| Un partido con valores Alejandro Encinas Rodríguez 14 de agosto de 2007 |
Esta semana el PRD celebrará su décimo Congreso Nacional. En éste se debatirán diversos temas, entre los que, a mi juicio, se plantearán tres definiciones fundamentales:
1. El principal reto de este Congreso es garantizar la unidad del propio partido, y ésta no puede ser un asunto enunciativo, sino que deberá materializarse en el acuerdo que se alcance en la línea política y en las reglas a las que sujetará su vida interna y su práctica política.
El PRD debe ratificarse como un partido de la izquierda democrática, cuyo objetivo es la transformación profunda de nuestra sociedad y del sistema político y económico impe-rante. Un partido con independencia y autonomía del poder público y de los poderes de facto, que tiene como prioridades el combate a la exclusión y la desigualdad social, la democratiza-ción política del país y la construcción de un modelo de desarrollo alternativo a las políticas neoliberales.
Para ello, el PRD tiene que capita-lizar la fuerza que representan su posicionamiento electoral y los gobiernos que encabeza, y asumirse como un partido con vocación de poder, capaz de consolidar la mayoría que conduzca al país.
2. El PRD requiere una profunda renovación y el fortalecimiento de su vida interna, por lo que es indispensable desmantelar los mecanismos que han permitido el surgimiento de grupos de interés, que más allá de lo que originalmente se concibió como corrientes de opinión, han traído consigo prácticas clientelares, así como la injerencia de grupos económicos y gobiernos ajenos al partido. Prácticas inherentes al dinero, a la corrupción y a la pérdida de valores democráticos.
Para evitar esta regresión, el Congreso Nacional debe fortalecer los mecanismos a través de los cuales sus miembros participan en la vida interna; erradicar la militancia corporativa para dar lugar a la militancia partidaria; fortalecer los mecanismos de elección de dirigentes y candidatos (el voto universal, directo y secreto); garantizar la afiliación individual y no mediante los grupos; impedir la formación de estructuras paralelas, con relaciones políticas y financiamiento propios, y eliminar la intermediación que las corrientes hacen de la vida partidaria, con lo que se desplaza la toma de decisiones fuera del ámbito institucional y se conculcan los derechos de los militantes.
3. En materia de política de alianzas, el PRD debe asumirse como un instrumento para la lucha política y como un medio al servicio de las transformaciones sociales, y por tanto abrirse al conjunto de la sociedad.
Las alianzas son un medio legí-timo para generar consensos y posiciones políticas con distintas organizaciones o individuos, y éstas deben fundarse en coincidencias políticas y en programas comunes, que permitan acuerdos duraderos y avances democráticos.
Hasta ahora, si bien se han obtenido logros electorales y se ha posibilitado la creación del Frente Amplio Progresista, el partido ha mantenido una errática política de alianzas, en la que en muchos casos han predominado el pragmatismo y la simulación.
Poco o nada sirven alianzas que ven al partido como franquicia y concluyen al día siguiente de la elección, o con organizaciones o personajes que dañan la imagen del partido, con quienes no existe más coincidencia que la circunstancia.
Las alianzas deben fortalecer las causas del partido. Por ello, el PRD debe mantenerse como la columna vertebral del gobierno “legítimo”, de la Convención Nacional Democrática y del Frente Amplio Progresista y, al mismo tiempo, abrir sus alianzas al movimiento social, a la academia, a los intelectuales, a los trabajadores de la cultura, a los jóvenes, a los ciudadanos y organizaciones que participan en espacios afines a nuestras causas y propósitos.
En suma, se requiere un parti-do que recupere los principios que le dieron origen y se aleje del pragmatismo que rige su práctica política. Que sea contrapunto a la lógica de acumulación y exclusión del actual sistema y que no se limite al despropósito de buscar compensaciones al modelo neoliberal.
Un partido con valores: ética, democracia, tolerancia, pluralidad. Con iniciativa en las acciones que promueven la equidad social y de género, el reconocimiento a la diversidad, el respeto a la naturaleza, y con una política de alianzas al servicio de la sociedad, no de la burocracia partidaria.
aencinas@economia.unam.mx
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