Restauran la dinastía en el Edomex
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
19/09/2017
Alfredo III ha asumido la
gubernatura del Estado de México. La dinastía regresa al poder tras un breve
lapso de seis años, cuando en 2011 se vio obligada a ceder la gubernatura a
Eruviel Ávila, quien desplazó de la candidatura al ahora amante gobernador,
debido a la división dentro de su partido, en particular en la Zona
Metropolitana del Valle de México, harta del monopolio del poder por el grupo
del Valle de Toluca
Eruviel Ávila deja un estado en
crisis, con los peores indicadores de inseguridad y desigualdad. El Estado de México
concentra el 15 por ciento de los delitos cometidos en el país, sumando en los
últimos dos sexenios más de tres millones de delitos (un millón 513 mil con
Peña Nieto y un millón 540 mil con Eruviel Ávila), y con una derrota electoral
a cuestas que poco tiempo tardará, la dinastía restaurada, en cobrarle la
factura.
Del Mazo llega a la gubernatura
con un profundo décit de legitimidad. Pese al ilegal y oneroso operativo
electoral diseñado desde Los Pinos, Morena es el partido más votado en las
elecciones de gobernador con un millón 879 mil 347 votos, 66 mil 756 votos
arriba de PRI, que obtuvo un millón 812 mil 597 votos.
Si bien Morena logró el mayor
número de votos, el PRI alcanzó la mayoría a partir de las nueve combinaciones
de alianzas que conformó, la votación que obtuvo representa apenas al 18 por
ciento del electorado. El PRI ganó en 21 distritos electorales,
predominantemente rurales, mientras que perdió la Zona Metropolitana del Valle
de México, en tanto Morena ganó en 20, el PRD en tres y el PAN en uno.
Alfredo del Mazo Maza, nieto del
ex gobernador Alfredo del Mazo Vélez (1945-1951); hijo, del también gobernador,
Alfredo del Mazo González (1981-1986); primo del presidente Enrique Peña Nieto,
se convertirá en el octavo gobernador emanado del mítico municipio de
Atlacomulco, que ha dado nombre al grupo político que asumió el control de la
entidad tras el asesinato del gobernador Alfredo Zárate Albarrán, en marzo de
1942, año, que de acuerdo con Luis Amendolla, Alfredo del Mazo Vélez, en su
calidad de tesorero del estado, corrompió con tres mil pesos a los presidentes
municipales y con 10 mil pesos a los diputados locales, para que aceptaran a
Isidro Fabela, quien no cumplía con los requisitos de elegibilidad, quitando el
fuero a siete diputados que se opusieron a tal imposición.
Con ello inició una forma de
gobernar que, a lo largo de 75 años, ha implementado una visión patrimonialista
del erario público para mantenerse en el poder; y en el nepotismo, mediante el
cual la “familia revolucionaria” controla los negocios ligados a las obras y a
la prestación de servicios públicos.
Del Mazo asume el cargo basado en
una carrera construida bajo el cobijo del Grupo Atlacomulco y de los
privilegios que éste le ha concedido. Desde la beca que le otorgó la Gerencia
de Financiamientos y Análisis de Mercados de Pemex en el año 2000, para cursar
su posgrado, sin contar con cédula profesional en ese momento, hasta los cargos
que ha asumido, primero, en la gubernatura de Peña Nieto, como Director General
de Fomento a la Pequeña y Mediana Empresa; Director del Instituto Mexiquense
del Emprendedor, Secretario de Turismo, y Presidente Municipal de Huixquilucan,
y, más adelante, durante la Presidencia de su primo, Director de Banobras, y
diputado federal.
Su paso por Banobras dejó una
estela de dispendio y gastos obscenos, Tan solo en los dos primeros años de su
gestión, dilapidó dos mil 605 millones de pesos en publicidad, uniformes,
estas, regalos, autos y camionetas, árboles de navidad, renta de instalaciones,
tabletas electrónicas, boliche, yoga, ajedrez, clases de tenis, y renta de
aeronaves a Grupo Higa. Entre 2013 y 2014, gastó 48 millones 881 mil pesos en
publicidad para su promoción personal, a través de distintas empresas, entre
otras, Grupo Radiofónico del Estado de México, beneciando, además, con
adjudicaciones directas, a la Universidad Autónoma del Estado de México,
involucrada hoy en el escándalo de la “Estafa maestra”.
La dinastía se ha restaurado,
pero el Estado de México no es el mismo que gobernaron sus predecesores.
Gobernará siendo minoría, en momentos en que la indignación social crece, y en
los que la elección de gobernador en 2017, representa el síntoma diáfano del
profundo cáncer que ha hecho metástasis en el sistema político mexicano. Senador de la República
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