Vecinos distantes
El Universal
Artículo
Martes 22 de Marzo de 2016
La
contingencia ambiental que sufrió la Zona Metropolitana del Valle de México
(ZMVM) la semana pasada, puso en evidencia, además del agotamiento o el yerro
de la políticas ambientales y el fracaso de la llamada Comisión Megapolitana,
la falta de coordinación entre los gobiernos de la Ciudad de México (CDMX) y
del Estado de México (Edomex), así como su incomprensión de que la gestión de
la metrópoli rebasó hace mucho tiempo las intrincadas fronteras jurídicas y los
límites territoriales entre municipios y -las todavía- delegaciones políticas,
estableciendo una irreversible relación de interdependencia que no reconoce los
diferendos entre autoridades gubernamentales.
Ambos gobiernos, así como los de los estados
vecinos, deben asumir que el diseño e implementación de las políticas y
programas públicos que impactan a la Megalópolis del Centro del país deben
atender de manera integral y coordinada no sólo los problemas de contaminación
atmosférica, sino el ordenamiento territorial y la prestación de servicios
públicos que garanticen un desarrollo sustentable en los 240 municipios
ydelegaciones políticas que la conforman (29 de Hidalgo; 80 del Edomex; 33 de
Morelos; 22 de Puebla; 60 de Tlaxcala y las 16 delegaciones políticas de
la CDMX), donde en 2010, residían 29.4 millones depersonas, de los cuales más
de 20 millones de personas, se distribuyen en 59 municipios del Edomex y en las
16 delegaciones de la CDMX.
De concretarse el polo de atracción que
representaría el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y su infraestructura
complementaria, la ZMVM alcanzará una población cercana a los 30 millones de
habitantes en el año 2030.
Actualmente
en la ZMVM se consumen 65 metros cúbicos por segundo de agua (65% de los cuales
provienen de la sobreexplotación de los acuíferos de la Ciudad de México y el
35% restante de fuentes externas); genera 24 millones de toneladas diarias de
basura. En 2010, se consumieron 527 Petajoules de energía, que demandan más de
5.3 millones de viviendas, 78 mil industrias y 123 mil comercios y
servicios.
En la
ZMVM se tienen registrados más de 5 millones de vehículos automotores (57% en
la CDMX y el 43% en el Estado de México), que constituyen la principal fuente
de contaminantes, particularmente los vehículos de uso particular que
concentran el 80% del parque vehicular, y trasladan un mínimo número de
pasajeros (1.7 pasajeros por automóvil) y sus emisiones por kilómetro-pasajero
son 15 veces mayores que un Metrobús.
En la
ZMVM se realizan cerca de 22 millones de viajes diariamente. El transporte en
microbús o autobús concentra el 64.5% de los viajes, seguido por el taxi con
16.4%; el metro con 8.1%, el autobús suburbano 7.3%. El motivo principal de los
viajes que se efectúan dentro de la ZMVM es el regreso al hogar (45%), los
traslados al trabajo (25%), y los viajes para acudir a estudiar (9%).
Esta
realidad rebasa cualquier mezquindad institucional. No se puede alentar una
estéril confrontación aduciendo que la CDMX deposita sus residuos sólidos en el
Edomex o alentando información ajena a la verdad cuando se afirma que la mayor
parte del agua que se consume en la CDMX proviene del Edomex, más aun cuando gran
parte del vital liquido se destina a los municipios mexiquenses de la ZMVM.
Como tampoco se puede regatear las atenciones que el sistema de salud de la
CDMX brinda a residentes del Edomex, o el alto porcentaje de estudiantes
mexiquenses en las escuelas de la Ciudad o el subsidio al transporte que los
mexiquenses reciben al utilizar el Metro.
Vivimos
en una sola unidad territorial, integrada social, cultural y económicamente,
que no distingue fronteras arbitrarias y que, al igual que en las otras 58
zonas metropolitanas del país, obliga a repensar nuestro federalismo, las
diversas formas de asociación entre estados, municipios y regiones, así como a
imaginar nuevas formas de gestión pública en las metrópolis, que ya no
encuentran acomodo en el exacerbado centralismo que caracteriza nuestro sistema
político ni en el agobiado modelo municipalista vigente. Es momento de
descentralizar el poder público, recrear nuestras instituciones y avanzar, sin
afectar la jurisdicción territorial de cada entidad, hacia nuevas formas de
gestión metropolitana. (Senador de la República)
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