Reconstruir
el Estado
El
Universal
Alejandro
Encinas Rodríguez
13
de enero de 2014
En el marco de la reunión anual de
Embajadores y Cónsules, Enrique Peña Nieto, hizo un llamado a los
representantes de México en el exterior para “fomentar la imagen veraz y
objetiva del país, que disipe dudas o distorsiones de la realidad de México”, y
se planteó cinco objetivos para 2015: fortalecer el respeto a la ley y los
derechos humanos; instrumentar las recientes reformas estructurales; ampliar la
transparencia y mejorar los procesos anticorrupción; acelerar la construcción
de infraestructura y vivienda, y reforzar las acciones contra la pobreza y el
desequilibrio regional.
Estamos en la antesala de la reunión
que las Naciones Unidas celebrarán en París, donde se hará una evaluación del
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y se definirá laagenda
de Desarrollo Post 2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se trata de un debate que se inició en
Río de Janeiro en 1992, durante la Cumbre de la Tierra, a partir de
la cual se han enfrentado coyunturas políticas internacionales desfavorables;
problemas derivados de los ciclos económicos; conflictos internos en distintos
países, y resistencias de las grandes potencias para cumplir con los objetivos
para lograr un desarrollo sostenible, los que podemos agrupar en cuatro grandes
rubros:
La reducción de la desigualdad dentro y
entre los países a fin de garantizar un crecimiento económico sostenido que
permita generar empleo productivo y una nueva infraestructura para el
desarrollo global, regional y local.
El combate a la pobreza y al hambre,
garantizando un Estado de bienestar que permita a la población acceder con
equidad a educación y servicios de salud de calidad, y vivir en ciudades incluyentes,
que pongan en el centro de sus prioridades al ciudadano, erradicando todo tipo
de exclusión o discriminación social que le impida tener una buena calidad de
vida.
Lograr un desarrollo sustentable
respetando el medio ambiente, favoreciendo patrones de consumo distintos que
permitan una producción sostenible; la gestión adecuada del agua; el acceso a
distintas fuentes de energía; y, enfrentar los problemas derivados del cambio
climático, la desertificación y la deforestación, y
Promover sociedades pacíficas,
inclusivas, que garanticen el acceso a la justicia, a partir de instituciones
eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles.
En este último objetivo radica el
principal reto para nuestro país. Para alcanzar esos objetivos se requiere de
un Estado y de instituciones fuertes y con legitimidad, que garanticen la
vigencia de un Estado de derecho democrático y la protección de los derechos
humanos.
México requiere de una profunda
reconstrucción institucional, la cual no puede reducirse al ámbito de la
seguridad pública, sino al conjunto del Estado. Garantizar un desarrollo
económico incluyente implica recuperar los instrumentos públicos para el
fomento económico, en especial para el desarrollo rural para combatir el hambre
y garantizar la seguridad alimentaria. Fortalecer el mercado interno, impulsar
la generación de empleos en las pequeñas y medianas empresas; diversificar la
política que ha apostado a la construcción de grandes obras de infraestructura,
que por lo general impactan negativamente a las comunidades donde se
establecen, y eliminar la corrupción que inhibe el desarrollo de nuevos
negocios.
Lograr un Estado e instituciones
fuertes requiere de la legitimidad que solo la sociedad puede brindar, lo que
exige establecer mecanismos de participación democrática, transparentar el
ejercicio de gobierno, rendir cuentas, combatir la corrupción y erradicar la
impunidad. Sin ello, difícilmente cambiará la percepción internacional sobre
nuestro país y los compromisos que se asuman en la reunión de París serán
palabras huecas.
Senador de la República