Mikel: el embustero
Alejandro Encinas Rodríguez
El Universal
29 de mayo de 2018
Dicen
los especialistas que cuando tu candidata o la coalición en la que participas
va a la cabeza en las preferencias electorales —en este caso de manera
contundente—, uno no debe ocuparse de los contendientes que están distantes de
la competencia real.
Sin
embargo, y toda vez que la demagogia y la mentira se han incrustado en el
discurso de algunos de los contendientes en este proceso, y contra los cánones
establecidos, quisiera referirme al candidato del PRI en la Ciudad de México,
Mikel Arriola.
No
analizaré el pensamiento decimonónico y ultraconservador que lo caracteriza y
que ha llevado al PRI capitalino a disputar el espacio ideológico que hasta
ahora estaba reservado al yunque o a organizaciones confesionales como Provida.
Como tampoco lo haré respecto de su arenga misógina y del lenguaje de
hostilidad e intolerancia hacia adversarios que lo defínen como persona. De eso
se encarga él mismo.
Quiero
referirme a algunos de los muchos embustes que a lo largo de la campaña, y en
especial durante los debates realizados hasta ahora entre los candidatos a la
Jefatura de la Ciudad de México, ha presentado como propuestas “para resolver
los problemas de la Ciudad”, por ejemplo:
Mikel
aseguró que construiría tres trenes suburbanos, que sacaría los tráileres de la
ciudad con un circuito exterior y que impulsaría la construcción del nuevo
aeropuerto de la Ciudad de México, ya que éste resolvería el problema de
pobreza en el oriente de la ciudad al generar 650 mil nuevos empleos,
independientemente de otros 600 mil empleos que se crearían con el
aprovechamiento de los predios que ocupa el actual aeropuerto de la ciudad.
Al
candidato del PRI se le escapa que esta contienda es por la Jefatura de
Gobierno de la Ciudad y no por la gubernatura del Edomex, pues el nuevo
aeropuerto se construye en el Edomex, lo que implicará la pérdida del mismo
tanto de empleos en la capital, mientras que los predios del aeropuerto Benito
Juárez se mantienen bajo el dominio federal y se pretende atar su destino para
garantizar el financiamiento del nuevo aeropuerto, el cual estaría operando en
su totalidad hasta el año 2050.
Los
trenes suburbanos, que hasta ahora no ha dicho cuáles construiría, se
desarrollarían también en el estado vecino. Se trata de un proyecto gestado
durante el gobierno de Vicente Fox para aprovechar los derechos de vía
federales que prevalecen tras la privatización de Ferrocarriles Nacionales, y
que a la fecha solo ha puesto en marcha el tren que parte de la vieja estación
Buenavista a Cuautitlán, mientras que otros proyectos, como el de Apan-Martín
Carrera y Amecameca-La Paz, no han prosperado. En el caso del libramiento para
evitar que los tráileres pasen por la ciudad, la construcción del Arco Norte,
del circuito exterior mexiquense y de la carretera Chalco-Jojutla, fueron
planteadas con ese propósito. O sea, nada.
Hay
verdaderas perlas de la demagogia política en las propuestas del candidato del
PRI, como construir 150 mil viviendas sobre las estaciones del metro. Las 12
líneas del metro cuentan con 195 estaciones, 11 de ellas en el Estado de
México, por lo que restando éstas se tendrían que construir en promedio 800
viviendas por estación, solo que el candidato omite que decenas de estas
estaciones se ubican en el centro de avenidas fundamentales para la movilidad
de la ciudad, como Insurgentes norte, Ignacio Zaragoza o Ermita Iztapalapa;
otro tanto son subterráneas en cuya superficie está totalmente edificada; otras
tienen restricciones de uso de suelo y de protección civil, y otras más se
encuentran en sitios patrimoniales, a menos que quiera edificar en el metro
Bellas Artes o en la Alameda.
Otro
rango de propuestas apuntan más a la subasta: construiré 100 kilómetros de
Metro (¿en seis años y con qué?); construiré un acuaférico para Iztapalapa
(aunque no tenga agua); instalaré un millón de cámaras de vigilancia (ni en los
Estados policiacos); duplicaré el apoyo a adultos mayores (¿no que eso era
populismo?); acabaré con el narcotráfico, para lo cual (sic) “voy a publicar un
decreto de emergencia en la ciudad para poder hacer operativos con las fuerzas
federales e ir por los narcotraficantes” (como si las mafias se extinguieran
por decreto).
Si,
como el candidato dice, su causa es la familia, la vida y los valores, al menos
debería dejar de mentir
Senador
de la República
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