En este espacio podrás encontrar información actualizada acerca de las actividades y el pensamiento de Alejandro Encinas Rodríguez, uno de los principales dirigentes de la izquierda mexicana.
Discurso en la sesión solmene para la entrega de la Constitución
Política de la Ciudad de México a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de
México.
Miércoles,
08 Febrero 2017
Entrego el texto original, suscrito por los
100 diputadas y diputados constituyentes, de la Constitución Política de la
Ciudad de México, la cual fue aprobada y emitido el decreto el pasado 31 de
enero de 2017 por la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, y publicada
el 5 de febrero de 2017 en el Diario Oficial de la Federación y la Gaceta
de Gobierno de la Ciudad de México.
Doy cuenta
de los convenios firmados con la Asamblea Legislativa:
El primero, para el resguardo del fondo del archivo histórico, que contiene, además de todos los documentos generados durante
los trabajos de la Asamblea Constituyente de la CDMX; un videoteca, audioteca, fototeca, versiones estenográficas de todos los debates realizados
en comisiones y en el pleno; así como todas las iniciativas presentadas
por legisladores y ciudadanía en general. Entrego un avance en archivos electrónicos,
agradeciendo encarecidamente el apoyo invaluable del Archivo General de la
Nación, del Canal del Congreso de la Unión, de Capital 21, del Instituto
Electoral de la Ciudad de México y del Gobierno de la Ciudad.
Un segundo convenio, para transferir el
dominio y la administración de micrositio de transparencia y parlamento
abierto, que contiene la información en archivos electrónicos, para atender las
solicitudes de información sobre la Asamblea constituyente, una vez que ha cesado
en sus funciones al publicarse la Constitución Política de la Ciudad de México.
Finalmente,
doy cuenta del balance financiero final de los recursos económicos transferidos
por la Asamblea Legislativa a la Asamblea Constituyente para el desarrollo de
sus trabajos, entre el 1 de noviembre y el 31 de enero.
De los 20
millones de pesos aportados se ejercieron:
12 millones 355 mil pesos para el pago de asesores
y personal técnico de apoyo a los trabajos legislativos, de los cuales, se ejercieron un millón 940 mil 53 pesos menos de lo
programado.
853 mil 44
pesos para el trabajo de las Comisiones de Dictamen, 646 mil 955 pesos
menos de lo autorizado.
Un millón 434 mil pesos para publicaciones
diversas, de los que sobraron 65 mil 456 pesos menos de lo programado.
100 mil
pesos destinados a la donación de medicamentos para la población afectada por
la explosión en Tultepec, Estado de México, y
128 mil 500
pesos para la impresión de la Constitución de los 2 millones 704 mil pesos
autorizados.
En resumen: se erogaron en total 14 millones
872 mil pesos, lo que permite contar con un remanente de 5 millones 128 mil
pesos, los cuales, en acuerdo con esta Asamblea Legislativa se destinarán a la
publicación del mayor número de ejemplares de la Constitución Política de la
Ciudad de México para que se distribuya en los distintos espacios de
la Ciudad.
Por ello, pasamos la estafeta a los
trabajos a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que tendrá que
expedir en muy corto plazo diversas leyes
constitucionales; por ejemplo, las Leyes relativas a la elección del poder legislativo,
ejecutivo y alcaldías, aplicables al proceso electoral 2017-2018
La leyes relativas a la organización y
funcionamiento de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial de la Ciudad de
México, así como expedir las normas necesarias para la implementación de las
disposiciones constitucionales, relativas a la organización política y
administrativa de la Ciudad de México, a más tardar el 31 de diciembre de 2017.
Y junto con
ellas, se trabajaran las leyes inherentes a la organización, funcionamiento y
competencia, necesarias para alcaldías, que entrarán en vigor, al inicio de sus
funciones, el primero de octubre 2018 y expedir las leyes y las adecuaciones
normativas, en materia de combate a la corrupción, particularmente con relación
a los órganos de control interno, la entidad de fiscalización superior, la
fiscalía especializada en delitos de la corrupción y para la organización y
atribuciones del tribula de justicia administrativa, así como realizar las
designaciones o ratificaciones necesarias para implementar el sistema
anticorrupción de la Ciudad de México.
¡Qué viva la
Ciudad de México y que viva su Constitución!
Habemus Constitución
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
Martes 07 de febrero de 2017
Pese a los malos augurios, el 31 de enero de 2017, la Asamblea
Constituyente aprobó y expidió la Constitución Política de la Ciudad de México,
fecha emblemática que coincidió con la promulgación del Acta Constitutiva de la
República Mexicana de 1824, así como con la sesión solemne que suscribió la
Constitución de 1917.
Para quienes afirmaron que se legisló sobre las rodillas, queda el
registro del trabajo desempeñado a lo largo de cuatro meses y medio, durante
los cuales se realizaron 21 sesiones plenarias, que ocuparon 42 días de
trabajo, destacando la sesión más larga en la historia parlamentaria del país,
que se extendió del 14 al 27 de enero. Se presentaron 544 iniciativas de
legisladores y 978 de ciudadanos, y se discutieron 870 reservas en lo
particular, con la participación de mil 342 oradores. A lo que se suman más de
mil 600 horas de trabajo efectivo de las ocho comisiones de dictamen, la
atención a más de 10 mil personas, 47 organizaciones no gubernamentales y
93 manifestaciones públicas.
La Asamblea garantizó el ejercicio irrestricto a la libertad de
expresión y el debate parlamentario, sin limitar a ningún constituyente el uso
de la palabra, lo que dio como resultado una constitución de derechos y de
libertades, que sin duda conformarán un nuevo paradigma en la vida política del
país.
Con ello se cierra el largo ciclo de debates iniciado hace 193 años con
la primera Constitución del México independiente, respecto al reconocimiento de
la Ciudad de México como una entidad integrante de la Federación.
La Asamblea Constituyente se enmarcó en un contexto de pluralidad
política y de desarrollo de la cultura cívica en la capital del país y tendrá,
entre sus sellos distintivos, ser el primer órgano legislativo integrado de
manera paritaria entre hombres y mujeres, presidido por una Mesa Directiva
integrada mayoritariamente por mujeres. La implementación de prácticas
parlamentarias ajenas a la disciplina partidaria tradicional que permitió la
construcción de acuerdos transversales indispensables para su aprobación.
El establecimiento del parlamento abierto permitió a cientos de
ciudadanas y ciudadanos presentar iniciativas y participar en audiencias
públicas. Destaca la implementación de la primera consulta, a nivel
internacional, a los pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas
residentes, de acuerdo con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas. Se realzaron 940 asambleas, 934 de las
cuales aprobaron el dictamen, el que posteriormente alcanzó unanimidad.
La Constitución integra la reforma que elevó a rango constitucional los
derechos humanos de todas las personas, así como los tratados internacionales
en la materia; el derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho a
la ciudad, asumiendo que la ciudad es de sus habitantes, quienes tienen el
derecho inalienable a su uso y disfrute, estableciendo mecanismos para su
exigibilidad y justiciabilidad. Amplía los derechos sociales y civiles, desde
el derecho a un mínimo vital progresivo, el matrimonio igualitario y el derecho
a la vida y la muerte digna. Establece los deberes de los ciudadanos, incluido
la protección de los animales como seres sintientes y propone nuevas modalidades
en el ejercicio del buen gobierno y la planeación de la ciudad que entiende al
territorio como el eje articulador de las políticas públicas.
Termina así el último vestigio del DDF: las delegaciones políticas, creando las alcaldías, así como nuevas
formas de democracia participativa y de gestión metropolitana. Se transforma
además al poder intocado, al Poder Judicial.
En la Constituyente se confrontaron dos visiones sobre el país al que
aspiramos; la prevalencia del interés público sobre el privado, el
fortalecimiento de la democracia participativa, las libertades públicas y los
derechos privados, la regulación del suelo y del mercado, la construcción de un
Estado con responsabilidad social, sin vuelta al Estado paternalista y
autoritario.
La Constitución cimentó su legitimidad atendiendo las aspiraciones
ciudadanas, asegurando el usufructo equitativo de la Ciudad donde el suelo y la
propiedad cumplen una función social para permitir la satisfacción de las
necesidades de los individuos y de la comunidad.
La Constitución plantea una nueva forma de entender a una sociedad cada
día más compleja, envía un mensaje positivo al país en estos momentos de
desasosiego, y contribuye a perpetuar la fama y la gloria de México
Tenochtitlán. (Diputado Constituyente)
Llamado por México
Construir un proyecto de nación
Sábado, 04
Febrero 2017
·
Se convocó a una gran reunión
incluyente a todas y todos para el próximo 25 de marzo en la Ciudad de México
·
La conversación se amplió por
todo el país en redes sociales con #ElPaísQueQueremos
·
Consulta la presentación de
Cuauhtemoc Cárdenas
A 100 años de la Constitución, Por México Hoy realizó una convocatoria
en la cual participaron Cuauhtémoc Cárdenas, Clara Jusidman, Alejandro Encinas,
Lol Kin Castañeda, Sophie Alexander Katz, Gael García Bernal, Pedro Kumamoto,
Alberto Patishtán, Lydia Cacho, Emilio Álvarez Icaza, Daniel Giménez Cacho,
Porfirio Muñoz Ledo, Alejandro Solalinde y Carlos Ventura, entre otros, con el
objetivo de presentar el documento “Llamado por México: Lineamientos para un
proyecto de país”.
Al evento, llevado a cabo en el Centro Cultural Estación Indianilla de
la Ciudad de México, se dieron cita más de quinientas personas entre
activistas, políticos, creadores de políticas públicas y público en general,
interesados en la propuesta de Por México Hoy. Ahí las y los participantes
discutieron el deterioro político, social y económico con el que México se
enfrenta. El modelo de desarrollo con el cual hemos vivido las últimas décadas
ha sido impuesto por intereses ajenos que han debilitado sectores claves como
la agricultura y la petroquímica. Sufrimos un aumento de la pobreza, del
desempleo, de la corrupción, impunidad y delincuencia.
Alejandro Encinas, Diputado Constituyente de la Ciudad de México, habló
de convertir la energía de la inconformidad en positiva y recuperar el derecho
a soñar con un país incluyente; el expresidente de la Comisión Interamericana
de Derecho Humanos, Emilio Álvarez Icaza, declaró durante su participación: “queremos
un México sin miedo. En el que dejemos de contar fosas y empecemos a contar
sonrisas”.
“Estamos embobados viendo al Norte, el mejor recurso del país es su
gente” dijo el Padre Alejandro Solalinde a la audiencia. Posteriormente Pedro
Kumamoto, diputado local por Zapopan, Jalisco, pidió un México donde quepan
todas las personas, lo que fue respaldado por Lol Kin Castañeda: “construyamos
un nuevo México en donde la desigualdad deje de tener elementos para ser
justificada”.
Otro de los momentos cumbre del evento fue cuando el actor Gael García
Bernal pidió a la audiencia: “debemos empezar el diálogo no sólo con gente de
éste país, sino con gente de otros países, con gente que viene desde una
perspectiva marginal y con apertura a lo que ellos tengan que decir”.
El defensor de derechos humanos Alberto Patishtán, también provocó una
reacción positiva en el público con su participación: “hago un llamado a que
paremos la demagogia ya no queremos estar bajo el engaño y las mentiras. Yo
creo en un México donde los indígenas ayuden a hacer leyes”.
El hashtag del evento #ElPaísQueQueremos alcanzó primer lugar en las
tendencias de Twitter de todo México y número treinta y uno en las tendencias
globales. Más allá de la Estación Indianilla, hoy una gran parte del país hizo
propuestas para organizar un otro México.
De acuerdo al documento “Llamado por México: Lineamientos para un
proyecto de país” presentado durante la jornada, de cumplirse las amenazas del
Presidente de Estados Unidos, algunos de estos problemas se agudizarán. Más
grave aún es que las políticas neoliberales, sin interés sobre la sensibilidad
humana, hacen que la situación del país se complique y afecte sobre todo a los
más pobres; como ejemplo tenemos la acelerada devaluación del peso y el alza de
los combustibles.
De acuerdo con Cuauhtémoc Cárdenas, la solución a esta problemática está
en enfrentar los nuevos retos con firmeza y no en mantener las mismas políticas
que la generó. El cambio que urge tiene que comenzar por revertir de manera
definitiva el alza de los combustibles y congelar sus precios a como se
encontraban en diciembre del 2016, la suspensión de las erogaciones en
publicidad oficial, la suspensión de las escoltas con cargo a los presupuestos
públicos y poner en marcha un nuevo proyecto de nación, diseñado y decidido por
los mexicanos en mayoría democrática. Al concluir el acto, llamó a ampliar esta
conversación y elaborar un proyecto de nación, teniendo como siguiente punto de
reunión la Ciudad de México el próximo 25 de marzo.
A partir de la discusión de estas y otras temáticas urgentes para el
país, se convoca a plasmar este Proyecto de Nación en una nueva constitución
que preserve las conquistas sociales consagradas en la actual, revierta los
cambios contrarios al interés nacional y popular introducidos en ella durante
las últimas décadas, integre las nuevas garantías y derechos sociales
reclamados por los ciudadanos y contemple los nuevos desafíos de la época; sólo
así iniciará la transformación profunda que México necesita.
Llamado por México
Con el lanzamiento público de Por México Hoy el 3 de
octubre de 2015, señalamos
“Durante más de treinta años el
pueblo de México ha venido resistiendo en distintas formas y desde distintas
trincheras, en ejercicio de sus derechos. Hoy, por México, creemos que podemos
avanzar impulsando una propuesta que permita salir al país de la profunda
crisis en que se encuentra. La tarea que estamos emprendiendo tiene por
objetivo otro modelo de país, un México para todos, con igualdad, justicia,
libertad y soberanía.”
“Este modelo debe plasmarse en una nueva carta constitucional, formular,
entre todos, un proyecto de nación y construir una fuerza política que permita
crear una nueva fuerza mayoritaria que impulse este proyecto con la más amplia
participación de ciudadanos y organizaciones sociales.”
Para ello, insistimos, es necesario la búsqueda de consensos y la
construcción de alianzas para ampliar y profundizar la formulación de un país
soberano, un país de iguales, con justicia y libertad.
Las políticas neoliberales adoptadas dogmáticamente por los poderes
fácticos y la clase política dominante, como vía única a la solución de
la existencia en un mundo global, implicó el desmantelamiento de un proyecto de
desarrollo nacional, para entregar el país a la dictadura del mercado.
Ello trajo consigo la entrega y subordinación del país a los distados
del neoliberalismo y a la hegemonía de los Estados Unidos, lo que ha llevado a
México a su máxima vulnerabilidad, con un gobierno debilitado, desprestigiado
en extremo, sin recursos y sin respuestas. A un Estado débil y fragmentado y a
una economía frágil y dependiente.
En contra parte, la sociedad mexicana está harta de un poder indiferente
w insensible. Esta indignación debe traducirse en una fuerza social que dé
sustento a un nuevo proyecto de país y a la conformación de una mayoría capaz
de impulsarlo. Necesitamos otro enfoque, pensar de otra manera el mundo, la
globalización, América Latina y al país.
Otra forma de gobernar, que conlleve a la descentralización del poder
público a través de un federalismo equitativo que permita la apropiación social
de los asuntos públicos, de lo que es nuestro, lo que es de todos.
Un federalismo sustentado en el municipio libre, que distribuya las
responsabilidades, funciones y recursos entre las entidades, que facilite la
asociación para el desarrollo y promueva activamente la reversión de las
desigualdades y desequilibrios regionales.
Otra forma de gobernar obliga a asumir un enfoque integral de derechos
humanos, un sistema de justicia honesto, una efectiva seguridad ciudadana y
garantizar la gobernanza.
Cumplimiento cabal de los derechos humanos es condición ineludible para
la convivencia armónica de la sociedad, donde el Estado debe refundarse,
satisfaciendo las necesidades básicas de todas las personas.
Aspiramos a edificar un Estado garante de los derechos de todos los
mexicanos, regido por los principios del buen gobierno, capaz de ampliar una
justicia equitativa y eficaz.
Un Estado que enfrente la profunda desigualdad existente entre las
regiones del país, la inequitativa distribución del ingreso, la
desigualdad entre hombres y mujeres y la desigualdad personal que genera un
ingreso distinto.
Proponemos un cambio estructural del patrón de desarrollo económico,
como columna fundamental de un nuevo proyecto de nación a partir de la premisa
de distribuir para crecer y crecer distribuyendo.
Un modelo económico con empleo y salarios dignos. Una nueva política
salarial que remonte la precarización del trabajo, un nuevo patrón de
desarrollo energético asentado en el control soberano de los recursos
naturales, un nuevo patrón de desarrollo agropecuario, que promueva un reforma
integral del campo mexicano para alcanzar la autosuficiencia alimentaria; así
como el establecimiento de esquemas de distribución de productos que los
liberen de intermediaciones expoliadoras, otorgando prioridad a las necesidades
de las familias rurales, y a la preservación de los recursos naturales y de la
biodiversidad.
Ello requiere una reforma fiscal progresiva que grave la riqueza
extrema; combatir la corrupción, el dispendio y la evasión fiscal. La
reconstrucción gradual de las economías regionales, establecer un nueva
política de industrialización que aliente la manufactura y la industria de
bienes de capital y de materias primas estratégicas y el impulso a la
innovación y la investigación científica y tecnológica.
El desarrollo económico debe acompañarse de la preservación y
aprovechamiento integral de los recursos naturales; restablecer el carácter
estratégico de la gestión de los recursos hídricos del país; recuperar el
dominio público sobre la administración de agua y los servicios públicos
asociados con ella; asegurar su manejo sustentable; garantizar los derechos de
los pueblos indígenas sobre sus recursos y territorio; así como el rescate y
aprovechamiento soberano y racional de los hidrocarburos y de recursos mineros
del país.
Es necesario repensar al país, con una visión de futuro, haciendo una
reflexión profunda del modelo económico dominante que ha fomentado la pobreza y
la exclusión. En necesario un modelo que acote el pode y dominio del capital
financiero sobre las otras actividades económicas, para que la economía
recupere su sentido productivo y colectivo.
La cuestión social convoca hoy a la convivencia pacífica, la seguridad
ciudadana, la armonía entre la vida laboral, personal y familiar, la igualdad
sustantiva entre géneros y generaciones, el sentido de pertenencia y
responsabilidad, respeto a la vida colectiva, el buen trato y la no
discriminación; los afectos y las emociones y la salud comunitaria, elementos
fundamentales para alcanzar la vida digna.
La buena vecindad y la acción comunitaria, son elementos que cohesionan
a la sociedad a través de valores humanos, cívicos y ambientales compartidos;
la confianza entre las personas y hacia las instituciones, propiciando la
capacidad real de participar en la definición de lo público y de desarrollar la
acción pública a través de organizaciones y redes sociales que articulen los
derechos de todos, de la mujeres, de la infancia, de las juventudes, de los
pueblos originarios, de las personas mayores, de las personas con discapacidad,
de los migrantes y de quienes tienen una orientación sexual diversa.
En Por México hoy reconocemos la urgente necesidad de replantear el
Pacto Social entre los agentes que participan en la construcción de bienestar
de la población; el Estado, los gobiernos, las familias y la comunidad,
teniendo como propósitos centrales lograr una buena calidad de vida y una
condición humana superior para reducir las brechas de desigualdad para crear
una sociedad solidaria, pacífica y justa.
Se requiere construir un Estado Social de Derechos, como un reto para
alcanzar un futuro luminoso para el país, y superar el deterioro experimentando
en la convivencia, en la pérdida de calidad y disponibilidad de los servicios
sociales y el derecho a los derechos humanos. Se trata de asegurar la
existencia material y jurídica de condiciones que permitan a las personas y a
las familias contar con los bienes que dignifiquen su existencia y permitan su
sano desarrollo en un marco de libertades.
Bajo este concepto, es necesario reconocer el aporte de las familias al
sano desarrollo del humano y en la generación de un ambiente propicio para
fortalecer los valores de solidaridad y protección en la comunidad como parte
consustancial de un nuevo pacto social.
En el concierto de naciones, México puede y debe jugar un papel
diferente al actual. Un país soberano. Un país independiente, donde la
integración económica, social, política y cultural sean factores de equilibrio
y solidaridad en una comunidad de naciones de América Latina y el Caribe.
El arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, crea un nuevo escenario que
refrenda la urgencia de llevar a cabo estos planteamientos. México se encuentra
sin estrategia internacional que le sirva al país como carta de navegación en un
planeta extremadamente convulsionado.
Se transformó el sistema de poder emanado de la segunda guerra
mundial y del fin de la guerra fría. Estados Unidos sigue siendo una potencia
en el ámbito económico, militar y tecnológico, pero el entorno internacional se
ha vuelto crecientemente complejo y su gobernanza resulta cada vez más difícil,
más aún, cuando el gobierno de Trump ha inventado a México como una nueva
amenaza.
Son tiempos de unidad, pero no de cualquier unidad. La unidad nacional
ha sido una consigna que se ha utilizado en diversos momentos de la historia,
en los que se argumenta una amenaza externa que pone en peligro la soberanía y
la integridad de la Nación, haciendo de la política de unidad nacional un
vehículo a través del cual, se han limitado libertades y pretendido erradicar
cualquier disidencia a las políticas y acciones gubernamentales y de los
intereses económicos en el poder, bajo el argumento de que “ atentan contra la
unidad nacional” y “ nos debilitan” ante los enemigos externos.
Algunos momentos importantes de esa visión de unidad nacional, lo
representaron Manuel Ávila Camacho, quien el contexto de la Segunda Guerra
Mundial justificó el desmantelamiento de las estructuras sociales creadas
durante el cardenismo, atentando contra el derecho de huelga, la autonomía de
las centrales sindicales, desatando persecución contra los liderazgos de
izquierda y estableciendo el delito de disolución social, cuya desaparición fue
una de las demandas del movimiento del 68. Miguel Alemán continuó las campañas
anticomunistas y la represión a los movimientos sociales, impulsando el Amparo
Agrario, el charrismo sindical y el control de las organizaciones agrarias, a
lo que una izquierda sin brújula ni rumbo, entonces contribuyó bajo consigna de
unidad a toda costa alentada desde Moscú.
Lo mismo sucedió bajo el régimen de Gustavo Díaz Ordaz, cuando en aras
de la unidad nacional para combatir “la conjura comunista internacional”
justificó la represión al movimiento estudiantil de 1968.
Por ello hablar hoy de Unidad Nacional, es referirse a la unidad de las
mexicanas y de los mexicanos, a la defensa de un país y su soberanía, de los
mexicanos en el exterior y la protección de sus derechos y garantías, no de la
unidad en torno a una figura presidencial decadente y ajena al interés
nacional.
Es un momento de avanzar en la definición colectiva en la conformación
de un Proyecto de Nación y la conformación de un nuevo Pacto Social. Es momento
de acumular fuerzas suficientes para materializar una nueva Constitución que
preserve las conquistas sociales alcanzadas, que revierta los cambios
contrarios al interés nacional y popular introducidos durante las últimas
décadas; integre las nuevas garantías y derechos sociales reclamados por
ciudadanos contemple los nuevos desafías de la época.
Es momento de repensar y recrear al país, que nos repensemos a nosotros
mismos, es el momento de recuperar valores fundamentales como la ética,
nuestros valores de identidad como nación y nuestros principios de solidaridad
entre los mexicanos. Que avancemos en la construcción de un buen gobierno que
rinda cuentas y recuperemos nuestro derecho a imaginar un país distinto,
tolerante con inclusión social y sin discriminación.
Recuperar nuestro derecho a soñar, como lo hicieron los jóvenes del 68;
el derecho alcanzar nuestras aspiraciones para vivir en paz, que es posible
progresar y resolver nuestra vida cotidiana en condiciones de dignidad. Ese es
el México que queremos.
Es tiempo de una nueva ruptura política y cultural, que permita convertir
la energía desatada por la inconformidad social en organización para iniciar la
transformación profunda que México necesita.
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