Estado de México: miedo y desestabilización
Alejandro Encinas
Rodríguez
El Universal
Martes, 02 Mayo 2017
Los
gobiernos federal y del Estado de México han puesto marcha todo el engranaje de
su maquinaria electoral para imponer su voluntad en la disputa por la
gubernatura de la entidad.
Al
uso indebido de recursos públicos y al condicionamiento de la entrega de los
beneficios de los programas sociales al voto en favor del partido oficial, se
ha sumado un operativo territorial encabezado por funcionarios federales y
locales del más alto nivel, para coaccionar a los electores e identificar en
cada sección electoral, casa por casa, su intención de voto que, a diferencia
de lo sucedido en procesos anteriores, ha sido ineficaz para revertir el
hartazgo de la sociedad mexiquense con el actual gobierno y el rechazo a su
candidato.
Ello
los ha conducido a reforzar las prácticas del descrédito y de campañas sucias
de comunicación y manipulación de información, utilizando incluso las
instituciones públicas para judicializar el proceso y formular acusaciones
contra sus opositores, las cuales han resultado igualmente ineficaces.
A
un mes de que terminen las campañas, las encuestas registran un crecimiento
consistente en las preferencias electorales de la oposición. Por primera vez en
la historia electoral mexiquense la candidata de Morena, Delfina Gómez,
encabeza las mismas, y la suma de las preferencias electorales abiertas,
evidencia un rechazo de 72 por ciento contra el candidato del PRI, Alfredo del
Mazo, quien mantiene un inestable 28 por ciento de intención del voto, en tanto
que los candidatos que se reivindican de izquierda registran, en conjunto, un
holgado 46 por ciento que, de actuar con inteligencia y lograr su unidad en
torno a un programa gobierno y causas comunes, les permitiría llegar a la
jornada electoral con un piso suficiente para lograr la primera alternancia de
gobierno en la entidad.
Ello
tiene muy nervioso al gobierno y su partido, los que en procesos anteriores no
han tenido escrúpulo alguno para comprar el voto y coaccionar a los ciudadanos,
por lo que no puede desestimarse la campaña de rumor encabezada por el
dirigente nacional del PRI sobre supuestos problemas de salud de Andrés Manuel
López Obrador. Menos aún las amenazas contra Morena, su dirigente nacional y su
candidata, contenidas en presuntas “narco mantas” y el incendio de vehículos en
Acolman y Chimalhuacán, lo que enrarece el clima político y busca generar
confusión y miedo en el proceso electoral.
Cabe
recordar cómo, en el mes de enero, el incremento en el precio de las gasolinas
fue seguido de una serie de acciones de vandalismo y saqueo en decenas de comercios
en el Estado de México, acompañadas de una intensa campaña de rumores en las
redes sociales y en los medios de comunicación que provocaron confusión,
psicosis y miedo.
No
es casual que resurjan este tipo de prácticas que pretenden desarticular la
campaña electoral, promoviendo actos vandálicos y provocaciones para generar
miedo ante un escenario de desestabilización.
El
rumor busca la manipulación, generar desconcierto e incertidumbre en la opinión
pública, aprovechando hoy la gran velocidad a la que circulan en las redes
sociales, donde se reproduce información falsa con el propósito de inducir en
el imaginario colectivo temor ante los cambios a fin de mantener el orden
establecido.
La
ciudadanía mexiquense debe mantenerse atenta para evitar que la autoridad
intente sembrar miedo, odio e intimidación a los candidatos, ni que incurra en
la tentación de explorar la ruta de desestabilizar la vida política en la
entidad para mantener el gobierno. El reto es lograr que a través de elecciones
libres y democráticas la indignación se convierta en cambio. (Senador de la
República)
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