Expectativa migratoria
Alejandro Encinas
El Universal
16 de marzo de 2021
Los cambios anunciados en la política
migratoria de la administración del presidente Joe Biden, han despertado una
expectativa creciente en la población migrante, particularmente en el triángulo
norte de Centroamérica.
Sin embargo, suspender el programa que
permitía a los solicitantes de refugio en Estados Unidos permanecer en
territorio mexicano en espera del fallo de la autoridad norteamericana;
anunciar que se aprobará un número importante de solicitudes de asilo, y
suspender la construcción del Muro, insignia de la administración Trump, son
medidas insuficientes que, lejos de dar certeza de la apertura migratoria en
ese país, generan una falsa expectativa que ha detonado un incremento
significativo en el flujo migratorio por nuestro país.
Ello se conjuga con los factores
tradicionales que originan la movilidad regional, y con los impactos negativos
generados por la pandemia, en particular los estragos en la economía de la
región, que han profundizado la desigualdad y la pobreza, de la mano del
incremento en la violencia delictiva; de los problemas derivados de desastres naturales
y de conflictos políticos, que como en el caso de Haití y otros países,
alientan el incremento en el movilidad de las personas en busca de otro tipo de
oportunidades.
Este repunte migratorio se puede
constatar con la información sobre las detenciones de personas migrantes en la
frontera sur de Estados Unidos, las cuales, durante febrero del presente año
alcanzaron a 99 mil 690 personas, de las cuales 59 por ciento son
centroamericanos.
En lo que respecta a nuestro país, se
registra un mayor ritmo en el acceso a distintos instrumentos para garantizar
una migración regular, es el caso de las visas de visitante regional que al 15
de marzo se ha otorgado cerca de 12 mil, es decir mas de la tercera parte
respecto a 2020; al igual que las visas por razones humanitarias, que hoy suman
más de 76 mil personas, así como las cerca de 111 mil visas a las personas
retornadas de Estados Unidos.
El crecimiento en las solicitudes de
refugio y protección complementaria, que en los últimos tres años suman más de
125 mil solicitudes, mantendrá un crecimiento sostenido, comprendiendo a la
vez, a un mayor número de nacionalidades, inclusive de otros continentes.
Cabe destacar, que el rasgo distintivo
de este flujo migratorio, es la presencia creciente de familias muy jóvenes,
con padres adolescentes, hasta con dos hijos, en condiciones de precariedad y
gran vulnerabilidad. Se trata en su mayoría de gente muy humilde. Los pobres de
los pobres; quienes no tienen más opción que abandonar el lugar donde nacieron.
Por ello son insuficientes los cambios
y medidas hasta ahora anunciadas por el nuevo gobierno norteamericano. Se
requiere dar certidumbre respecto de acciones que asuman un nuevo enfoque para
atender el fenómeno migratorio, atendiendo las causas de origen, lo que implica
dejar atrás las acciones punitivas de control, para asumir como eje
fundamental, el necesario desarrollo del triángulo norte de Centroamérica y la
frontera sur de México, y su integración económica. Lo que exige, además de la
cooperación internacional, del compromiso de los países expulsores para encarar
las causas que motivan la salida de las personas, sin generar falsas
expectativas.
Subsecretario de
Derechos Humanos, Población y Migración
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