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ROTATIVO de Querétaro
En este espacio podrás encontrar información actualizada acerca de las actividades y el pensamiento de Alejandro Encinas Rodríguez, uno de los principales dirigentes de la izquierda mexicana.
Se promueve Encinas en Querétaro como candidato al PRD
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En el México de entonces prevalecía una profunda segmentación social y una gran concentración del ingreso. El 79% de la población vivía en las zonas rurales, registrando considerables niveles de pobreza. Once mil haciendas concentraban 57% del territorio nacional, mientras 15 millones de campesinos, es decir, 95% de las familias rurales, carecían de tierra.
Los hacendados mexicanos partían del principio del derecho natural a la propiedad privada e imponían inhumanas condiciones de servidumbre en las haciendas, con largas jornadas de trabajo, empleo infantil y las conocidas tiendas de raya.
La emigración de un importante sector de la población rural a las ciudades y a los centros mineros motivó, como señala Alicia Hernández Chávez, que “la cuestión social de corte rural (se trasladara) a estos nuevos poblamientos, cuando las demandas sociales de jornaleros, aparceros y pequeños propietarios se vinculan sobre el derecho a la propiedad y el ejercicio real de sus derechos políticos”.
Ello encuentra un caldo de cultivo favorable a la revuelta social, en las lamentables condiciones laborales en las ciudades y en la industria, carentes de toda regulación y protección social, lo que da cauce a movimientos reivindicativos que culminan en huelgas, como las de Cananea y Río Blanco, que confrontan además un régimen profundamente autoritario que las reprime brutalmente.
De los reclamos contra la situación agraria y sindical, se da paso a la censura contra el caciquismo y la falta de democracia, lo que aunado al movimiento antirreeleccionista de Madero y de vastos sectores medios de la población, precipitó el movimiento armado.
La Revolución Mexicana, señala Lorenzo Meyer, “terminó por proponer para México la construcción de un orden no liberal, de una economía no enteramente supeditada a los dictados del mercado... que dio lugar a la ‘economía mixta’ de la posrevolución, así como a sus políticas sociales, la cual nunca cumplió realmente con la promesa del discurso revolucionario”, quizá con la sola excepción del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas.
Noventa y siete años después, nuestro país se ha transformado profundamente y, al mismo tiempo, no han cambiado en lo sustancial las condiciones de vida de la mayor parte de los mexicanos.
Si bien el México rural quedó atrás y la mayor parte de la población vive en 55 zonas metropolitanas y otras ciudades, la situación del campo es lamentable, la reforma al artículo 27 constitucional, lejos de modernizar la economía rural, alentó el arrendamiento de tierras. El desmantelamiento de las instituciones públicas de fomento al desarrollo rural trajo consigo el abandono del campo; la expulsión de millones de campesinos a las ciudades y al extranjero; la pérdida de la autosuficiencia alimentaria y la proliferación del cultivo de drogas.
Más de 20 millones de mexicanos han emigrado a Estados Unidos. Las remesas que éstos envían rondan la cifra de los 25 mil millones de dólares anuales.
La concentración del ingreso es descomunal. De acuerdo con información del INEGI, en 2006, 60% de la población con menores ingresos percibió 27.6% de los ingresos, mientras 10% de la población con mayores recursos concentró 35.7% de los ingresos totales.
La propia Secretaría de Hacienda reconoció este año que el 10% de la población más pobre del país percibe 1.1% del ingreso total, mientras que 10% de los habitantes más acomodados concentra 39.6% de los ingresos.
Aunado a ello, el enrarecido clima político que prevalece en el país, la falta de legitimidad del actual régimen, el mantenimiento de un sistema de privilegios fiscales para los grupos de mayores ingresos, el desmantelamiento del ya precario entramado institucional que sustentó las conquistas sociales emanadas de la Revolución, así como el intento por privatizar bienes fundamentales de la nación, crean un escenario de incertidumbre.
No hay que olvidar lo señalado por Edward P. Thompson al analizar las revoluciones en Europa: “La miseria, el hambre misma no es suficiente para explicar la reacción violenta y destructiva de los grupos populares. Para que esa violencia social estallase, se necesitaba, además, otro elemento: la convicción de que los de arriba habían decidido romper el pacto de solidaridad mínima existente con los de abajo”.
aencinas@economia.unam.mx
Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM
El tema energético predominó en el primer informe del “presidente legítimo”
Visitó en un año más de mil municipios; se propone completar el recorrido en 2008
Ir a ver la cinta de Mandoki es un acto de resistencia, invitación recurrente en el Zócalo
Arturo Cano
¡Es el petróleo, estúpidos! En su primer informe como “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador llega acompañado de Alejandro Encinas y machaca, desmenuza, insiste, advierte: el tema central del movimiento que encabeza será la defensa de la soberanía petrolera.
No me gusta, dice López Obrador, pero si se entrega el petróleo –a manos privadas, nacionales o extranjeras– ya no tendríamos posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la población, no tendríamos país.
La mitad del discurso del tabasqueño está dedicado al tema: insiste, de entrada, en que los últimos gobiernos priístas y panistas han arruinado “deliberadamente” a Petróleos Mexicanos para crear un pretexto y vender la empresa.
Luego anuncia la presentación, este lunes, de “un proyecto alternativo para evitar la entrega del petróleo al extranjero y, al mismo tiempo, rescatar y desarrollar esta industria nacional, para convertir a México en una potencia energética”.
Con este plan, dice, se evitaría que los mexicanos perdiéramos “tal vez para siempre nuestra soberanía como país libre e independiente. Para decirlo históricamente: la derecha y sus aliados del PRI nos quieren regresar al porfiriato”.
Al frente y a la derecha de López Obrador, medio Zócalo es ocupado por el “museo nomádico”, proyecto de la Secretaría de Cultura capitalina que arrancará con la exposición Cenizas y nieve, del fotógrafo canadiense Gregory Colbert, y que dificulta medir la asistencia a la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática.
Es difícil, así, saber cuántos escuchan el pormenorizado recuento que hace López Obrador de la situación petrolera, aunque debe decirse que las calles cercanas al Centro Histórico están llenas de camiones y microbuses de convencionistas.
Muchos otros llegan por su propio pie para escuchar adelantos del proyecto “alternativo” lopezobradorista. Por ejemplo, la propuesta de que “en una primera etapa” se requerirán invertir “con carácter urgente” 400 mil millones de pesos para “la exploración de nuevos campos, el desarrollo de los yacimientos de gas natural, perforación de nuevos pozos, construcción de tres nuevas refinerías, modernización y ampliación de plantas petroquímicas, y el mantenimiento de las instalaciones petroleras”.
Los recursos saldrían, dice López Obrador, de la reducción del gasto co-rriente y de operación del gobierno, rubro que aportaría 200 mil millones, equivalentes a 8 por ciento del presupuesto. El dinero podría obtenerse, entre otras cosas, de la reducción de sueldos y prestaciones de la alta burocracia.
Hablando de reducciones presupuestales, López Obrador se acarrea ovaciones consecutivas cuando habla de que una de las fuentes serían los 5 millones de pesos que cuesta cada mes al erario cada uno de los ex presidentes, incluido el “traidor a la democracia”, Vicente Fox.
Aplausos también merece la integración de una comisión que el tabasqueño sugiere y vota, la Coordinadora para la Defensa del Petróleo, integrada por Ifigenia Martínez, Claudia Sheinbaum, Jesusa Rodríguez, Bertha Maldonado y las senadoras Rosalinda López y Layda Sansores.
Es el petróleo, convencionistas. López Obrador recuerda la cita ya aprobada del 18 de marzo de 2008, pero dice que en caso de que se proceda a la “entrega del petróleo”, llamaría a una movilización antes de esa fecha, que coincide con el 70 aniversario de la expropiación petrolera.
En cualquier caso, anuncia que una modificación constitucional en materia energética tendría como respuesta nuevas acciones de “resistencia civil pacífica” bajo tres criterios: no violencia, no afectar a terceros y poner en práctica medidas que cumplan con el propósito de mantener el crudo bajo dominio de la nación.
Política y zoología
En el templete, en primera y segunda filas, están los miembros del “gabinete legítimo”, dirigentes de los partidos que integran el Frente Amplio Progresista y líderes del Partido de la Revolución Democrática. Está ahí, por ejemplo, el coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, pero son notorias las ausencias de otras figuras de la corriente perredista Nueva Izquierda, en especial de Jesús Ortega, candidato fuerte, con Alejandro Encinas, a la presidencia del partido del sol azteca. La campaña interna ha de coincidir, si se adelantan las ganas calderonistas de una reforma energética, con las movilizaciones de la Convención Nacional Democrática.
Pero aunque no están en el templete, los chuchos sí aparecen en la plancha del Zócalo. Están algunas de sus huestes, claro. Pero también aparecen en carteles y mantas desperdigadas aquí y allá. “Nueva Izquierda, traidora, farsante y cínica”.
A la lista de “traidores”, en otra pancarta, se han sumado los nombres de la diputada Ruth Zavaleta y de Leonel Godoy, ganador de la contienda por la gubernatura de Michoacán. López Obrador no los menciona, como no menciona tampoco muchos temas de la agenda del año y meses que han transcurrido desde la elección de 2006.
Pero los convencionistas los tienen presentes. En primera fila, una señora sostiene un cartel que parafrasea a la diputada Zavaleta. Ha de recordarse que la presidenta de la Cámara es autora de una de las críticas más duras que ha recibido Felipe Calderón desde su llegada a Los Pinos: “Se los he dicho a los compañeros que me cuestionan: que hay un pato, que hace como pato, camina como pato, hace cua cua, y no por ser perredista voy a ver si hace croac, croac, ¿verdad?”
Algunos malintencionados entendieron la demoledora crítica como un deslinde del lopezobradorismo, como la señora del cartel que reza: “Si ladra como perro, muerde como perro y sube los precios del gas, el pan, la leche y las tortillas, entonces es un perro”.
Los temas, los acuerdos, las campanas
Un ama de casa, un profesor de la Montaña de Guerrero y un sindicalista –ahora diputado– están entre quienes leen las propuestas de resolutivo de la convención que, además del petróleo, abordan temas cruciales de la agenda lopezobradorista: energía eléctrica, alza de precios, defensa de los derechos humanos y responsabilidades no imputadas en las tragedias de Chiapas y Tabasco.
Cuando doña Rosario Ibarra hace un recuento de los abusos del Ejército en varias partes del país, las campanas de la Catedral empiezan a repicar, magnificado su sonido con altavoces. Ella debe callar un momento, por el sonido de las campanas mismas y porque los convencionistas comienzan a lanzar gritos de protesta dirigidos al cardenal Norberto Rivera. Las campanas han de sonar extrañamente durante largos nueve minutos.
“Bueno, esperemos que las campanas sean para saludar a esta convención y no para que nos quieran callar”, dice la senadora. Luego se sabrá que un grupo de convencionistas entró a la misa para protestar por la campaneada.
En tanto, la agenda de la asamblea sigue, con su manta enorme que dice “Contra el alza de precios; en defensa del petróleo”, su bandera nacional hecha de flores y sus “cañones” que expelen papeletas verdes, blancas y rojas.
Cierra López Obrador cuando afirma que no ve ninguna contradicción en mandar al diablo a las instituciones e interponer una demanda en la Procuraduría General de la República, pues ése, dice, es el camino para llegar a los organismos de justicia internacionales, a fin de que quede claro que la tragedia en Tabasco pudo evitarse y se castigue a los responsables.
Concluye con un recuento apretado de sus visitas y asambleas en mil nueve municipios, y avisa que a finales del año venidero habrá completado todos los municipios del país (2 mil 449) y tenido contacto con 5 millones de mexicanos.
Y con un llamado a lograr la “hazaña” de “sacar a nuestro pueblo de la pobreza y la marginación”.
La despedida es larga. López Obrador saluda de mano a los asistentes de las primeras filas. En el sonido se invita a la gente al cine, a ver la película de Luis Mandoki. “Ir al cine es un acto de resistencia”, dicen. Esta noche, como ayer y desde el estreno, habrá aplausos en muchas salas cinematográficas.
Pese a las recomendaciones, frente a la Catedral un grupo de convencionistas hace bolita para comprar la versión pirata de Fraude: México 2006. Algunos otros, todavía enojados, gritan al cardenal: “¡Pe-de-ras-ta!” La mayoría, sin embargo, se va en paz cuando la asamblea termina.