Alejandro
Encinas, Ex Comisionado del caso Ayotzinapa
Encontrar
al resto de los 43 normalistas va a ser muy difícil
A 10 años
de la desaparición de los estudiantes, el ex subsecretario de Gobernación
expone los problemas que tuvo que encarar mientras estuvo a cargo de la Covaj,
así como los avances en las pesquisas y los obstáculos que persisten; además de
las trabas que le tocó enfrentar, el tiempo también es otro factor: hay
que tener en cuenta que han pasado 10 años, erosión, lluvia, fauna, destaca.
▲ En la
misión que le asignó López Obrador, Encinas destaca: Desde el principio
dije que no iba a estar de adorno. Afecté intereses del gobierno anterior, del
gobierno de Guerrero, de las presidencias municipales, de los cuerpos de
seguridad.Foto José Antonio López
Blanche
Petrich
Periódico La Jornada
Sábado 28 de septiembre de 2024, p. 6
El 19 de
agosto de 2022, en Palacio Nacional, Alejandro Encinas, entonces subsecretario
de Gobernación y presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la
Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj) pronunció las esperadas palabras que
rompían con la impunidad de un crimen emblemático del sexenio peñanietista: el
ataque, secuestro y desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de
Ayotzinapa y asesinato de seis personas, tres de ellos también normalistas, en
Iguala, fue un crimen de Estado con encubrimiento al más alto
nivel.
Una foto
oficial muestra en la escalinata al presidente Andrés Manuel López Obrador
rodeado de madres y padres, campesinos guerrerenses portando carteles con las
fotos de sus hijos desaparecidos. Rostros con esperanza.
Esa
imagen no se repetirá. Un mes después –septiembre– las investigaciones del caso
Ayotzinapa entrarían en crisis. La Fiscalía General de la República irrumpió en
la Unidad Especial (Ueilca), agentes de la vieja Siedo tomaron control de las
carpetas de investigación y se forzó la salida del fiscal Omar Gómez Trejo. Las
fricciones llegarían casi a la ruptura con los abogados defensores y el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Y en
medio de los choques y contradicciones entre los políticos y los
investigadores, la verdad volvió a evadirse.
El viejo
maestro Raúl Isidro Burgos, cuyo nombre lleva la Escuela Normal Rural de
Ayotzinapa, exhortaba a sus alumnos guerrerenses por ahí de los años
30: Condúzcanse siempre con la verdad, aunque se desplomen los cielos.
Para los políticos, los jueces y los investigadores de la actualidad aquella
lección no siempre es aplicada.
¿Por qué
se descarriló el proceso?
Si se
había avanzado tanto, si tanta información encaminada a saber la verdad había
salido a la luz, ¿por qué se descarriló el proceso?
Encinas,
quien ya no está en la Secretaría de Gobernación ni al frente de la Comisión de
la Verdad, sino preparándose para asumir como secretario de Planeación en el
gabinete de la próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada,
responde:
“En ese
momento, dentro y fuera del gobierno, varias instituciones entran en crisis.
Hubo una ruptura muy fuerte con la FGR y nosotros; chocan la Covaj y el GIEI;
Covaj y algunos segmentos del Ejército, la Presidencia y las organizaciones
defensoras de las familias. Se dictan órdenes de aprehensión muy importantes
para la judicialización que luego se cancelan (se anularon 21 órdenes, 16 de
éstas contra militares), se apresuran otras detenciones no previstas, se
desmantela la unidad especial, se cuestiona la llegada de un nuevo fiscal.
Después,
el proceso se estabilizó. Permanecieron dos de los cuatro expertos del GIEI; se
rencauzó la investigación. Se reactivaron las órdenes de aprehensión contra los
presuntos responsables; se fortalece la idea de extraditar a Tomás Zerón, pero
también de otras personas que están en Estados Unidos. Nos fijamos metas
concretas para establecer una ruta conjunta entre el GIEI y la Covaj de cara al
cierre. Aunque quedaron secuelas fundamentales vinculadas con la Fiscalía.
–¿Cómo se
reflejó la crisis en las relaciones entre el Presidente y los padres de familia
en el Palacio Nacional? Al principio él se veía afectuoso, después no tanto. De
los padres reprochó: parece que no quieren que se avance, y dijo
también: ya no le tengo confianza al GIEI.
–Eso fue
poco antes de que yo presentara el segundo informe de la Covaj (septiembre de
2023). Estaba la secretaria de Gobernación, la de Seguridad, el fiscal especial
y un servidor. Ahí no estuvo presente ningún militar.
–¿Por
qué? ¿Ahí qué pasó?
–Se
presenta la nueva narrativa, con elementos que había planteado la Secretaría de
la Defensa Nacional. Eso generó malestar, no ruptura. Antes de presentar mi
segundo informe se lo presenté a los papás. Ese fue el momento de inflexión.
“Lamentablemente
hubo un distanciamiento entre la Covaj y la Fiscalía (Rosendo Gómez Piedra es
el nuevo fiscal especial). Hay incomodidad. Trabajar con dos grupos de padres
alentó la división. Es un error. A raíz del intento de los estudiantes de tirar
la puerta de Palacio y de los reclamos a los abogados y las organizaciones que
los acompañan, los papás ya apostaron por esperar la llegada de la próxima
presidenta y establecer el diálogo con ella.
–Por la
forma en que terminó la relación entre el Presidente y la GIEI, imposible no
recordar el clima de hostilidad que hubo cuando se les expulsó en 2016. ¿Fue
igual esta vez?
–Ellos
tomaron la decisión de irse. Pero también se cumplen ciclos. Hay que
reconocerlo. No creo que ningún presidente de ningún país haya recibido tantas
veces a un grupo de investigación independiente que además estaba indagando
acciones de ese mismo gobierno. Esa fue una situación única. Yo creo que eso no
lo valoraron los compañeros.
Y sí,
reconozco, con el GIEI tuvimos diferencias. Teníamos roles distintos, ellos más
fiscales, yo, como comisión de la verdad. Pero seguimos trabajando juntos hasta
su salida (19 octubre de 2023).
El
momento más difícil de mi vida
Narra
Encinas: “Uno de los momentos más duros de mi vida fue cuando me tocó a ir a la
casa del matrimonio Rodríguez Telumbre, a hablar con Clemente y Luz María,
padres de Christian. Ir y decirles ‘Aquí está su hijo’. Lo que entregas no es
un cuerpo, ni siquiera un fragmento de hueso, es un expediente, un dictamen
forense. Íbamos con una sicóloga, el Centro Pro, Tlachinollan, Omar Gómez,
Mercedes Doretti, del Equipo Argentino de Antropólogos Forenses. Ella les
explicó que a Christian lo habían identificado por un hueso del talón derecho
en medio de un mar de pequeños fragmentos calcinados”.
Encinas,
actor importante en la construcción de Morena y la Cuarta Transformación, ex
jefe de gobierno de la Ciudad de México, quedó marcado por la noche de Iguala.
“Como senador, fui el primero en denunciarlo. Denuncié ante el pleno la falsa
‘verdad histórica’ de Jesús Murillo Karam. Renuncié al PRD cuando no se quiso
deslindar del alcalde Abarca ni del gobernador de Guerrero Ángel Aguirre”.
–Y ahora
es usted el primero en tener una demanda penal por parte de militares por
acciones ejecutadas siendo funcionario del gobierno federal.
–No he
sido notificado de una denuncia formal en mi contra. Me he enterado por los
abogados de los militares que lo han hecho público y por el abogado de la
fiscalía militar cuando me llamaron a presentarme como testigo de descargo.
Pero si hubiera procedido esa denuncia ya me hubieran notificado.
–¿En
algún momento se sintió maltratado?
–No.
Desde el principio dije que no iba a estar de adorno. Afecté intereses del
gobierno anterior, del gobierno de Guerrero, de las presidencias municipales,
de los cuerpos de seguridad. Sabía que iba a haber resistencias fuertes como
las que prevalecen a la fecha.
–Después
de su partida de la Covaj, ¿quedaba espacio para avanzar?
–Sí.
Después de la reunión de Claudia Sheinbaum con las familias sigue en pie esa
expectativa. Con nuevos aires, nuevos instrumentos, desde luego.
–En sus
dos últimos informes, el GIEI fue muy enfático en la importancia de revelar la
totalidad de los documentos del Centro Regional de Fusión de Inteligencia
(Cerfi) de Guerrero como el último eslabón que faltaría para llegar a la verdad
sobre el paradero. La Sedena niega su existencia.
–Nosotros
también lo planteamos y en el addendum del segundo informe de
la Covaj publicamos los folios que se encontraron en el Cerfi. Se debe seguir
investigando.
–Esos son
los documentos que Sedena todavía sigue negando. ¿Qué se puede encontrar ahí?
–Puede
haber información muy valiosa y mucha que no lo es; alguna relacionada con
Iguala, otras no. Por ejemplo: hay un documento foliado que yo encontré en los
archivos de la sección de Inteligencia del Ejército que decía ‘documento
secreto’. Son los cerfis con las conversaciones de El
Gil (Gildardo López Astudillo, jefe regional de Guerreros
Unidos. Y eso se hace de manera automática, no fue por azares del destino.
Por eso la Covaj demanda obtener todos los cerfis.
(Ese
documento es la transcripción de mensajes de texto clasificados
como conversación de interés en las intercepciones telefónicas que se
hacen en la central de inteligencia militar. Ahí es donde comentan que ya
tienen a un grupo de estudiantes, que ya hay que aterrizarlos en unas
camas y que hay que reventarlos. Mencionan dos sitios, Pueblo Viejo y
una Cueva de los Lobos. Hay al menos 18 folios más con intercambios similares).
–¿Entonces
sí tiene sentido demandar la entrega de todas las transcripciones seriadas del
Cerfi?
–Totalmente.
Y fue el Presidente quien me indicó que los hiciera públicos.
Romper el
pacto de silencio
–Transcurrieron
10 años, dos presidentes, grandes recursos invertidos y sólo se han
identificado restos de tres de los 43 muchachos.
–¿Me
preguntas si vamos a encontrar a los otros? Va a ser muy difícil. Hemos peinado
todos los sitios susceptibles. Sabemos que incluso a algunos cuerpos los
cambiaron de lugar. Falta que algunos responsables den información. Hay que
romper con el pacto de silencio y eso puede llevar a encontrar más.
“Pero hay
que tener en cuenta que han pasado 10 años, erosión, lluvia, fauna. No sólo
trabajamos con los equipos oficiales, sino con las comunidades, las madres
buscadoras de Iguala, con Los Otros Desaparecidos; en Tepecuatlico, Huitzuco,
Carrizalillo, Iguala, Apetlanca, Taxco, por todos los puntos cardinales del
norte de Guerrero hasta los hornos crematorios de Acapulco. Yo mismo me metí a
investigar a los hornos crematorios de Iguala, a revisar sus bitácoras de esas
fechas. Hubo ocasiones en las que estuvimos hasta tres semanas trabajando en el
lugar, en la zona de la Barranca de la Carnicería, a lo largo del río Mezcala.
–En su
opinión, ¿cuál es el balance de lo que logró López Obrador en el caso
Ayotzinapa?
–Yo digo
que fue muy bueno, con todo y lo que ha sido cuestionado; con todo y las
resistencias que encontramos, yo creo que se hizo una muy buena investigación.
Y no solo nosotros… los papás y las mamás, las organizaciones, el Centro Geo
del Conahcyt.
–¿Diría
que la judicialización será el desafío principal de Claudia Sheinbaum en este
caso?
–Bueno,
de la fiscalía. Está en sus manos.
–¿Y el
papel del Poder Judicial? En el segundo informe de la Covaj hay un extracto con
las resoluciones que han tomado distintos juzgados. Hay uno que incluso opinó
que la desaparición forzada es prescriptible.
–Sólo te
comento uno. El juez que ordenó la libertad de 42 presuntos responsables por
haber sido torturados en el proceso, en lugar de abrir proceso contra los
torturadores y reponer el procedimiento, les dio libertad absolutoria. Y es
parte de la impunidad.
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