Pregúntenos
Alejandro
Encinas Rodríguez
El
Universal
28
Enero 2014
La
maquinaria autoritaria del gobierno y de la derecha ha echado a andar su
engranaje para impedir la consulta popular que más de dos millones de mexicanos
hemos demandado en ejercicio del derecho que nos otorga la Constitución.
Tanto
el coordinador de los diputados priístas, quien ha señalado que las leyes
reglamentarias en materia energética deben iniciarse en esa Cámara, ya que se
trata de un asunto de “ingresos”; como el coordinador del mismo partido en el
Senado, quien afirma que la consulta de ninguna manera se va a realizar, dan
cuenta de la decisión adoptada por el gobierno de Peña Nieto para negar nuestro
derecho a ser consultados y, en su caso, revocar la contrarreformas que buscan
entregar los hidrocarburos y la electricidad a los consorcios trasnacionales.
A
ellos se han sumado el PAN y los corifeos tradicionales que, a través de los
medios de comunicación, pretenden incidir en las audiencias para generar una
percepción pública contraria a la consulta.
No
se trata de algo nuevo, pues el dictamen aprobado por los diputados en
2013 sobre la Ley Federal de Consulta Popular, introdujo candados y
restricciones violando los términos establecidos en la Constitución para
impedirla.
De
manera tramposa, el dictamen establece que: “Serán objeto de consulta popular
los actos de carácter legislativo del Congreso de la Unión”, lo que excluye la
posibilidad de realizar consultas respecto a los actos del Constituyente
Permanente.
Se
imponen mayores requisitos a los establecidos en la Constitución, sumando al
requisito mínimo de 2% de firmas de los ciudadanos inscritos en la lista
nominal, la obligación de que al menos el 1% de las firmas provengan al menos
17 entidades de la República. Plantea además la obligación de presentar un
aviso de intención ante la Cámara de Diputados, cuya falta de presentación
sería causa para no admitir a trámite la petición de consulta, así como que un
mismo ciudadano no podría aportar su firma más que para una consulta en un tema
específico, contraviniendo la potestad constitucional del ciudadano para
ejercer permanentemente sus derechos.
El
dictamen establece diversos supuestos para definir cuándo se considerará que
existe trascendencia nacional en los temas solicitados para consulta; entre
otros, aquellos en que se “proponga legislar sobre nuevas leyes o
modificaciones a las existentes que impacten a una parte significativa de la
población”, sin establecer expresamente que la pretensión de legislar incluye a
las reformas constitucionales y refiriéndose específicamente a elementos que se
propongan legislar y no cuando se plantee revocar una legislación existente,
con lo que se anula el referéndum constitucional.
Frente
a estas condiciones alevosas, es inadmisible para la izquierda en el Senado
dictaminar esta minuta en sus términos, menos aún, votar en su favor. Hay
quienes sostienen que, pese a las restricciones establecidas, es imperiosa su
aprobación para culminar el proceso legislativo a fin de regular una carta
ciudadana fundamental en el ejercicio de la democracia directa, lo que a mi
juicio es innecesario, ya que el hecho de que no exista una ley reglamentaria,
no es óbice para que el ciudadano ejerza su derecho constitucional. La Suprema
Corte ha señalado que “la omisión legislativa no puede válidamente servir de
excusa para privar de una vía a las partes a favor de las cuales se instituyó,
pues las normas constitucionales aun no concretizadas por el legislador, deben
ser susceptibles de aplicación directa por cualquier autoridad” (…) “aun cuando
pudiera considerarse que una norma constitucional no puede ser invocada
directamente si su texto requiere regulación posterior, ello no es una razón
válida para aplicar la Ley Fundamental y considerar inexigibles los derechos o
prerrogativas que establece”.
Así
sucedió con la presentación de iniciativas preferentes presentadas por el
Ejecutivo Federal sin que exista ley reglamentaria, por lo que no hay pretexto
ni impedimento alguno para realizar la consulta, asunto que puede convertirse
en un factor articulador de las izquierdas. Si el petróleo es de todos, que nos
pregunten a todos.
(Senador
de la República)
No hay comentarios:
Publicar un comentario