Elecciones y violencia
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
Martes, 02 Junio 2015
A unos días de la
jornada electoral, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ha
señalado que si bien se han detectado algunas dificultades, así como zonas de
riesgo vinculadas al crimen organizado, no hay señal de alarma para realizar
los comicios.
Por el contrario,
dijo: “Son millones los que han participado en campañas y millones los que van
a ir a casillas y menos, muchos menos, los que han dicho que evitarán el
proceso electoral”. Y abundó “son más los que quieren elecciones en este país y
al Estado mexicano le corresponde dar las garantías para lograrlo”.
De la misma
manera, de acuerdo con la versión de Francisco Gárate del PAN, sobre la reunión
sostenida por el Presidente del INE con los representantes de los partidos
políticos: Oaxaca y Guerrero concentran los principales riesgos para la
elección a causa de los movimientos sociales. ‘‘En el tema de inconformidad y
subversión, la entidad más dramática es Oaxaca, donde existe una amenaza de la
CNTE de no permitir la instalación de casillas’’, en tanto que en Guerrero, los
lugares problemáticos son: Chilpancingo, Tixtla, Tlapa y Chilapa. En cuanto a
criminalidad, dijo, los focos rojos se encuentran en Tamaulipas, Guerrero,
Michoacán y Jalisco, aunque precisó que, el Presidente del INE no percibe algún
intento de sabotaje por parte del crimen organizado.
Así, tanto para el
titular de Gobernación, como para el Presidente del INE, salvo casos aislados,
la elección se dará en un escenario de normalidad democrática, donde los
principales problemas no se encuentran en la influencia del crimen organizado,
sino donde existen diferentes movimientos sociales. Lo que dista de la
realidad.
Durante el proceso
electoral han sido asesinados una precandidata, tres candidatos, un coordinador
de campaña en el Distrito Federal y tres dirigentes municipales. Las
campañas se han teñido por una guerra sucia, basada en acusaciones mutuas de
corrupción, dispendio de recursos públicos y privados, y espionaje. A la
manipulación del voto de los beneficiarios de los programas sociales y el
reparto de despensas, electrodomésticos y materiales de construcción
-prohibidos por la ley-, se suma la violencia generada por grupos de
golpeadores al servicio de candidatos; el asalto a oficinas de campaña, así
como la impunidad con la que algunos partidos, trasgrediendo la ley, acceden a
los medios de comunicación en complicidad con los concesionarios, bajo el
cobijo del Tribunal Electoral, convertido en tribunal de consigna, que no duda
en contravenir sus propias resoluciones ni en revocar las escasas sanciones que
impone el INE.
En tanto continúan
sin aclararse las ejecuciones extrajudiciales cometidas en Tlatlaya, Estado de
México el 30 de junio de 2014; la desaparición forzada de 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014: el asesinato de civiles
desarmados que realizaban un plantón en el Palacio Municipal de Apatzingan,
Michoacán, el 6 de enero de 2015, por policías federales; los hechos del 1 de
mayo, en Jalisco, durante el enfrentamiento de fuerzas federales contra el
Cártel Jalisco Nueva Generación, que registraron bloqueos en 25 municipios y un
saldo de 6 militares, un elemento de la fiscalía del estado, y 8 presuntos
delincuentes muertos. La desaparición de al menos 30 personas, en Chilapa,
Guerrero, entre el 9 y el 15 de mayo, y los hechos acaecidos en Ecuandureo,
Michoacán, el 22 de mayo, donde fuerzas federales abatieron al menos a 42
presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Lo que aunado a
las campañas abstencionistas y por el voto nulo derivadas del descredito de la
autoridad y del hartazgo social contra la corrupción y la impunidad,
difícilmente pueden llegar a la conclusión de que existe un escenario de
normalidad. Justamente por ello, el próximo domingo hay que salir a votar y
cambiar a los responsables de esta situación.
(Senador de la
República)
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