sala. No hay diálogos entre Senadores. Se señala el tiempo, Senador Encinas, en respeto a los demás, le ruego concluya.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Muchas gracias, señor Presidente.
Cuando no hay ideas, no queda más el recurso de descalificación y las manifestaciones de soberbia.
Nosotros no vamos a caer en la provocación.
Lo que está hoy en juego es la propiedad de los bienes de la Nación, porque como lo establece el Artículo 27 Constitucional que quieren ustedes hoy reformar, señalan que a pesar de que la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible en lo que se refiere a petróleo y demás hidrocarburos, en el párrafo siguiente permite el establecimiento de contratos para que a nombre de la Nación particulares lleven a cabo las actividades de exploración y extracción de petróleo.
Por eso hay que hablar con la verdad y venir a debatir a la Tribuna, senador Gaxiola, a quien siempre he tenido respeto, igual que a todas mis compañeras y compañeros Senadores, pero también sabemos debatir y discutir en el ámbito que ustedes deseen establecer.
Por lo pronto, planteamos que se derogue esta propuesta de reforma del 27 constitucional.
Muchas gracias.
Alejandro Encinas Rodríguez (AER). Muchas gracias, Presidente de la Comisión de Energía; compañeras y compañeros.
Quizá para muchos de ustedes estemos en un ejercicio inútil en donde estamos aquí haciendo un planteamiento sucesivo de ideas, críticas por supuesto, de análisis objetivos de nuestra valoración respecto a esta contrarreforma que va a llevar a nuestro país no solamente a empeñar su futuro, sino a colonizar de nueva cuenta nuestra sociedad.
Sin embargo y qué bueno que tenemos al Canal del Congreso, estamos muy interesados en el sentido de que a pesar de su indiferencia e incluso de su desprecio al debate y a las ideas, muchas ciudadanas y ciudadanos están conociendo de este debate que sin lugar a dudas va a ir marcando el devenir histórico de nuestro país en el muy corto plazo, y estamos discutiendo el artículo nodal de esta Reforma.
Más allá de las discusiones que se han dado sobre el Artículo 25, el Artículo 28, esta gran cantidad de artículos transitorios que no es sino la síntesis de acuerdos políticos que quieren cristalizarse posteriormente en leyes reglamentarias el asunto nodal de la reforma está justamente en el Artículo 27 Constitucional, que es sin lugar a dudas el artículo más importante de nuestra Constitución y que a pesar de la regresión que sufrió en 1992, cuando se pretendió privatizar el ejido y la comunidad, hoy sigue siendo el soporte del pacto fundacional del que emergió la Constitución Política de 1917.
Lo definió muy bien Andrés Molina Enríquez, quien fue quien redactó justamente el artículo 27 constitucional, cuando destacaba la importancia de este artículo como la parte fundamental del pacto social y donde se definía la propiedad originaria de la Nación no solamente sobre los bienes del subsuelo, sino donde se establecen las facultades del Estado para definir las modalidades a las que debe sujetarse la propiedad en el país, la propiedad pública, la propiedad privada y la propiedad social.
Y es claro que fue el artículo 27 constitucional, el que permitió pacificar al país. Éste, junto con el artículo 123 que fue la avanzada a nivel internacional, donde se reconocían, no solamente garantías de carácter social al ejido, a la comunidad o a los trabajadores, sino la responsabilidad social del Estado, y sus responsabilidad en la rectoría económica, es la que hoy se quiere vulnerar.
Y debemos asumir que el Pacto Social o Contrato Social pues es el acuerdo entre los hombres por el cual se resuelven para el bien común las formas de convivencia de una sociedad, en la que un sector de la sociedad renuncia a una parte de su libertad para conformar al Estado.
Desde el Siglo XVII, el Pacto Social se asumió como un acuerdo entre gobernantes y gobernados, donde los gobernantes deben respetar los derechos de las personas y a la vez garantizar y velar por la vida, la libertad, la propiedad de los gobernados, siempre en una responsabilidad del Estado primigenia para darle viabilidad a un proyecto de Nación.
Ya Jacobo Rosseau señalaba que el Pacto Social en un estado democrático, donde los gobernantes son elegidos por la mayoría del pueblo, los gobernantes lo son por un tiempo, manteniendo siempre la soberanía de las decisiones, en el pueblo; y cuando un gobierno no cumple con su responsabilidad y le da espalda al pueblo, es el pueblo mismo, a partir de la soberanía popular, que puede declararse en rebeldía, en desobediencia y puede cambiar a su gobierno.
Y a ello nos está conduciendo esta reforma constitucional, esta contrarreforma rompe con el Pacto Social que emerge de un movimiento revolucionario, que dio pauta al Estado mexicano moderno, donde se rompe con esta contrarreforma, la rectoría del Estado mexicano y se rompe con la salvaguarda que debe de garantizar la propiedad de la Nación sobre sus bienes y sobre el patrimonio del país.
Ya que la propiedad del petróleo es un tema fundamentalmente ligado a la independencia económica y a la soberanía de la Nación, y hoy no solamente se renuncia a la rectoría del Estado en economía, sino se abdica frente a la rectoría del mercado sobre la economía.
Y esto rompe la parte sustancial, una de las partes sustanciales de nuestro Pacto Social de nuestro pacto fundacional.
Con esa contrarreforma, se abandona la política que otorga al Estado mexicano, la responsabilidad de impulsar el desarrollo, facultad que hoy se deja en particulares que van a asumir lo que antes era una conducción del Estado en su propio beneficio, entregando los recursos y los bienes de todos los mexicanos a particulares y particularmente a las empresas transnacionales.
Por eso nosotros hemos insistido: El sector energético no puede estar sujeto al mercado, el sector energético debe manejarse con una visión integral de largo plazo, asumiendo que el petróleo y demás hidrocarburos son propiedad de la nación, que son bienes inalienables e imprescriptibles y que si bien el artículo 27 establece las modalidades que hay que extender la propiedad privada, establece también la propiedad de la nación sobre sus recursos naturales y el dominio directo sobre los recursos del subsuelo como son los hidrocarburos.
Lo que se está proponiendo hoy es modificar, de manera radical y en sentido contrario a su desarrollo histórico, la orientación del Estado mexicano contemporáneo.
Se modifica la propiedad y el dominio directo de la nación sobre sus propios recursos en la medida en que se altera significativamente la propiedad y el dominio directo de la nación sobre los mismos.
Esta medida no solamente debilita al Estado, debilita también la capacidad del Estado para regir e impulsar el desarrollo y la verdad es que resulta absurdo que con esta contrarreforma se cede el dominio que hoy detenta la nación sobre el petróleo y sus recursos naturales a particulares.
En alguna ocasión un ex gobernador del Estado de México, que ahora es Presidente de la República, me decía que el arte de la política es saber conservar el poder y lo ha demostrado en los últimos días, pero no creo que sea congruente con esto porque hay que asumir que el petróleo, el dominio sobre el petróleo es poder; poder económico y poder político y ceder y abdicar del dominio del petróleo es abdicar también del poder del Estado.
Y vaya que resulta estúpido renunciar a lo que hoy no solamente es una parte fundamental de los ingresos del país sino es una parte fundamental para garantizar un mínimo de soberanía que hoy se entrega como parte de la cesión del poder político del Estado mexicano al capital extranjero.
Hoy, con esta Reforma Energética, se afecta gravemente la soberanía de la nación -lo dije el día de ayer- al dejar entrar a la inversión extranjera automáticamente bajo la derogación de la cláusula petrolera del Tratado de Libre Comercio, donde hoy la actividad del petróleo y la energía en general no estará sujeta a las normas, a las leyes del país que nos subordinaba a los tribunales internacionales como al Centro Internacional de Riesgos de Diferencias ya establecido el marco mundial.
Hoy, cediendo a las presiones del Banco Mundial se somete la soberanía del país a los juzgados internacionales.
Senador David Penchyna Grub: Estamos sobre el tiempo, Senador.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: ...el tiempo, 22 grados, medianamente nublado, por si tiene alguna duda sobre el tiempo, y seguirá bajando la temperatura.
Senador David Penchyna Grub: No, el tiempo de la Tribuna, Senador.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Por eso no coincido con lo que señaló el Senador Aispuro, que lamentablemente dio una modificación a la exposición de motivos y quisieron aceptar.
Cuando él señalaba que quitar la exclusividad del Estado sobre la actividad de los energéticos no implicaba privatizar Pemex ni la Comisión Federal de Electricidad, lo cual no es cierto, porque al eliminar el carácter estratégico de distintas áreas del Sector Energético y dejando exclusivamente como áreas estratégicas la exploración y la explotación, los activos de Pemex y de CFE pueden ser vendidos en términos de lo establecido en el Artículo 25 constitucional porque se elimina la obligación del Gobierno Federal mantener la propiedad de los organismos públicos que prestan los servicios en las áreas estratégicas.
Y efectivamente, con esta Reforma, lo dije ya también anteriormente, lo mismo podrán vender una termoeléctrica, una hidroeléctrica, una geotérmica, que también muchas de las plantas petroquímicas que hoy son propiedad de la Nación.
Pero el problema de fondo no son los fierros de Pemex y de CFE, que van a dejar envejecer y oxidarse, el problema otro con el tiempo, traen muchas prisas y si quieren que terminemos por lo menos pasado mañana, déjennos terminar de discutir.
Hay que respetarnos a nosotros mismos y no burlarse del país que están ustedes saqueando y vendiendo en estos momentos.
Senador David Penchyna Grub: No se permiten los diálogos.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Lo vamos a defender.
Esa no es visión, vengan a exponerla, no eluda el debate, están nada más rechazando (...)
Senador David Penchyna Grub: Senador Encinas, no hay diálogos.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Es falta de valor y de ética.
Senador David Penchyna Grub: Senador Encinas, no hay diálogos.
Senador: (Inaudible)
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Como usted guste lo valoramos, en el foro que usted lo guste.
Súbase a debatir. Aquí traemos ideas.
Senador David Penchyna Grub: Ruego orden en la Sala. No hay diálogos entre Senadores. Se señala el tiempo, Senador Encinas, en respeto a los demás, le ruego concluya.
Senador Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez: Muchas gracias, señor Presidente.
Cuando no hay ideas, no queda más el recurso de descalificación y las manifestaciones de soberbia.
Nosotros no vamos a caer en la provocación.
Lo que está hoy en juego es la propiedad de los bienes de la Nación, porque como lo establece el Artículo 27 Constitucional que quieren ustedes hoy reformar, señalan que a pesar de que la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible en lo que se refiere a petróleo y demás hidrocarburos, en el párrafo siguiente permite el establecimiento de contratos para que a nombre de la Nación particulares lleven a cabo las actividades de exploración y extracción de petróleo.
Por eso hay que hablar con la verdad y venir a debatir a la Tribuna, senador Gaxiola, a quien siempre he tenido respeto, igual que a todas mis compañeras y compañeros Senadores, pero también sabemos debatir y discutir en el ámbito que ustedes deseen establecer.
Por lo pronto, planteamos que se derogue esta propuesta de reforma del 27 constitucional.
Muchas gracias.
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