Entra en vigor
una Constitución plural; surge un Congreso hegemónico
Alberto Cuenca | 2018-09-17
20:11:58
Ciudad
de México.-Terminó un largo y sinuoso andar en la historia política de la
capital. Llegó el momento en que la Ciudad de México tiene su propia
Constitución y un Congreso local que será parte del Constituyente federal.
La norma máxima
de la capital del país ha entrado en vigor este lunes y con ella el primer
Congreso local, que se conforma con una avasallante bancada de Morena y sus
aliados políticos del PT, PVEM y PES, así como de una desdibujada oposición del
PRD, PAN y PRI.
El repaso histórico de lo que se ha tenido que
esperar lo hizo Alejandro Encinas, diputado local por Coyoacán quien pronto
dejará el cargo para ocupar la Subsecretaría de Gobernación. Su suplente,
Ricardo Ruiz, miraba hoy desde las gradas del recinto legislativo de Donceles y
Allende.
“Tuvieron que
pasar casi dos siglos después del primer Congreso del México independiente en
1824 para que a la Ciudad de México se le reconociera su autonomía de gobierno
y se reconociera a su pueblo el derecho a ejercer el gobierno soberanamente”,
dijo Encinas en medio del aplauso acalorado de su bancada morenista.
Minutos antes,
el propio Encinas había entregado a Jesús Martín del Campo, recién electo
presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Ciudad, el original de la
Constitución de la CDMX.
Encinas se
convirtió hoy en el primer diputado que como orador tomó la palabra desde la
tribuna de este novel Congreso, y lo hizo como ex presidente de la Asamblea
Constituyente, pronunciando un discurso cargado de simbolismos.
“La verdad es que me da mucho gusto no solamente
recordar cuando se inscribió (en este recinto), en letras de oro estas palabras
´A los mártires del Movimiento Estudiantil de 1968´, en 1998, durante el
gobierno del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. La Mesa Directiva la presidía en
aquel entonces Martí Batres, aquí donde se aplaudió de pie el 1 de septiembre
de 1969 a Gustavo Díaz Ordaz al haber asumido la responsabilidad de la brutal
represión de los estudiantes de 1968.
“Me da mucho
gusto que sea en este recinto donde se haga la declaratoria de la vigencia de
la primera Constitución de la Ciudad de México. Permítanme un paréntesis
personal, pero también me da mucho gusto haber entregado al Presidente del
Primer Congreso, a Jesús Martín del Campo, uno de los líderes del 68, darle
esta Constitución, por lo que él representó o que representó para su familia,
la represión de 1971, también”, dijo Encinas.
Fue este uno de
los momentos más emotivos de una sesión solemne que se dividió en dos partes.
El primero fue un acto protocolario con invitados especiales, en el que se
declaró la instalación de la Primera Legislatura del Congreso de la Ciudad.
Primer acto
Al recinto de
Donceles y Allende, en donde hasta ayer funcionaba la extinta ALDF, llegaron
este lunes la Jefa de gobierno electa, Claudia Sheinbaum, recibida con un
fuerte aplauso por los diputados de su partido. La próxima mandataria saludo de
mano a cada uno de los legisladores presentes, incluidos los de oposición.
También acudió
José Ramón Amieva, mandatario saliente, quien pasó casi desapercibido dentro
del salón de sesiones. El jefe de gobierno no se movió de su lugar.
Hoy Amieva
debía rendir su informe de gobierno en esta tribuna, pero desde antes el
mandatario había anunciado que lo haría por escrito entregando el documento en
un salón alterno. No es su momento, ni el del partido que está por dejar el
poder.
Aquí también
estuvieron el presidente del Senado, Martí Batres; el coordinador de Morena en
la Cámara de Diputados, Mario Delgado; el presidente del Tribunal Superior de
Justicia capitalino, Álvaro Augusto Pérez; el gobernador electo de Tabasco,
Adán Augusto López, y el futuro secretario de Comunicaciones federal, Javier
Jiménez Espriú, quien por cierto fue legislador constituyente.
El presidente
nacional del PRD, Manuel Granados, muy sentado en su lugar, exhibía su mejor
sonrisa para quien quisiera saludarlo. Lo hicieron Encinas y Ariadna Montiel,
próxima subsecretaria de Bienestar, no así Martí Batres, quien se siguió de
largo.
Algunos
adversarios se saludaron como amigos, tal fue el caso de los alcaldes electos
de Gustavo A Madero, Francisco Chiguil y de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo,
con el de Venustiano Carranza, Julio César Moreno.
Antes de que
iniciara la sesión, el diputado del PRD y ex delegado de Coyoacán, Valentín
Maldonado, fraternizaba con los de Morena, quienes hacían suyo el salón del
Pleno gritando “Es un honor estar con Obrador”. De lejos, desde sus curules
ubicadas en la última hilera de asientos y casi hasta el rincón, miraban
recelosos los legisladores del PRI y del PRD.
Aunque de
último momento el Tribunal Electoral federal determinó que el pevemista Jesús
Sesma no alcanzaría una curul, el del Verde andaba muy afanoso en el recinto,
presentándole a quien se acercara a las dos diputadas que tendrá ese partido en
el Congreso de la Ciudad, Teresa Ramos Arreola y Alexandra Rojo de la Vega.
A las 9:55
horas y como lo marca la Ley Orgánica del Congreso, una mesa de decanos
conformada por los legisladores de mayor experiencia legislativa subió a la
Mesa Directiva para dar inicio al protocolo de instalación del Legislativo
local y toma de protesta de los 66 legisladores. Hoy hubo quórum completo,
quién sabe si en los siguientes tres años eso vuelva a ocurrir.
Ramón Jiménez,
de Morena; Federico Döring y Margarita Saldaña, del PAN; Jorge Gaviño, del PRD,
y Tonatiuh González, del PRI, conformaron el grupo de decanos que, además,
realizó la elección de la primera Mesa Directiva de este Congreso que preside
el morenista convertido a petista Jesús Martín del Campo.
Segundo acto
Una vez
cumplido el requisito de instalación del Congreso capitalino, se decretó un
receso y dio lugar el segundo momento de esta sesión solemne para dar a conocer
la entrada en vigor de la Constitución local. Sorpresivamente la mayoría de los
invitados especiales se retiraron.
Veloz salió
Claudia Sheinbaum, lo mismo que Amieva. Batres y Mario Delgado se tomaron
algunas selfies con sus compañeros diputados locales antes de salir del recinto
de Donceles y Allende. El presidente del Tribunal Superior de Justicia se fue
tan discreto como llegó.
Después de
entonarse el himno nacional y los honores a la bandera, Jesús Martín del Campo
habló desde la presidencia de la Mesa. Lanzó un discurso cargado de ideología.
“En la Ciudad de México se ha hecho una realidad el programa histórico de la
izquierda que condensa los anhelos y las demandas de los de abajo, de los
vulnerables y los desprotegidos. Estamos aquí porque a pese a todos los
obstáculos que puso el poder, la Ciudad de México cuenta ahora con una
Constitución de avanzada que pone por delante a las personas y sus derechos”,
soltó.
Pero el neo
petista no paró ahí. Subrayó que el voto ciudadano decidió poner en su sitio a
quienes por años abandonaron a la gente para privilegiar los negocios propios y
de sus favorecidos, y lamentó que el triunfo en las urnas de la coalición
Juntos Haremos Historia se haya querido ver como un riesgo para la democracia,
“riesgo que por cierto nunca advirtieron en el Pacto por México, que suplantó
al Congreso y los órganos autónomos”, dijo Martín del Campo entre la mueca de
legisladores como Mauricio Tabe y Christian Von Roehrich, del PAN.
Después subió
Encinas a tribuna para dar su discurso, mientras algunos ex diputados
constituyentes ocupaban las sillas de invitados especiales. Aquí estuvieron,
por ejemplo, Mayela Delgadillo, Jesús Ramírez Cuevas, Carlos Gelista, Jaime
Cárdenas, Patricia Ruiz Anchondo, Jesús Valencia, Fernando Lerdo de Tejada,
Clara Brugada, Santiago Taboada, entre otros.
Luego de que
hablara Encinas, los ex diputados constituyentes se comenzaron a retirar y con
ellos la mayoría de los alcaldes electos y delegados salientes que aún
permanecían en el recinto.
Hubo un acuerdo
de todas las bancadas para que un integrante de su grupo parlamentario hiciera
un posicionamiento de 10 minutos en tribuna. A partir de ese momento la sesión
se tornó en un monótono evento que tuvo algunos atisbos de interés.
Guillermo Lerdo
de Tejada Servitje, legislador del PRI, decía que en ese partido se mantienen
escépticos ante la segunda alternancia capitalina que viviremos en los próximos
meses, y agregó que el Revolucionario Institucional cuestiona las distancias
que comienzan a existir entre el discurso y la práctica, entre la propaganda y
las definiciones.
Mauricio Tabe,
coordinador del PAN, advertía que el Congreso de la Ciudad no debe convertirse
en oficialía del próximo gobierno capitalino. “Está en ustedes decidir si esta
mayoría que reconocemos que existe se convierte en una hegemonía aplastante que
le abra la puerta al restablecimiento de un viejo régimen”, les dijo a los de
Morena.
Expuso que algo
que le hace mucho daño a los Congresos es la simulación, las componendas
legaloides, los grupos parlamentarios postizos y el fraude a la ciudadanía.
Ernestina
Godoy, última oradora, aseguró que no se permitirán mayoriteos y agandalles
como los que se cometían en la ALDF. Agregó, en medio de la ovación de los
suyos, que se terminará la vergüenza de ser el congreso más caro del mundo,
pues el Legislativo local será austero y eficiente. La moneda está en el aire.
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