Alcaldías
CDMX
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
Martes 17 de Mayo
de 2016
Aunque la discusión en torno a la Constitución de
la Ciudad de México se ha centrado en el tema de los derechos humanos y civiles
que debe mantener a la naciente entidad como en la avanzada en el ejercicio de
libertades en el país, uno de los temas más importantes que habrá que resolver
es el de las alcaldías que conformaran la unidad básica de organización
interna de la Ciudad, a partir de demarcaciones conformadas por habitantes,
territorio y autoridades políticas democráticamente electas.
La creación de estos órganos político
administrativos implicará el replanteamiento de la administración pública de la
Ciudad, dejando atrás los gobiernos unipersonales de las actuales delegaciones
políticas que han dado lugar a la existencia de verdaderos cacicazgos, para dar
paso a órganos colegiados de gobierno integrados de manera plural en concejos
que además de la supervisión y vigilancia del buen desempeño de los diversos
programas y acciones de la administración pública y del ejercicio del gasto,
será el contrapeso al titular del gobierno, el Alcalde, favoreciendo la
fiscalización y rendición de cuentas.
Las nuevas Alcaldías abren además una oportunidad
para avanzar en el diseño de nuevas formas de gobierno y de relación de los
ciudadanos con la autoridad, estableciendo modalidades novedosas para la
participación ciudadana en los asuntos públicos, que aunados a los instrumentos
de democracia directa que la Constitución ha de establecer (plebiscito,
referéndum, revocación de mandato, entre otros),
permitan el reconocimiento de la
diversidad cultural de la sociedad capitalina, de sus pueblos originarios, sus
barrios y colonias.
Sin embargo es necesario antes desenmarañar algunos
nudos derivados del anquilosado régimen federalista, en un país sumamente
centralizado, así como de una legislación elaborada para una organización
política cada día más distante de la realidad que vive nuestro país, cuya población
se concentra en zonas metropolitanas que no reconocen límites territoriales ni
barreras jurídicas en su vida cotidiana.
Las futuras alcaldías -que no serán municipios ni
delegaciones políticas- son órganos políticos administrativos que deberán
superar la tensión permanente entre centralización y descentralización, que de
manera natural se presentará en una administración unitaria en la Ciudad, por
lo que es necesario establecer con toda claridad sus facultades y competencias,
así como los espacios de concurrencia con el gobierno de la Ciudad,
permitiéndoles un nivel de autonomía relativa que les facilite cumplir con la
gestión de servicios de calidad que les corresponda, y contar con instrumentos
eficaces que permitan vincular su acción con la participación de los ciudadanos
en los asuntos públicos
De igual manera, se debe superar la estrecha visión
territorial de su demarcación, accediendo a nuevos modelos de gestión pública,
como la asociación entre alcaldías, o entre estas y los municipios colindantes
para la prestación de servicios o el desarrollo de infraestructura, y la
creación de un Concejo de Alcaldes –retomando las experiencias exitosas del
Cabildo municipal- que construya un espacio de coordinación y planeación entre
el Jefe de Gobierno y los alcaldes sobre el desarrollo inmediato y futuro de la
capital.
Un tema nodal que ha de resolver la Constitución de
la CDMX es la coordinación entre los distintos órdenes de gobierno en el ámbito
metropolitano, donde las alcaldías y municipios deben concurrir con sus
respectivos gobiernos locales, asumiendo que la integración e interdependencia
es tal que se requieren nuevas formas de gestión pública, lo que exige, además
de la Ley de Desarrollo Metropolitano que mandata la reforma constitucional
para el Valle de México, voluntad política para delegar, sin menoscabo de la
soberanía o los limites jurídicos, algunas funciones (planeación urbana,
desarrollo territorial, movilidad, gestión de residuos, políticas
ambientales), a autoridades metropolitanas. Más aún en una región en la que se
ha venido configurando la identidad de una ciudadanía metropolitana. (Senador
de la República)
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