3
de agosto de 2018
A dos años de haber sido
descubiertas las fosas clandestinas de Colinas de Santa Fe en Veracruz, donde
se encontraron 295 cuerpos, sólo 16 han sido identificados. Es lamentable que
aún no se esclarezcan los hechos.
Colinas de Santa Fe: 280 cuerpos que
aún no son nadie
Hoy se cumplen dos años de que familiares de desaparecidos
encontraron la fosa de Colinas de Santa Fe, en el puerto de Veracruz. Han
recuperado 295 cuerpos, pero solamente se han identificado a 16 personas y así
evidenciaron que la fosa fue utilizada por criminales y policías,
simultáneamente. Para las familias este lugar de dolor es también un triunfo en
la búsqueda de sus desaparecidos
Fue el día de las madres del año 2016 cuando integrantes del
colectivo Solecito Veracruz, se preparaban para manifestarse y exigir justicia
por la desaparición de sus familiares en el palacio de gobierno de Veracruz.
Entonces, un par de hombres les entregaron un papel que nadie revisó con
atención hasta después. Ahí estaba dibujado un croquis para llegar a lo que se
descubriría como el cementerio clandestino más grande que se haya localizado en
el estado: Colinas de Santa Fe.
A pesar de que el croquis fue entregado en mayo, las autoridades
estatales, que fueron notificadas por el colectivo, autorizaron la entrada al
predio hasta el 3 de agosto. Hoy, dos años después, se han recuperado 295
cuerpos (la mayoría cuerpos completos, aunque hay algunos fragmentos), en su
mayoría de jóvenes. La ropa y el calzado se sacan de la tierra por montones, la
escena es la de un campo de exterminio.
Colinas de Santa Fe es, en realidad, una colonia de interés
social. Localizada a 15 minutos del puerto de Veracruz siguiendo la carretera
que costea el Golfo hacia el norte. Detrás de esta pequeña ciudad satélite del
puerto está el conjunto de fosas bordeado por dunas. Los vecinos rehúyen a las
entrevistas. Hay miedo y, por lo tanto, silencio.
Los familiares de desaparecidos se organizaron en brigadas para
hacer ellos mismos la búsqueda de cuerpos. Clavaron varillas en la tierra
arenosa y las sacaron para oler las puntas: si el olor era pétreo nada, si era
de muertos “positivo”.
“Han sido dos años de desgaste físico y emocional”, dice Lucy
Díaz, madre de Luis Guillermo Lagunes, un joven desaparecido a sus 29 años de
edad y una de las integrantes de Solecito.
“Colinas de Santa Fe nos catapultó como colectivo, éramos unas
madres amas de casa que nunca habían visto un hueso y ahora estamos frente a un
reto forense tan grande. Y Colinas de Santa Fe, también, es un triunfo porque
cierra este ciclo de incertidumbre en tantas familias, impedir que la
clandestinidad se adueñe de la vida de las personas”.
Lucy explica que haber descubierto esta fosa y haber desenterrado 295 cuerpos es una victoria “sobre la perversidad de quienes hicieron el esfuerzo de ir hasta allá y borrarlos, de quienes pensaron que los podían desaparecer”.
Cuerpos sin nombre
“A lo mejor los nuestros están allí pero como todavía no les han
hecho las pruebas y no los han analizado pues no sabemos”, dice Martha
González, quien busca a su hijo Luis Alberto Valenzuela.
Lucy Díaz explica que la lentitud en la identificación es por la
falta de tomas de ADN y de su respectivo cruce. Ella calcula que entre Solecito
y PGR se han elaborado 2 mil 700 pruebas a los familiares que buscan a sus
desaparecidos, más otras 200 pruebas que tomó el gobierno estatal de Veracruz,
pero que nunca procesó.
Entre los 16 cuerpos que han sido identificados están los de
seis jóvenes que fueron llevados por la policía en el 2012 en la colonia el
Modelo; dos cuerpos más fueron de hombres secuestrados por criminales. Esto ha
permitido a las familias concluir que la fosa de Colinas de Santa Fe era
utilizada simultáneamente por policías y criminales para enterrar cuerpos.
Las demandas
Desde mayo de este año el gobierno federal dejó de resguardar el
área de búsqueda, el gobierno estatal, por su parte, dejó de prestar una
retroexcavadora y dejó de ayudar con alimentos a los familiares que hacen las
búsquedas de los cuerpos en el predio.
Guadalupe Conteras es originario de Guerrero; su hijo Iván está
desaparecido desde el 13 de octubre de 2012. Tras la desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa, Guadalupe se unió a las búsquedas del colectivo Los
otros Desaparecidos, en Iguala, pero cuando las integrantes del Solecito
recibieron la información de los cuerpos enterrados en Colinas de Santa Fe, se
trasladó a vivir a Veracruz para ayudarlas en las búsquedas.
Guadalupe trabaja todos los días en el predio buscando cuerpos y
asegura que lo más importante que les puede proporcionar el gobierno es
seguridad. Hoy sólo hay dos personas resguardando el perímetro de búsqueda,
pero cuando están adentro y cuando salen los buscadores de fosas están solos.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares les ha dicho que “no hay dinero” para
eso.
Lucy Díaz explica que ya están en diálogos con el gobernador
electo, Cuitláhuac García, para exponerle sus demandas:
• Juicio político al Fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, para
que se siente un precedente de que las autoridades deben rendir cuentas sobre
sus actos y omisiones.
• Establecer una Comisión de búsqueda y Consejo estatal de
búsqueda (a partir de la Ley de Desaparición Forzada aprobada hace unas
semanas) con recursos suficientes para operar.
• Tener un gobierno cuyo eje sean los derechos humanos y, dentro
de ellos, las desapariciones forzadas.
Otras fosas
Los familiares de los desaparecidos han pedido a las autoridades
que los dejen entrar a otros predios a buscar cuerpos. Cerca del puerto hay al
menos dos lugares donde se pueden hacer búsquedas: el predio conocido como
“Arbolillos” donde en marzo del 2017 fueron inhumados 47 cuerpos, según informó
la Fiscalía del estado en un comunicado; y el “kilómetro 13 y medio” donde el
gobierno federal está construyendo la ampliación de la zona portuaria de
Veracruz.
Guadalupe Contreras dice en entrevista que las familias de
Veracruz han solicitado a las autoridades permiso para excavar en esas fosas
encontradas, pues creen que aún puede haber restos.
En el año 2017 se encontraron 343 fosas en 44 municipios del
estado de Veracruz, según informó en la comparecencia ante el Congreso local el
fiscal Jorge Winckler.
Algunos de los familiares han sido extorsionados a cambio de que
les sean entregadas nuevas localizaciones para búsquedas. En todos los casos
resultaron ser engaños.
“Nosotras seguimos en esta lucha y en este triste caminar,
nosotros seguimos sufriendo el día a día de no saber de nuestro hijos. Quisiera
saber dónde está y traérmelo [a la casa] y poder descansar porque llevo 5 años
y medio buscándolo. Él merece ser encontrado, tiene el derecho de ser
encontrado. Yo soy su voz, y tengo que dar con él” dice Martha González.
Más información en nuestra cobertura especial:
Veracruz, el imperio de Arturo Bermúdez
Veracruz, el imperio de Arturo Bermúdez
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