Planificar
El Universal
Alejandro Encinas Rodríguez
19 de marzo de 2019
Está en marcha el proceso para elaborar el Plan
Nacional de Desarrollo 2019-2024. A diferencia del pasado reciente, cuando su
elaboración se reducía a un trámite burocrático, se busca realizar un ejercicio
democrático que permita retomar la planeación del desarrollo del país, poniendo
énfasis en el rescate de la nación y del bienestar de la población.
Se trata de dejar atrás cuatro décadas de abandono
y ausencia de las responsabilidades del Estado, por pate de quienes apostaron a
someter a las leyes del mercado la soberanía y la vida de los mexicanos.
Se discute así, el futuro del país y el proyecto de
nación al que aspiramos, partiendo de reconocer que México atraviesa por una
crisis humanitaria y de violación sistemática de los derechos humanos, que ha
abierto una profunda herida y una grave descomposición del tejido social, donde
la exposición continua a fenómenos violentos afecta a todos por igual.
El PND se cimentará en tres ejes rectores:
Justicia, Bienestar y Desarrollo Económico, y tres ejes transversales: igualdad
de género, inclusión y no discriminación; combate a la corrupción y mejor
gestión pública, así como territorio y desarrollo sustentable.
Con ello, se pretende sumar a las políticas para
atender a las personas más pobres, las acciones para favorecer la igualdad de
género, su inclusión y no discriminación, lo que significa llevar la igualdad y
la no discriminación, el combate a la corrupción y la mejora de la gestión
pública, así como el enfoque territorial y el desarrollo sostenible, al diseño
y a la implementación de todas las políticas del Gobierno federal.
La desigualdad, la exclusión y la pobreza se
expresan también como formas de violencia. Es urgente cerrar las brechas de
desigualdad que viven los grupos históricamente excluidos del país.
Una de las expresiones más preocupantes de la
violencia es la sistemática exclusión que viven las niñas y mujeres, así como
la acentuada violencia intrafamiliar, laboral, comunitaria, institucional y
feminicida de la que son víctimas.
La prioridad de atender los derechos humanos debe
impregnar todas las acciones y políticas públicas del gobierno como directrices
en la construcción de la paz y la reconciliación en el país.
Ello entraña una nueva visión en el ejercicio del
poder público, donde la Secretaría de Gobernación, sin desatender sus
responsabilidades en la conducción de la política interior del país, dejará de
ser un órgano para el control y para la persecución política, para erigirse en
una institución garante de derechos y libertades. Donde la razón de Estado y el
principio de autoridad serán remplazados por la salvaguarda del interés
nacional y el ejercicio pleno de los derechos humanos. (Subsecretario de
Derechos Humanos, Población y Migración)
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