Reformar el
régimen
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
30
Julio 2013
El cúmulo de
irregularidades registradas durante las elecciones locales del pasado 7 de
julio es señal inequívoca de que el ciclo de las reformas electorales
realizadas a lo largo de las últimas tres décadas, con las que se buscó
construir un sistema electoral confiable, ha llegado a su fin. La baja calidad
en el desempeño de las instituciones públicas exige hoy una profunda
transformación del régimen político que nuevas reformas electorales no pueden
ofrecer.
Para ello,
es necesario crear las condiciones legales y políticas que permitan la
construcción de nuevas reglas. Reglas claras y definitivas para regir los
asuntos de la vida pública del país. Estamos ante una realidad indiscutible: se
ha agotado el sistema presidencialista que se diseñó con base a la hegemonía de
un solo partido y que por más que se pretenda restaurar, la pluralidad de la
sociedad mexicana obliga a transitar hacia un sistema democrático, con los
equilibrios propios de una república federal y representativa que garanticen
estabilidad, certidumbre y gobernabilidad política.
Se trata de
concretar la aspiración de un gobierno representativo que permita una nueva
relación del poder público con la sociedad; ampliar las garantías de los
ciudadanos; transformar las formas de acceso al poder; avanzar hacia un nuevo
régimen electoral y un sistema de partidos democráticos; fortalecer los
contrapesos entre los Poderes de la Unión creando instrumentos de control
político que resuelvan en definitiva la rendición de cuentas y la eliminación
del fuero.
Consolidar
la vida institucional no implica el empoderamiento de quienes ocupan los cargos
públicos, por el contrario, las instituciones son las reglas del juego en una
sociedad; son las limitaciones ideadas por el hombre para reducir la
incertidumbre, conformando una estructura estable en su interacción en la
sociedad.
La reforma
al régimen político debe dar plena certidumbre respecto a las formas de acceso
al poder y a los mecanismos para su ejercicio que permitan avanzar hacia un
régimen plural y democrático donde la única incertidumbre que debe existir es
el resultado de las elecciones.
Es momento
de erradicar la contradicción perversa que ha subsistido a lo largo de los años
en el Congreso de la Unión y que en el último año ha cobrado vigor. La
contradicción entre la fiebre autonomista y la obsesión centralista. Cuando
inició la actual legislatura existían cuatro órganos autónomos: el IFE, el
Banco de México, la CNDH y el INEGI, hoy en menos de un año el Congreso ha
debatido, ante el agotamiento de las instituciones vigentes, así como por las
limitaciones impuestas por el presidencialismo, la conformación de nuevos
órganos autónomos -IFAI, IFETEL, Comisión Federal de Competencia Económica,
Instituto Nacional de Evaluación Educativa, el Órgano Anticorrupción, Coneval y
del Ministerio Público- busca acotar las atribuciones del Ejecutivo y
fortalecer los controles democráticos del Congreso.
En
contraparte la obsesión centralista intenta minar las bases del federalismo
limitando las atribuciones de los estados y municipios, como sucede con las
iniciativas de mando único, la regulación de la deuda de los estados y
municipios, la creación de un Instituto Nacional de Elecciones o incluso la
Gendarmería Nacional que pretende atender asuntos del fuero común que competen
a las autoridades locales.
Es momento
de acabar con esta esquizofrenia legislativa y con reformas electorales que, a
manera de abonos chiquitos, han atendido en lo fundamental el interés de los
partidos. De este propósito emerge el paquete de iniciativas que senadores del
PRD y del PAN hemos presentado, en el que se proponen cambios a nuestro régimen
político a fin de fortalecer al Congreso; acotar la vasta discrecionalidad que
prevale en el Ejecutivo; enfrentar la corrupción y la impunidad en las
instituciones públicas y, particularmente, promover un régimen democrático que
amplíe las libertades y los derechos de los mexicanos.
Senador de la República
No hay comentarios:
Publicar un comentario