Caminata migrante - Próximo titular del
INM
Tonatiuh Guillén: son una vergüenza el
racismo y la xenofobia contra desplazados
▲ La tarde de ayer la vanguardia de la caravana migrante llegó a La
Joya, donde autoridades municipales y estatales de Jalisco los atendieron en el
auditorio Benito Juárez, donde pernoctaran y recibieron atención.Foto Arturo
Campos Cedillo
Mireya Cuéllar
La Jornada Baja
California
Periódico La Jornada
Martes 13 de noviembre de 2018, p. 14
Martes 13 de noviembre de 2018, p. 14
Tijuana, BC. El desafío de la sociedad mexicana frente a los migrantes
centroamericanos –sobre todo hondureños– que recorren el país queriendo
alcanzar la frontera norte, no es económico porque “la escala de esa movilidad
es nada para el tamaño de nuestra población –todos los extranjeros que hay en
el territorio representan menos de uno por ciento–; no se moverá nada en
términos estructurales; el desafío mayor es cultural, de percepciones”, afirmó
Tonatiuh Guillén López, próximo titular del Instituto Nacional de Migración
(INM).
El número de miembros de la
caravana ni es una escala inmanejable ni va a generar un escenario
económico inmanejable; tampoco multiplicará dinámicas sociales fuera de lo que
ya tenemos; hay que reconocer que México es ya un país violentísimo; entonces
no conectemos cosas que ya suceden ni culpemos a factores externos de lo que
viene ocurriendo. Hay gente que lo está haciendo; afortunadamente son pocos,
apuntó el especialista en temas de frontera y migración.
Guillén López, conocido en esta región
por su trabajo durante 10 años (2007-17) al frente de El Colegio de la Frontera
Norte, explicó que las leyes están sincronizadas para proteger a los
extranjeros que llegan, la propia legislación habla de un principio de
congruencia, por lo que llamó a no estimular ni dejar pasar el racismo o la
xenofobia.
Las actitudes racistas y xenófobas con
la caravana son una vergüenza, calificó, para hacer un llamado a ser
congruentes porque México tiene no 2 mil o 3 mil, sino 24 millones de
personas en Estados Unidos y por un principio de “civilidad, congruencia y
decencia debemos tratar a los migrantes como queremos que nos traten.
No quiero decir que [la situación] sea
fácil; pero conocemos el proceso de inclusión de los haitianos, por ejemplo. La
migración no es una problemática nueva para la región fronteriza, todos los
días circulan centroamericanos por los puentes de la frontera norte de México.
Recordó que desde el gobierno del
presidente demócrata Barack Obama las ciudades fronterizas reciben a cientos de
deportados, que son apoyados por organizaciones civiles; “fueron años terribles
de deportaciones –2010, 2011 y 2012–, en número muchísimo mayores que el flujo
que tenemos hoy de sur a norte, no estamos hablando de mil o 2 mil, esos podían
ser en una semana”.
La intención de la próxima
administración es que el rol del Estado sea otro –en estos años han sido las
organizaciones ciudadanas quienes hicieron frente al problema–; que tengamos un
posicionamiento institucional distinto; mucho más protector y sobre todo
cuidadoso de los derechos humanos.
El doctor en Ciencias Sociales por El
Colegio de México expresó que habrá un esquema de protección más sistemático,
de cuidado, de diálogo y acompañamiento. Hay varias cosas que deberán
corregirse; la propuesta es una visión más humana, más apegada a la ley de
migración, a la Constitución; que el actuar de los gobiernos estatales y
municipales y del INM vaya coordinado en el sentido de la mayor protección para
todos.
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