Lucro penitenciario
Alejandro Encinas
El Universal
19 de enero de 2021
El pasado 13 de enero durante la conferencia
matutina del presidente de México, se presentó el informe sobre los
onerosos contratos que se suscribieron durante la administración de Felipe
Calderón para la construcción de los centros de reclusión federales
concesionados al sector privado bajo el esquema de “Contratos de Prestación de
Servicios”.
Se trata de ocho contratos firmados entre diciembre de
2010 y marzo de 2011, cuando el Secretario de Seguridad era Genaro García Luna,
con el objetivo -se dijo- de utilizar la inversión privada para encaminar un
sistema de operación penitenciaria, que daría paso a incrementar la
infraestructura para la reinserción social y combatir la corrupción en el
sistema penitenciario, lo que no se ha logrado.
Estos contratos fueron adjudicados de manera directa
hasta por 22 años, y en ellos se establecen cláusulas leoninas en favor de
particulares en detrimento del erario público. Por ejemplo: los pagos a estas
empresas deberán cubrirse por el gobierno federal desde la fecha de inicio y
hasta la fecha de terminación del contrato, estableciendo que, aunque no haya
personas privadas de su libertad (PPLs), se tiene que pagar la totalidad de la
ocupación estimada, al tiempo que, al término del contrato, el inmueble y sus
instalaciones, serán propiedad del proveedor.
Se establece que la responsabilidad en la operación y
seguridad de cada centro penitenciario corresponde a la Secretaría de Seguridad
y Protección Ciudadana, correspondiendo a las empresas concesionarias, brindar
las condiciones materiales, tecnológicas y algunos servicios, como la
adquisición del terreno, el equipamiento, el desarrollo de la infraestructura,
el diseño del proyecto, así como el pago de la conservación, el mantenimiento
de las instalaciones y equipo de laboratorio, la limpieza, la jardinería, la
alimentación, la dotación de uniformes y artículos de higiene personal a las
PPLs.
Esto ha representado para el país un gasto de casi 75 mil
662 millones de pesos en 9 años y la proyección total del costo a 20 años por
266 mil 300 millones de pesos. Para dimensionar la magnitud de este abuso,
basta señalar que el promedio de gasto mensual en estos centros es de 114 mil
570 pesos por PPL, es decir, un gasto diario de 3 mil 819 pesos por persona,
siendo el centro penitenciario femenil de Morelos el que registra el mayor
costo anual con 2 millones 340 mil pesos por PPL, lo que equivale a un monto
diario de 6 mil 411 pesos por persona. En contraste con los centros de
reclusión de la Ciudad de México, donde el costo promedio por persona es de 500
pesos diarios.
La pretensión de privatizar el sistema penitenciario
federal tampoco se ha traducido en una mejora los servicios. El
Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria realizado por la CNDH en
2019, señala que las concesiones de centros penitenciarios no mejoraron las
condiciones en las PPLs. Los temas de mayor incidencia fueron: deficiencias en
los servicios de salud; insuficiencia o inexistencia de actividades laborales y
de capacitación, de actividades educativas y deportivas; insuficiencia en los
programas de prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria y
deficiencia en la atención a personas adultas mayores.
En materia penitenciaria México tiene un largo camino por
recorrer. Sin embargo, el Estado mexicano debe asumir la rectoría sobre la
reinserción social, la que no puede ser delegada a empresas privadas cuyo fin
es el lucro.
El objetivo del sistema penitenciario es la reinserción
social, con base en el respeto a los derechos humanos, por lo que es erróneo
crear incentivos contrarios desde los negocios. La privatización del sistema
penitenciario ha resultado además de onerosa un fracaso para garantizar la
reinserción de quienes han violado la ley.
Subsecretario de Derechos Humanos, Población
y Migración
https://www.eluniversal.com.mx/opinion/alejandro-encinas/lucro-penitenciario
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